Sábado, 1 de octubre de 2005 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LA COLOMBIANA LUCIA PULIDO HOY EN EL ASERRADERO
Acompañada por notables músicos de jazz de Buenos Aires, la cantante dará un concierto con repertorio latinoamericano.
Por Edgardo Pérez Castillo
Con una educación natural ligada al terreno de la canción popular colombiana, en primera instancia, y latinoamericana --casi por transición--, la cantante Lucía Pulido encontró en Nueva York un medioambiente musical en el cual relacionarse con músicas diversas. En medio del surgimiento de múltiples proyectos, la artista colombiana aceptó la invitación del guitarrista argentino Fernando Tarrés y prestó su voz para generar un disco compartido. Tras un reencuentro en el Festival de Jazz de Medellín, aquella primer experiencia fue la disparadora de una nueva idea, ya traducida en un primer disco: Songbook 1. Ese material es el que permitirá el debut en Rosario de la versátil cantante, quien esta noche a las 22.30 subirá al escenario de El Aserradero acompañada de un quinteto de talentosos: Juan Pablo Arredondo en guitarra, Rodrigo Domínguez en saxo, Jerónimo carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería, todos conducidos por Tarrés.
Sin embargo, la placa en cuestión representa sólo la mitad de un plan artístico que se completará con un segundo disco con el que totalizarán 37 canciones tradicionales argentinas y colombianas. En relación a la selección de ese listado, Pulido la definió a Rosario/12 como "difícil", y remarcó: "Hay un repertorio bastante variado, y justamente éso ha sido el eje para hacer la selección. Porque todavía hay más material e inclusive estamos pensando en un tercer disco. Pero creo que la selección tuvo que ver con la variedad, y la gama tan tremenda de posibilidades musicales que hay para jugar, tanto de Colombia como de Argentina".
Claro que el abordaje a cada obra está cargado de la personalidad jazzera del sexteto, una formación en la que la voz cumple roles diversos. "Lo que sucede es que el trabajo está concebido como un todo, donde la voz también se vuelve un instrumento dentro de todos los colores que hay. La voz también tiene un tratamiento instrumental, y la idea no es que pelee con los demás instrumentos, sino que se complemente. Esa es la idea, para que sea más compacto todo", detalló.
Siempre atenta a reconocer que la suya no es una carrera sustentada en la formación académica, probablemente esa carencia de instrucción formal haya sido una de las claves para hacer de la colombiana una cantante intuitiva. Aunque Pulido no lo atribuye abiertamente a la ausencia de un pasado academicista: "No tengo el parámetro de la formación clásica, pero sí sé que por pertenecer a la música popular, al espacio de lo que pueden ser las músicas populares, eso obviamente es un peso fuerte para que el sonido se mantenga de esa manera".
Mientras tanto, para comprender la docilidad con la que la colombiana transita el actual proyecto junto al quinteto, es preciso remontarse a mediados de los 90, cuando Pulido desembarcó en Nueva York para descubrir un flamante universo musical. "En Colombia básicamente lo que yo hacía eran canciones, ésa era como mi escuela --recordó--. Comencé a cantar dentro de lo que, en los años 80, en toda Latinoamérica se llamó las nuevas canciones de músicos populares. Entonces cuando fui a Nueva York llegué pensando en la idea de trabajar la voz. Primero, sí, era verdad que quería trabajar alrededor del jazz, con un mito muy grande, que luego desbanqué, porque pensaba que ser cantante de verdad era ser cantante de jazz. Que había que aprender a improvisar y todo eso, pero allá descubrí que primero tenía que aprender a cantar, encontrar la voz para poder hacer otras cosas. Entonces me dediqué a descubrir y fortalecer un sonido, un sonido que he ido madurando y utilizando en los distintos contextos, dependiendo de los proyectos que me voy inventando".
Finalmente, Pulido analizó la flexible fusión que lograran entre el jazz y el folclore, en una cruza que no cuenta con numerosos antecedentes. "Lo que ocurre es que tanto Fernando como yo habíamos trabajado en lo tradicional, a partir de temas tradicionales. Fernando a nivel de ritmos, pero inclusive con algunas canciones, porque cuando lo conocí en Nueva York me invitó a cantar en una grabación. Pero en los otros proyectos que he venido desarrollando, inclusive en Colombia antes de incursionar en nuevas lecturas junto a músicos de jazz, lo tradicional, lo rítmico, siempre estaba ahí, como parte del repertorio, o como escuela para aprender a cantar, a hacer música. Entonces la coyuntura es perfecta y cuando empezamos a trabajar con Fernando los dos teníamos los mismos intereses", concluyó.
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