Domingo, 2 de abril de 2006 | Hoy
Microemprendimientos, cooperativas y fábricas recuperadas por
sus trabajadores tienen ahora un espacio propio para difundir
sus actividades. "Los oficios terrestres" se presenta el jueves.
Por Sonia Tessa
Periodistas y emprendedoras al mismo tiempo, Marta Figueredo, Verónica Quintana y Susana Sívori se propusieron hacer visible la economía solidaria que crece en la región desde la crisis de 2001. Con la revista mensual de distribución gratuita Los oficios terrestres, que presentarán el jueves a las 19.30 en la Sala de la Cooperación (Urquiza 1539), plasmaron esa inquietud nacida como cronistas en una experiencia que también es de economía solidaria. Por eso, desde entregar las invitaciones hasta garantizar los productos artesanales que se degustarán en la presentación, todo es autogestionario. "Por nuestra historia en los medios, por el tipo de periodismo que hacemos, que tiene mucho que ver con una militancia, siempre estuvimos cerca de estas experiencias de organización solidaria", explicó Figueredo, mientras Quintana agregó que la idea es "dar a conocer las experiencias concretas, desde la gente y para la gente, con los emprendedores como protagonistas".
Para las tres periodistas involucradas en este proyecto, lo primero fue hacer una lectura de la organización popular que de manera callada pero constante venía fortaleciéndose en la ciudad. Microemprendimientos, cooperativas de trabajo, y fábricas recuperadas por sus propios trabajadores continuaron con sus experiencias sin demasiada prensa, pero con voluntad de crecer. Incluso, en los encuentros de Economía Solidaria que se desarrollan en Buenos Aires, notaron que la magnitud de estas actividades es valorada fuera de los confines de la región.
Al mismo tiempo, a través de conversaciones con la Subsecretaría de Economía Solidaria de la Municipalidad que encabezan Omar Isern y Pablo Suárez, también pudieron entusiasmarlos con la importancia de mostrar estas experiencias en el contexto nacional. Y si bien recibió un pequeño aporte económico para lanzar el primer número -como muchos otros emprendimientos en la ciudad- el desafío a partir de allí será que Los Oficios Terrestres se autofinancie. La búsqueda de auspiciantes para mantenerla será uno de los desafíos que afrontarán estas emprendedoras.
La revista pretende hacer visible la actividad de la economía solidaria a toda la comunidad, no cerrarla sobre sí misma. "No está pensada sólo para los que forman parte de estas actividades. Sí queremos tender redes entre los que lo hacen, pero también buscamos que llegue a toda la comunidad, para darle a la gente la oportunidad de elegir. Y que sepa qué implicancias tiene comprar una mermelada casera, realizada por gente de la zona, un producto orgánico que cuida el medioambiente. La intención es favorecer el consumo responsable", afirmó Verónica Quintana.
Para lograrlo buscan, sobre todo, despegar el concepto de economía solidaria de la mera actividad de subsistencia. "Muchas personas creen que se trata sólo de los clubes del trueque, porque se desconocen las experiencias tan creativas que hay en este momento en marcha", acotó Sivori. Para Figueredo, la revista es parte de un proceso. "Se trata de fortalecer la economía solidaria, hacerla más desarrollada, más consistente, más sólida, que entre los mismos protagonistas logren fortalecerla para que deje de ser la economía de los pobres, ligada a la mera subsistencia".
Desde el editorial, sientan las bases de la apuesta a la economía solidaria. "Se trata de una economía que se funda en la cooperación y la solidaridad; en el respeto al medio ambiente, en la educación del consumidor, en un circuito donde la ganancia y el "éxito empresario" sólo existen cuando logran ser colectivos", dice el texto que podrá leerse en la página 3 del primer número. "Los oficios terrestres no sólo nos involucran en una acción colectiva cuyo producto es concreto y palpable, susceptible de ser considerado una mercancía. También nos hablan de un oficio primero y necesario: El de ser hombres y mujeres libres y dignos, hagamos lo que hagamos", dejan claro desde el texto de presentación.
El primer número cuenta con una nota sobre la Cooperativa de Apicultores, que planifica dar un salto en su organización al unir los distintos productores en la adquisición de maquinaria que le permita realizar todo el proceso, y eliminar así la intermediación.
Otra de las notas del número 1 recrea las experiencias de las tres fábricas recuperadas del rubro metalmecánica que existen en la ciudad. Fader, Herramientas Unión y Ruedas Rosario no sólo les dan continuidad a los propios trabajadores, sino que también incluyeron a los alumnos de las escuelas técnicas del barrio como pasantes, y hoy incorporaron a uno de ellos como operario.
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