Carlos Reutemann y su pareja de los últimos años, Verónica Ghío, formalizaron su matrimonio en secreto el sábado a la noche, en una ceremonia reservada sólo a la familia de ambos, y en la intimidad de su casa, en el coqueto barrio de Guadalupe. Los testigos fueron el hermano de Lole, Enrique y la madre de la novia. El ex gobernador había anunciado una fiesta en un club de golf, en las afueras de Santa Fe, pero el temor a los escraches y la efervescencia mediática que despertó la boda, lo obligaron a cambiar de planes, sobre todo por la inquietud que había generado entre los vecinos del country, donde -vaya paradoja- viven varios de sus ex funcionarios y algunos de los jueces más allegados.

Reutemann había anunciado que la fecha del casamiento era el 22 de diciembre "o antes", según aclaró por un canal de cable de Laguna Paiva, después de un largo silencio mediático. Fue antes: el sábado a la noche y rodeado por sus familiares. El senador había dicho también que daría el si en una "reunión íntima y muy austera" que después se supo se realizaría en el club de golf El Paso, a la vera de la autopista Rosario﷓Santa Fe, donde viven varios de sus ex funcionarios.

Pero después, la fiesta se suspendió a pedido de los propios vecinos del country, inquietos por una supuesta invasión mediática o los escraches que ya preparaban las organizaciones que contienen a víctimas de la catástrofe del río Salado. En las declaraciones al canal de Laguna Paiva, Reutemann respondió la pregunta cantada. "¿Por qué se casa?", le preguntó el cronista. "Por que me siento bien, cómodo, y desde hacía varios años", contestó Lole.

﷓¿Se casa el 22 de diciembre? ﷓insistió el colega

﷓Sí. O antes ﷓dijo Lole. Y fue antes. La noche de ese mismo sábado, la señora de Reutemann asistió a una despedida de año con sus amigas íntimas, planeada con anterioridad en una quinta de San José del Rincón, donde contó la noticia que, como no podía ser de otro modo, le valió el reproche de algunas de sus más allegadas, según un relato del diario de Santa Fe.