Más de 500 evacuados, rutas cortadas, árboles derribados y vastas zonas inundadas, sin luz ni agua son las secuelas que ayer persistían tras el temporal de lluvia, viento y granizo que se abatió entre la tarde del domingo y la madrugada de ayer en el sur de la provincia, y que incluso se cobró la vida de un hombre en Capitán Bermúdez, que murió electrocutado cuando salió a despejar su vereda de las consecuencias del meteoro. La intensidad de la tormenta quedó reflejada con crudeza en el área metropolitana de Rosario, sobre todo en Roldán y en el cordón norte, entre Granadero Baigorria y San Lorenzo, donde unas trescientas personas debieron abandonar sus hogares y refugiarse en distintos centros de evacuados que organizó el comité de emergencias coordinado por Defensa Civil y los municipios. En tanto, siguen sin servicio de energía eléctrica Roldán, Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán, Ibarlucea, Hughes y Wheelwright. En San Lorenzo, además, no hay servicio de agua, mientras la mitad de la ciudad continúa sin luz.

El presidente de la Empresa Provincial de la Energía, Daniel Cantalejo, distinguió un primer momento de la tormenta, por la tarde, cuando el temporal se abatió sobre el sur santafesino. Allí causó destrozos en la red eléctrica de Hughes, Juncal, Labordeboy y Aarón Castellanos, con derribo de columnas de hormigón y caída de cables. Luego, el de la noche, que afectó al Gran Rosario y dejó sin servicio eléctrico en el peor momento a unos 80.000 usuarios. "En estos casos priorizamos la seguridad de las personas, por eso primero nos abocamos a despejar la red de tantas ramas, árboles y toda clase de objetos que están sobre las líneas, y no restablecemos la tensión eléctrica hasta asegurarnos de que haber solucionado las situaciones de riesgo", explicó. Y resumió la furia del meteoro al detallar que derribó unos "4 mil kilómetros de cables en las redes de baja tensión". Cantalejo estimó que el servicio en media tensión quedaría solucionado en gran parte entre las 48 y 72 horas venideras, pero que luego habrá que atender problemas puntuales que queden de la red domiciliaria, de baja tensión.

La pedrea evocó el granizo que asoló Rosario el 15 de noviembre de 2006, aunque esta vez el fenómeno se agravó por vientos de 90 kilómetros horarios y una lluvia que superó los 100 milímetros. Ese nivel de precipitaciones se sumó al agua acumulada por las lluvias de los últimos días, lo que colapsó la capacidad de absorción de la tierra y desencadenó anegamientos en la cuenca del arroyo Ludueña. Por la mañana, el agua escurrida desde la zona rural causó el desborde del canal Salvat y la consecuente inundación de Nuevo Alberdi, donde hubo que evacuar la zona, aunque a priori sólo 18 personas aceptaron dejar sus hogares pese a que pronto todo se cubrió por medio metro de agua.

El director provincial de Defensa Civil para la zona sur, Antonio Moyano, señaló ayer por la tarde que la intensidad del meteoro hará que la normalización de la situación "lleve tiempo". Lo dijo en la conferencia que la Junta Provincial de Protección Civil brindó para informar sobre la situación. Allí, el secretario de Aguas, Fernando Mussi, reveló que "se registraron 120 milímetros de lluvia entre las 19 del domingo y las 7 del lunes, de los cuales 60 cayeron entre las 20 y las 22, y eso dificultó el funcionamiento normal de los canales de escurrimiento". Para agilizar el drenaje mediante bombeo, esa repartición envió dos motobombas a Roldán y otras dos a Fray Luis Beltrán.

Florencia Ghilioni, del Ministerio de Desarrollo Social, expresó que el gobierno montó un operativo para asistir a las familias damnificadas. "Ahora es el momento de la emergencia, pero luego será el momento de volver a casa y allí también será preciso que el Estado acompañe como lo está haciendo ahora", dijo. Ghilioni pidió a los afectados que ayer cortaron calles en reclamo de asistencia "que faciliten la tarea de los equipos de trabajo que acuden a las zonas de evacuación llevando alimentos, colchones y chapas, entre otros insumos". La lista de evacuados sumaba 200 personas en Capitán Bermúdez, 170 en Roldán, 100 en Funes, 80 en San Lorenzo y 18 en Rosario.

El titular de Aguas Santafesinas SA, Alberto Daniele, enfocó el mayor de sus problemas en San Lorenzo, donde sólo 3 de las 25 perforaciones que abastecen a esa ciudad se encuentran operativas, lo que prácticamente dejó sin suministro a toda esa población. Y atribuyó ese déficit al corte de energía que llegó a abarcar a toda la Ciudad Histórica. Además de eso, la intransitabilidad de los caminos impide llegar hasta esas bombas para hacerlas funcionar, explicó Daniele.

El intendente de Capitán Bermúdez, Mario Montizzanti, dijo que los barrios más afectados fueron El Batallán, donde tuvieron que evacuar a 50 personas, y Villa Margarita, donde evacuaron a otras 22 personas.