Sábado, 1 de octubre de 2005 | Hoy
El ministro de Salud provincial Juan Héctor Sylvestre Begnis confirmó anoche que los hermanitos y vecinos de Emiliano Ruiz Díaz -el niño santafesino de diez años que murió por un síndrome pulmonar por hantavirus no padecen la enfermedad, según el resultado de los análisis que se realizaron en el instituto Malbrán de Buenos Aires. "Esto es tranquilizador, porque el problema queda limitado a un solo caso", dijo el funcionario. A la mañana, Silvestre Begnis había recorrido el barrio 29 de Abril, que se construyó en el norte de la capital provincial para víctimas de la catástrofe del río Salado, donde vivía el chico fallecido y sintió el impacto del abandono. "No tienen electricidad, el agua no se puede beber porque le produce vómitos y diarrea a los chicos. El dispensario no tenía medicamentos. La respuestas tienen que ser hoy", confesó. Ante una consulta de LT 10, Sylvestre Begnis dijo que el resultado de los análisis de sangre realizados en el instituto Malbrán a siete personas para detectar si tenían hantavirus dieron negativo. Se trata de Maximiliano, Eulalia y Juan Manuel Ruiz Díaz, Franco y Manuel Caballo, Lorena Silveti y José Mario Seniquel. "Esto nos da una garantía del 98 por ciento que no tienen el virus Hanta en su cuerpo", afirmó. "Esto es tranquilizador. No significa que no vamos a tener otros casos, pero la gente que ha estado conviviendo con estos animales y que estuvo en contacto con Emiliano, no están infectados", aseguró el ministro. "El problema del barrio queda limitado a un solo caso". Ayer fueron dados de alta dos hermanos de Emiliano de 8 y 14 años, pero los otros dos hermanos de 16 y 6 años tuvieron que ser internados con dolor de cabeza y fiebre, pero se descarta que tengan la enfermedad. A la mañana, Sylvestre Begnis había recorrido el barrio 29 de abril, en callejón Roca, donde viven 150 familias que lo perdieron todo en la catástrofe del río Salado. "Mi presencia tiene que ver con la intención de dar una respuesta acelerada a los reclamos, pero también para buscar las razones socioambientales que pueden haber provocado la presencia del hanta, con el riesgo que esto implica para la ciudad y para toda la provincia. Debemos controlarlo", explicó. El ministro pudo ver con sus propios ojos el abandono. "Hay atraso en proveerles la electricidad que no les llega con el voltaje correspondiente y no pueden movilizar un nebulizador. Está el problema del agua. No pueden tomar el agua porque a los chicos les produce vómitos y diarrea, por lo tanto hay que proveer de agua potable. Las respuestas tienen que ser hoy", dijo. Una de las decisiones de Sylvestre Begnis fue extender el horario de atención médica y de enfermería en el dispensario. "Queremos que la gente consulte ante el primer síntoma de fiebre, malestar o molestia respiratorias. Por eso extendemos el horario en el dispensario hasta 20 y también lo vamos a proveer con medicamentos que no los recibía porque era un centro asistencial muy chico", admitió.
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