Ya está en la calle la tercera edición de "Ciudad Interna", la revista que realizan los internos de la cárcel de Coronda. Con una tirada de 6 mil ejemplares, casi 2 mil más que el segundo número debido a su éxito, los presos volvieron a traspasar los muros de la cárcel para dar a la sociedad la información que creen necesaria: "Decir la verdad de lo que pasa acá adentro", sintetizó el coordinador general de la publicación, Osmar Villalva. Los internos de Coronda encontraron en la revista un espacio para difundir poesías, historias de vida, denuncias de lo que sucede dentro del penal, y fundamentalmente un espacio de contención, que está acompañado de la posibilidad de aprender un oficio -como el de redactor, diseñador, o fotógrafo- que les dé más herramientas para insertarse en el mercado laboral cuando recobren su libertad.

A partir de este tercer número, la revista comenzó a ser vendida por familiares de los presos, lo que les genera un ingreso extra, y por detenidos que recién salen de las comisarías, lo que les da la posibilidad de tener un trabajo hasta que consigan algo permanente.

Una de las principales características de "Ciudad Interna" es que no excluye a los presos con "mala conducta", un concepto bastante discutible que abarca a los jóvenes que no tienen los beneficios de participar de talleres de capacitación en oficios.

En relación a esta característica, el capacitador en comunicación, Daniel Ekdesman, destacó que una de las cosas más interesantes del grupo es que "es muy heterogéneo, porque hay tres o cuatro grandes ﷓que casi no quedan en la cárcel internos de arriba de 50 años﷓ y después todos chicos más chicos, que son los que les dicen que son más tumberos, más quilomberos", y aclara que "lo de quilomberos va entre comillas, porque tiene que ver también con algunos conceptos que maneja el Servicio Penitenciario (SP)", y resaltó que para él "esto de mala conducta es medio extraño" porque nunca lo sintió. "Sabía que eran chicos que venían de los pabellones de más seguridad porque lo decían ellos ﷓ aclaró ﷓ pero realmente en el grupo somos todos iguales, y justamente por eso digo que lo mala conducta va entre comillas, porque son preconceptos del SP que habría que analizarlos más en profundidad. Son chicos muy respetuosos".

En la misma línea, desde la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC) ﷓ encargada de la difusión de la revista, Lilian Echegoy dijo que los presos que están en los pabellones de más seguridad, los que no tienen buena conducta, en realidad no es que "no tengan buena conducta sino que son los que reclaman".

Haciendo un poco de historia, Villalva recordó que cuando comenzaron con el proyecto, en el año 2004, empezó como un espacio para enseñar informática a los compañeros, y luego de ahí surgió la idea de hacer una revista. El problema era que no sabían cómo se hacía, por lo que citaron a "dos amigos de Rosario que son periodistas: Daniel Ekdesman, que nos empezó a ayudar en la diagramación, y Matias Ayastuy en diseño", relató Villalva, y confesó que después del primer número (publicado en diciembre de 2005) no pensaron que fueran a continuar con el proyecto, pero el éxito de la publicación los incentivo para seguir adelante, y ahora están armando la cuarta edición, prevista para salir a la calle en noviembre.

Cabe destacar que más allá de las colaboraciones de estos dos rosarinos, de Yanina Pikula, quien colabora en el diseño, y de la CTC; son los mismos internos quienes llevan adelante la revista, redactan las notas, la diseñan, la diagraman, en fin, la construyen.