Domingo, 26 de febrero de 2006 | Hoy
La rosarina Susana Chiarotti lideró durante diez años el Comité
de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de
la Mujer (Cladem). Esta semana, pasó la posta a la colombiana Norma Enriquez.
Por Sonia Tessa
Para mucha gente, la sigla Cladem no significa nada. Sin embargo, sus presentaciones ante los tribunales internacionales, su vigilancia al Estado, y sus estrategias jurídicas permitieron que muchas mujeres puedan ejercer derechos conquistados. El Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer tiene una gravitación internacional capaz de mejorar la vida de personas concretas. "Queremos cerrar la brecha entre los derechos consagrados a nivel internacional y la realidad cotidiana que viven las mujeres", afirmó Susana Chiarotti, quien hasta el viernes fue la coordinadora regional de esta red integrada por 17 países. Y lo hacen desde el derecho. "Nosotras sabemos que el derecho es un instrumento de poder, pero lo hemos usado para transformar la realidad. Lo estudiamos, lo profundizamos, y tratamos de utilizarlo en beneficio de las mujeres", agregó sin ocultar su "desesperación". "Estamos ante un peligro de retroceso por la reacción tan fuerte de los grupos conservadores y eso sumado a la crisis económica y al crecimiento de la pobreza hace un escenario bastante preocupante para el logro de nuestros derechos", puntualizó.
Sin embargo, la Red no se queda quieta. Y por eso durante esta semana los órganos directivos de Cladem se reunieron en Rosario. Hicieron un balance de la situación regional, definieron líneas de acción, y también fue el momento propicio para pasar la posta. La colombiana Norma Enriquez es la nueva coordinadora regional de Cladem, una socióloga con doctorado en Derechos Humanos que se refirió al "inmenso reto de continuar la labor de Chiarotti y de Roxana Vásquez", una feminista peruana que fue la primera coordinadora regional de la red. "Los panoramas que se observan en América Latina en muchos lugares son de retroceso, en otros pueden ser un poco esperanzadores, pero no sabemos todavía qué tan esperanzadores para las mujeres. Los retrocesos suponen una gran angustia, porque ya hemos constatado que podemos retroceder más fácilmente que avanzar", consideró Enriquez.
En el mismo sentido, Chiarotti tiene bien claro que el avance en la conquista de derechos de las mujeres siempre es un territorio inestable, sujeto a la resistencia de sectores poderosos. "Hemos avanzado, pero en estos momentos hay una reacción del conservadurismo, que genera un espacio de posibles retrocesos para el cual tenemos que estar preparadas", afirmó descarnadamente. "En estos momentos, desde el norte hasta el sur pero sobre todo en la región centroamericana, estamos enfrentando una racha de gobiernos conservadores que incluso nos han transformado los espacios que hemos ganado dentro del Estado. Los espacios de mujer se han convertido en espacios de la familia, las comisarías de la mujer para atender la violencia las están convirtiendo en comisarías de la familia. Y eso es una reacción ante el avance que tuvimos estos años. Las fuerzas conservadoras no se quedan quietas", diagnosticó.
Por eso Cladem también se mueve todo el tiempo. "Nuestras compañeras en los distintos países trabajan en reformas de leyes, políticas, también hacen el seguimiento al Estado para ver si cumple con los tratados que firmó a nivel internacional. Otra de nuestras actividades es llevar adelante litigios internacionales ante la Comisión Interamericana por los Derechos Humanos", enumeró Chiarotti. "Son muchos los aspectos que trabajamos, pero fundamentalmente, lo hacemos con una herramienta, que es el derecho. Nosotras sabemos que el derecho es un instrumento de poder. Pero lo que hacemos entonces como feministas, porque algunos dicen no se puede desmontar la casa del amo con las herramientas del amo, sin embargo Cladem ha utilizado el derecho desde la multidisciplina para tratar de transformar la realidad, intervenir en la realidad. Nosotras lo usamos como una herramienta de cambio, lo estudiamos, lo profundizamos, y tratamos de utilizarlo en beneficio de las mujeres", definió esta feminista que en agosto pasado fue designada delegada para el seguimiento de los derechos de las mujeres ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Y como muchas mujeres, en especial las más vulnerables, ni siquiera conocen cuáles son sus derechos, Cladem desarrolla -y se propuso profundizar- una estrategia de capacitación. "No sólo para las integrantes de Cladem, sino reproducido también con las mujeres de base, a todas las que se llega a través de la capacitación para que se apropien justamente del trabajo del área jurídica, para que el derecho no quede en letra muerta", explicó Enriquez, quien también consideró: "Como dijo Susana, en materia de derechos se avanza en un lado y se retrocede por otro. Si no existe una gran base conciente de los derechos, que los esté exigiendo constantemente, tienden a olvidarse, a desaparecer, y así es como parece que si no estamos vigilantes, los derechos humanos, consagrados internacionalmente, no se hubieran hecho para las mujeres".
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