El secretario de Seguridad provincial, Horacio Ghirardi, admitió ayer que la situación de crisis carcelaria no podrá resolverse en esta gestión. En ese sentido, aseguró que si bien se trabaja para "descomprimir" la cantidad de presos en comisarías, será difícil solucionar el problema en el corto plazo, debido a la complicada realidad en cuanto a "plazas y por los ritmos de construcción de los nuevos penales".

Ghirardi admitió que las dificultades continuarán. "Para ser sincero, creo que los presos no dejarán de estar alojados en comisarías. Porque de acuerdo a las plazas y al ritmo de construcción de los penales no se podrá", aseguró el funcionario. El dato es crítico si se tiene en cuenta que, según un reciente informe de la Coordinadora de Trabajo Carcelario, hay 700 presos alojados en comisarías. Aunque desde otras fuentes trascendió que el número alcanzaría a más de mil. En tanto, 160 de esos detenidos ya fueron condenados y deberían ser trasladados a una cárcel.

En tal sentido, Ghirardi expresó que "el penal de Piñero tiene capacidad para 170 detenidos, la cárcel que se está planteando para Coronda tiene lugar sólo para unos 200 presos federales actualmente detenidos en seccionales". Al mismo tiempo el funcionario cuestionó que el gobierno está exigido de políticas, pero cuando se quiere construir un penal en alguna localidad vecina, siempre se elevan voces en contra; por lo que la situación es difícil de resolver a la brevedad. En tanto, aseguró que con otros emprendimientos que ya se están delineado "no se estaría resolviendo, pero si descomprimiendo" la situación.