Domingo, 11 de mayo de 2014 | Hoy
SANTA FE › PRIMERA MADRE DE LA PLAZA QUE DECLARA EN SANTA FE
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Otilia Acuña tiene 92 años. Es una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo y la primera que declara en un juicio de lesa humanidad en Santa Fe. El viernes, abrió la segunda audiencia ante el Tribunal Oral que juzga a Víctor Brusa y a tres policías para denunciar el "fusilamiento" de su hija, Nilda Elías de Silva, en su casa del barrio Santa Rosa de Lima, donde vivía con sus tres nietos, el más chiquito de cuatro meses que quedó protegido debajo una cama. Era el 11 de abril de 1977. "A mi hija no la fueron a buscar, la fueron a matar", dijo. "Lo que me pasó a mi no se lo puedo desear ni a mi peor enemigo porque te maten una hija delante tuvo es dolor muy grande". Y mencionó a uno de los integrantes del grupo de tareas que asaltó su casa, Héctor Colombini ("Pollo"), un comisario que estuvo imputado en la causa, pero falleció en 2012.
Acuña ofreció el primer testimonio ante el Tribunal. Después, siguió Marina Destéfani (ver aparte). Y cerraron la audiencia dos sobrevivientes del terrorismo de estado, José Alberto Cettour y Alberto Raúl Chiartano, quien denunció que Brusa lo amenazó y llegó a golpearlo para que firmara una declaración autoincriminatoria, en la cárcel de Coronda.
Otras tres Madres de Plaza Mayo, Celina Koffman, Ramonita Escobedo de Maldonado y Huri Nigro de Tournay escucharon a Otilia desde la primera fila del público. La aplaudieron al ingresar a la sala y al concluir su relato con un legado: "La única lucha que se pierde es la que se abandona", afirmó.
Con firmeza y dolor, Otilia pudo denunciar ante los jueces el crimen de la patota, el día que fusilaron a Nilda delante de sus ojos. Sus nietos estaban en la casa. "Lo que me pasó a mi es algo que no se lo puedo desear ni a mi peor enemigo porque que te maten una hija delante de tuyo, es un dolor muy grande. A mi hija no la vinieron a buscar, la vinieron a matar", insistió. Cinco meses antes, el 11 de noviembre de 1976, en Morón, provincia de Buenos Aires, otro grupo de tareas había secuestrado a Luis Silva, el esposo de Nilda, que está desaparecido.
Otilia dijo que uno de lo represores de la patota que arrasó su casa y asesinó a Nilda era Colombini. "Los vecinos me dijeron que era el Pollo". "Le pedí que no matara a mi hija porque tenía un nene de cuatro meses", afirmó. Los otros nietos estaban en la casa, Marcelo de 6 años y Valeria, de tres.
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