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Una adolescente de 17 años murió en la madrugada de ayer, como consecuencia de un balazo en la cara mientras se encontraba en el hogar de su novio, en la zona rural de Roldán. El muchacho, que primero atribuyó todo a la violencia homicida de ladrones que los asaltaron, luego confesó que él fue el autor del disparo fatal, aunque quiso aclarar que el crimen sobrevino como desenlace de la manipulación de una pistola y que no tuvo intención de asesinar a su novia. Los pesquisas dudan de esa explicación. Quedó detenido de cualquier modo, informó ayer un vocero del Ministerio Público de la Acusación.

La tragedia ocurrió en horas de la madrugada del domingo en Alberdi y J.J. Valle, el extremo sur del barrio Villa Flores, en una casa de campo en la que el padre del joven detenido, José Luis G., trabaja como casero y reside con toda la familia. Este hombre fue quien denunció en la comisaría local que había sufrido un robo y que los ladrones asesinaron a la novia de su hijo.

La víctima se llamaba Sabrina Sarabia, y hacía unos cuatro meses que estaba de novia con José Luis, de 18 años, según publicó el portal El Roldanense. La Policía de Investigaciones allanó la vivienda rural en la que ocurrió el crimen, y allí secuestró una pistola GMC calibre 22 con cargador y tres proyectiles intactos. Tras ello, los agentes trasladaron al joven imputado a la seccional policial de Carcarañá por orden del fiscal de Homicidios Luis Schiappa Pietra.

Sabrina recibió un balazo mortal en la cara. La versión oficial indicó que cuando los efectivos llegaron al lugar se encontraron con el cuerpo de la adolescente sobre el piso, una mesa tumbada, igual que las sillas y restos de barro tanto en la casa como en las ropas de los protagonistas. Según las primeras declaraciones del muchacho, el disparo que mató a Sabrina no habría sido intencional, aunque la escena del crimen sembró dudas inmediatas en los investigadores. Más tarde, cuando se quebró y confesó, quedó detenido y puesto a disposición de la justicia.