Sábado, 12 de mayo de 2007 | Hoy
El ministro Rosúa y el secretario Gálvez aseguraron ayer que desde el gobierno "estamos preocupados (por la ola de delitos violentos en Santa Fe capital), pero no desbordados", dijeron.
El ministro de Gobierno, Roberto Rosúa y el segundo de la cartera, Walter Gálvez, admitieron ayer la preocupación de la Casa Gris por la ola de inseguridad que jaquea a Santa Fe, pero ambos coincidieron en bajarle el tono a la crisis. "Estamos preocupados pero no desbordados", dijo Gálvez, para quien la seguidilla de crímenes y asaltos en la capital santafesina no son otra cosa que "hechos comunes y corrientes (sic), igual a los que veníamos teniendo. Es más: tenemos un delito de robo cada 560 habitantes que en términos estadísticos nos ubica en la media nacional. Y en cuanto a los 42 homicidios que tuvimos hasta ahora sólo un 10 por ciento fueron en ocasión de robo cuando Rosario tiene el 30 por ciento. Con lo cual, no estamos desbordados", agregó Gálvez. Un directo para el jefe de Policía de La Capital, comisario Juan Luis Hek que esta semana reveló que "Santa Fe es una ciudad más violenta que Rosario porque determinados sectores de la población deciden dirimir sus cuestiones, no en la justicia sino por mano propia y a través de la violencia".
La respuesta del gobierno ante la crisis es idéntica a la que ya esgrimió en situaciones anteriores: convocó a las Tropas de Operaciones Especiales y a efectivos de Los Pumas y anunció que reforzará la Unidad Regional I con 200 suboficiales y diez camionetas. El objetivo es saturar la calles de la ciudad con patrullajes y presencia policial, sobre todo en los barrios de la zona roja, donde las patrullas no entran. Un "Operativo de Prevención Activa", lo llamó el jefe de Policía de la provincia, Gabriel Leegstra que como también se sabe después se diluye en el tiempo.
Ayer, el ministro Rosúa aceptó que la violencia en Santa Fe es mayor a la de otras ciudades, pero aclaró que la problemática debe ser abordada "desde distintos ángulos". Y se comprometió a mantener la presencia policial en la ciudad. La instrucción del gobierno a las autoridades policiales es que se reedite el esquema de "saturación y presencia policial en las calles", con un aumento de efectivos y vehículos, que diera buenos resultados en otras oportunidades pero que, sistemáticamente, tiende a decaer con el tiempo.
"No podemos tolerar que esto se diluya en la burocracia. Necesitamos que se mantenga con el dinamismo que le estamos dando ahora. Por eso le encargué al jefe de Policía de la provincia y lo hice personalmente responsable de ello, que se mantenga un control permanente sobre el accionar de la Unidad Regional I", explicó el ministro.
"Los vecinos tienen que saber que vamos a hacer cortes, allanamientos, bloquear calles en busca de armas o de personas requeridas por la Justicia. Y necesitamos también un decidido apoyo del Poder Judicial para contar con las herramientas necesarias para llevar adelante estos procedimientos de manera ágil y efectiva", agregó Rosúa.
En la misma sintonía se pronunció el secretario de Gobierno, Walter Gálvez, quien confió que la sensación de inseguridad de los santafesinos puede bajarse "con un aumento de las fuerzas de seguridad especiales porque el ciudadano cuando ve mayor patrullaje, se siente más protegido", dijo.
"Así que en los próximos diez o quince días que los primeros 1.400 suboficiales para toda la provincia que egresarán del ISEF, unos 200 serán para la ciudad de Santa Fe, son jóvenes preparados y entrenados en el nuevo Instituto de Policía de la provincia. Creemos que esos nuevos recursos humanos que se sumarán al departamento La Capital, más 10 camionetas que en los próximos días también se verán en la ciudad, ayudarán a disuadir un poco la sensación de un aumento de los hechos delictivos que estamos padeciendo aquí, en la ciudad y en el departamento, aunque esto también va a ser un oxígeno para toda la provincia", insistió Gálvez.
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