Domingo, 31 de agosto de 2014 | Hoy
SANTA FE › GARZóN FUE DECLARADO CIUDADANO ILUSTRE DE SANTA FE POR EL CONCEJO Y LA LEGISLATURA
El célebre ex juez español se manifestó preocupado por "esos atisbos que aún hay en la justicia", dijo. Y recordó cuando intervino en causas por terrorismo de Estado en Argentina. Sobre Santa Fe recordó el caso del juez Víctor Brusa
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
"Son tiempos difíciles de olvidar", admitió el ex juez español Baltasar Garzón cuando Rosario/12 le preguntó sobre su lucha contra el terrorismo de Estado en la Argentina que rompió la impunidad y abrió el camino a los juicios en Santa Fe y en el país. Lo sorprendió "encontrar entre los represores a un juez" como Víctor Brusa -dijo- porque "uno piensa que la justicia puede estar ausente" pero "nunca que participa activamente en una represión". "Podía entender la intervención del Ejército o de la Policía", pero que "la Iglesia participara, como de hecho ocurrió y que desde la justicia también, me chocaba especialmente". Y hoy, a quince años de aquellos hechos, aún tiene una inquietud: "Me preocupa que todavía haya atisbos de corporativismo dentro de la justicia para proteger a personas que deben afrontar en juicio oral y público las responsabilidades que se les imputan", tiró.
Garzón estuvo el viernes en Santa Fe, donde lo declararon "ciudadano ilustre" en la Legislatura y en el Concejo Municipal. Antes, se había reunido con las Madres de Plaza de Mayo, los Hijos y organismos de derechos humanos, en la sede de ATE. "Muchas gracias", fueron las palabras que más escuchó en una jornada que el diputado Leandro Busatto consideró "histórica y emotiva". Busatto fue el mentor de los homenajes. "Usted es el responsable de la esperanza de una justicia plena para las víctimas del terrorismo de estado. Usted ha hecho en este país, en esta provincia y en esta ciudad, camino al andar. Lo distinguimos y lo saludamos", le dijo el legislador.
El presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, expresó a Garzón que era un "orgullo" reconocer su "probada eficacia en la lucha por los derechos humanos" y le agradeció "la tarea que desempeña" desde siempre por la justicia universal. Rubeo dijo que la historia cambió en la Argentina después de 2003, con la política de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner que "pusieron al país a la cabeza en esta materia". "Es cierto. Si hay un país referente en el mundo por su política de derechos humanos es Argentina", le contestó Garzón.
En un diálogo con periodistas, Rosario/12 le propuso un ejercicio de memoria cuando acusó a Brusa y a otros represores por los delitos de "genocidio, terrorismo y torturas". Era octubre de 1998. Y los otros imputados, los policías Eduardo "Curro" Ramos, Juan Calixto Perizzotti, María Eva Aebi, Héctor Colombini y Mario Facino, los últimos dos ya fallecidos.
"Aquellos tiempos son difíciles de olvidar", dijo Garzón. "Fue una aventura el hecho de adelantar esa investigación en un país como España, donde por primera vez se aplicaba el principio de jurisdicción universal y aún no había institucionalmente una conciencia de que esto se pudiera hacer. Las preguntas eran: Por qué" Cuál era el concepto de crímenes de lesa humanidad y de genocidio" Incluso, el crimen de lesa humanidad aún no estaba reconocido en la legislación española. Era como muy chocante. Pero poco a poco, se percibió que era una forma más de lucha contra la impunidad. En ese momento, las víctimas y los organismos de derechos humanos eran los que realizaban ese combate, pero la justicia seguía ausente, aunque es verdad que algunos jueces y fiscales argentinos hacían grandes esfuerzos".
"Historias tengo muchas", siguió Garzón. "La verdad es que cuando entre los represores me encontré con un juez (como Brusa) me llamó la atención. Porque uno piensa que la justicia puede estar ausente o ser proactiva en defensa de los derechos, pero nunca que participa activamente en una represión, protegiéndola, auspiciándola y desarrollando actividades que distan mucho de lo que es ser juez. Entonces, uno se plantea, cómo es posible que alguien que defiende la justicia puede consentir eso" Era una constante que me venía encima y que no era capaz de de entender. Bueno, si hubo represión desde la Policía, se entendía. Que el Ejército lo hiciera, se podía entender también. Que políticos coadyuvaran ideológicamente, que sectores económicos lo hicieran, también. Que la Iglesia participara, como de hecho ocurrió y que desde la justicia, también, me chocaba especialmente".
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