El secretario provincial del Partido Socialista, Miguel Lifschitz, desactivó la escalada verbal que se disparó esta semana en el Frente Progresista, desde que un sector de la Unión Cívica Radical apuró los tiempos para reclamar la conformación de lista a diputados por internas y no por acuerdo. "No es momento aún para hablar de eso, el socialismo primero aguardará la definición del Frente Amplio Progresista a nivel nacional, y a partir de allí se decidirá qué estrategia seguir en cada provincia", advirtió.

Consultado sobre la proclamación periodística del edil radical Jorge Boasso para encabezar una lista interna de candidatos a diputados, Lifschitz lo invalidó: "Se apresura a plantear internas, porque todavía no se ha conversado a nivel nacional entre la dirigencia del FAP y de la UCR. Las candidaturas se definirán primero desde el plano nacional, y recién entonces se verá el armado político en las provincias", dijo el senador socialista. Consideró como "una posibilidad" que se repita la foto actual, en la que el radicalismo integra el gobierno provincial y el oficialismo legislativo, pero a nivel nacional no compone el FAP y en el Congreso ambas fuerzas actúan diferente, y hasta con expresiones opuestas. "No descarto que se repita ese esquema", analizó el ex intendente de Rosario.

Ese plano doble del tandem socialista radical es cuestionado por el sector Escarapela, adonde revistan el titular nacional de la UCR, Mario Barletta, y el propio Boasso. "Si fuéramos con Binner estaríamos engañando a la gente, porque él profundizó el camino del FAP y a nivel nacional quedamos votando distinto. Eso no es una coalición coherente, no hay un programa común", reclamó el diputado provincial Maximiliano Pullaro.

Pese a todo, si la definición llegará vía internas abiertas, Lifschitz aceptó que respetará el voto radical aún si eso significa que deban llevar a Boasso en la boleta. Su compañera, la diputada nacional Alicia Ciciliani, había trazado una raya al decir que el concejal radical, con su hacer y decir, "no tiene retorno" en el FP.

Pero Lifschitz tomó distancia de la interna radical. "Ellos deberán tener su discusión y sabrán qué hacer. Lo de Boasso no me llama la atención porque él siempre tomó posiciones individuales que no son las de la UCR. Insisto: todavía no hay nada conversado y primero se definirá el plano nacional. Hoy la prioridad es garantizar la gobernabilidad", dijo a Rosario/12, pensando más en la discusión legislativa por la reforma tributaria que en la fecha electoral del año próximo. Lo dijo camino a Rafaela, donde ayer habilitó la mesa local del Frente Progresista, junto al gobernador Antonio Bonfatti y al diputado radical Santiago Mascheroni, del Movimiento de Afirmación Radical. Ayer este sector aportó uno de sus cuadros -Martín Rosúa- al gabinete de Mónica Fein en la Municipalidad, como subsecretario de Producción, tras el portazo que dio hace un mes Sebastián Chale, alineado con el sector Escarapela.

Ayer Rosúa también relativizó la jugada del barlettismo local al retirarse de la gestión municipal con críticas abiertas al binnerismo: "Creo que el problema está más en Rosario que a nivel provincial, donde el FP funciona acorde a la gestión de gobierno -observó-. La ideología de Boasso no conjuga con el FP, y queda desubicado porque el propio Barletta ha dicho que evalúa la posibilidad de ir en una lista única con el resto de las fuerzas del FP. Lo que existe es un reclamo de sumar mayor institucionalidad al Frente, pero eso no pone en duda su existencia, en absoluto".