Desde Santa Fe.

Desde mayo de 2009, cuando los análisis genéticos revelaron quiénes eran sus padres biológicos, le pide a la justicia que le devuelvan su nombre. La última vez fue en una carta que dejó en el Tribunal Oral de Santa Fe, en la que escribió: "Soy José Luis Maulín, pero estoy obligado a nombrarme como José Luis Segretín". Esta semana, llegó la respuesta. El Tribunal resolvió que el primer juicio por apropiación de niños durante la dictadura en Santa Fe comenzará el próximo 29 de abril, después de haberlo postergado tres veces en los últimos años: dos, en 2014 y una en 2015. Los jueces juzgarán a la mujer que José llama su "apropiadora", Cecilia Góngora, y a la médica obstetra Elsa Nasatsky que atendió el parto y firmó el certificado de nacimiento falso. Las dos están en libertad "bajo caución". El tercer imputado eras el ex jefe de Inteligencia de la Brigada Aérea de Reconquista, Danilo Sambuelli, que murió impune, en diciembre de 2014.

El Tribunal le puso fecha al juicio, el 29 de abril próximo, después de convocar y suspender tres veces el debate: la primera, el 13 de marzo de 2014, la segunda el 27 de junio de 2014 y la tercera, el 13 de marzo de 2015. La causa: la impugnación de la querella de Hijos a la integración del Tribunal con el juez Luciano Lauría, por su amistad con el ex juez federal de Santa Fe, Víctor Brusa, condenado por delitos de lesa humanidad. A pesar de la resistencia, Lauría se sentará en el estrado junto con sus colegas José María Escobar Cello y María Ivón Vella.

En la acusación estarán el fiscal Martín Suárez Faisal y los abogados querellantes José Zaragoza, Lucila Puyol y Guillermo Munné. La defensa de Nasatky estará a cargo del abogado Roberto Busser y la de Góngora de su colega Ricardo Degoumois.

José Luis nació el 26 de marzo de 1977 en un sanatorio privado de Reconquista, donde a su madre, Luisa Pratto, ni siquiera le preguntaron cómo se llamaba. Su papá, Rubén Maulín, era preso político. Y su tía, Griselda Pratto, había cumplido 16 años cautiva en la III Brigada Aérea de Reconquista. El 6 de abril de 1977, lo esposos Luis Segretín y Cecilia Góngora inscribieron el bebé en el Registro Civil con identidad falsa y acta de nacimiento fraguada.

En mayo de 2009, la trama comenzó a salir a la luz, cuando los análisis del Banco Nacional de Datos Genéticos revelaron que sus padres biológicos eran Rubén Maulín y Luisa Pratto "en una probabilidad del 99,99 por ciento".

En agosto de 2013, Sambuelli fue condenado a 21 años de prisión por los secuestros y torturas a 39 militantes políticos de Reconquista, entre ellos Rubén Maulín y la "violación agravada reiterada" de Griselda Pratto, en un juicio histórico porque fue el primero en la provincia que juzgó la violencia sexual en centros clandestinos como delitos de lesa humanidad.

En aquella carta que dejó en el Tribunal Oral en mayo de 2015, José se quejaba porque ya habían pasado seis años desde que pedía le devuelvan la identidad. En el arranque del debate, serán siete. Y entonces explicaba el problema no llevar su nombre. "Tenemos una problemática de identidad, no sólo yo, sino también mis hijos", le dijo a Rosario/12. "Ellos también reclaman su apellido. Lo reflejan en su conducta porque es un problema no poder presentarse como quienes realmente son. Es una incomodidad, hasta en la cosas más sencillas como hacer un trámite o pedir un remise".

José armó el rompecabezas con el análisis de ADN. La verdad fue saliendo por partes. "Tenía dudas desde los 6 años, que planteaba a mis apropiadores, pero la respuesta siempre era negativa", recordó. "La primera vez que me dijeron algo fue a los 12 años, que mi apropiadora me dijo que ella no era mi madre biológica, pero mi padre biológico sí era Segretín. Y que yo era fruto de una supuesta relación extramatrimonial de Segretín con la mujer de un guerrillero que en ese momento estaba preso. Me armaron una historia con muchísima manipulación y mentira", respondió.

El parecido físico de José Luís con su padre Rubén Maulín, es notable. "Comencé a conocer mi historia con los testimonios de mis padres y de mi hermana. Uno empieza a atar cabos y las piezas empiezan a aparecer", concluyó.