El rector Mario Barletta y los nueve decanos de la Universidad Nacional del Litoral le pidieron a la senadora Roxana Latorre que "rectifique" sus declaraciones públicas en las que reveló que la casa estudios "tiene presupuesto escaso porque se utilizan fondos con fines partidarios". A principios de semana, el consejo superior de la Universidad Nacional de Rosario ya había considerado "agraviante y distorsionante" la denuncia de la legisladora y la acusó de desviar la atención "sobre la grave crisis presupuestaria y edilicia que atraviesa la UNR". Ayer, Latorre recibió una segunda respuesta: una carta de Barletta y todos los decanos de la UNL que le piden que "rectifique" lo que consideran un error de la senadora. "Afirmaciones como la que usted emitió producen en la comunidad universitaria una profunda preocupación porque dejan la sensación de que desde los más altos niveles políticos de la República -como el Senado de la Nación- campea más el prejuicio sobre las Universidades que la decisión política de asumir un fuerte compromiso institucional, fundada en información precisa y un interés genuino", retrucó la UNL.

"Ya nadie discute la centralidad que el conocimiento tiene en las sociedades modernas, tanto desde el punto de vista de su impacto en el sistema productivo como en cuanto a la importancia que reviste para alcanzar un genuino desarrollo", dice la carta a Latorre. "Y desde nuestra Universidad, hemos orientado todos nuestros esfuerzos con vistas a ampliar el acceso a la educación, garantizando el derecho a la misma a una población cada vez más compleja en edades, situaciones sociales y contextos laborales, y, al mismo tiempo, generar las mejores condiciones para la apropiación social de los saberes producidos en nuestra casa".

"Sin embargo, en nuestro país, educación y ciencia aún siguen sin percibirse como estrategias de desarrollo sustentable. Por lo tanto, no ocupan un lugar central en la agenda pública ni cuentan con el financiamiento necesario".

"Para constatar esta situación –agregó- sólo basta comparar la inversión por alumno que destina el Estado nacional a las universidades públicas: en 1994 era de 1.939 pesos y en 2004 apenas alcanzó los 648 pesos, a valores constantes. Esto equivale a decir que por cada peso que se disponía por alumno en 1994, hoy las universidades nacionales sólo cuentan con 32 centavos. Si se contraponen estos valores, pueden observarse notables diferencias, no sólo con los países del denominado Primer Mundo, sino también con los vecinos".

"Este marcado descenso en la inversión por alumno no se debe a que el Estado no cuente con fondos para afrontar el crecimiento de la matrícula. Podemos vislumbrar hoy un importante resurgimiento de la economía, con tasas de crecimiento del producto que desde hace mucho tiempo no se veían en nuestro país. Sin embargo, la participación porcentual del presupuesto universitario en la recaudación total descendió en los últimos diez años desde un 4,44% a un 2,78% y la tendencia de que los ingresos públicos crezcan a una tasa mayor que el presupuesto universitario parece consolidarse. Si se hubiese mantenido el porcentaje de 1994 -que ya era significativamente bajo en términos internacionales- a las Universidades nacionales les hubiera correspondido un presupuesto con 1.200 millones de pesos por encima de lo asignado para 2006".

"La UNL ha sido una de las instituciones que ha señalado de manera reiterada y sistemática, desde hace ya muchos años, la necesidad de revertir esta situación y otorgar a la educación y la ciencia el rol protagónico que les corresponde", insistió la carta. "La comunidad universitaria no se ha quedado sólo en la denuncia: hemos emprendido un plan de desarrollo que hoy nos posiciona como institución referente en el campo educativo en todos los niveles, tanto en cuanto a la generación de nuevas oportunidades de acceso y permanencia en la educación, en la incorporación de nuevas tecnologías, en la generación de investigaciones en áreas de alto impacto regional, en la transferencia permanente de los resultados de investigación, en el desarrollo de patentes y en la extensión social y cultural a múltiples actores de la sociedad. Para mencionar sólo tres datos ilustrativos, en el marco de este plan, en los últimos seis años la UNL ha triplicado la inversión en infraestructura y mantenimiento edilicio, incorporó 22.000 m2 cubiertos para las actividades universitarias, creó 40 nuevas carreras de grado y posgrado y un sistema de educación a distancia innovador en el país, sumó 51 pequeñas y medianas empresas que apadrinan nuestra casa de estudios con un aporte mensual".

"Suponemos que usted habrá advertido ya el fracaso de las políticas neoconservadoras de achicamiento y desatención de la educación pública, especialmente durante la década de los 90. Es hora de dejar de lado los intereses partidarios, comprender que la educación y la ciencia deben ser políticas de Estado en las que estemos comprometidos todos y apostar a las capacidades propias que el país y su gente están en condiciones de desarrollar de manera autónoma", concluye la carta del rector y los decanos de la UNL a Latorre.