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Martes, 15 de noviembre de 2005

SANTA FE › ARANCEDO SE SUMO A LA TEORIA DE LOS DOS DEMONIOS

Los '70, según el arzobispo

El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, se sumó ayer a una de las polémicas que detonó el documento de la Conferencia Episcopal Argentina al recrear la teoría de los dos demonios. "No hay que tener una mirada sesgada de la década del '70, sino ver la totalidad de lo que se ha vivido. La Iglesia dice que es mucho más grave el terrorismo de Estado, pero no se puede dejar de hablar también de lo que ha sido la guerrilla", dijo el prelado. Arancedo coincidió con el ala más dura del Episcopado que encabezan el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Bergoglio y su obispo auxiliar, monseñor Jorge Lozano, para quien los '70 ese "es un tema que sigue sin tener una resolución en nuestra sociedad y es una causa de división, o no se plantea adecuadamente".

En el documento, la Iglesia señaló la gravedad del "terror de Estado, los métodos empleados y los crímenes de lesa humanidad", pero también se preocupó porque "podría suceder que se acallen los crímenes de guerrilla, o no se los abominase debidamente".

La estocada a la política de derechos humanos del presidente Néstor Kirchner, generó la inmediata reacción del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a quien le pareció "poco feliz la recreación de la teoría de los dos demonios. Definitivamente no veo a nadie que haga una exaltación de la guerrilla como dice el documento. No conozco a nadie que haga semejante cosa", dijo Fernández. Pero remarcó que "parece importante recordar lo que el terrorismo de Estado hizo en la Argentina, que se llevó la vida de tantos inocentes".

"Yo creo que con respecto a los años pasados, a la década del '70 en particular, no hay que tener una mirada sesgada, parcializada, sino que hay que ver la totalidad de lo que se ha vivido. La verdad también en la historia es importante para construir el futuro, la mirada del pasado debe ser amplia, objetiva, que capte todos los matices que se vivían en ese momento, porque si se parcializa y se hace una lectura sesgada en vez de crear una pacificación, una pertenencia de toda la comunidad, corremos el peligro de crear distancias, separaciones, con el un criterio de justicieros. La Iglesia dice que es mucho más grave el terrorismo de Estado, pero no se puede dejar de hablar también de lo que ha sido la guerrilla. No se puede dejar de hablar, sin comparar", dijo monseñor Arancedo.

En declaraciones a las emisoras locales, Arancedo aclaró que el pronunciamiento de la Iglesia "no está dirigido contra el gobierno" del presidente Kirchner, sino "al pueblo de Dios en general. Está fuera de todo contexto de las elecciones, no hay ningún trasfondo político en esto, al contrario. Porque si bien el gobierno participa ciertamente con responsabilidad (en la lucha contra la exclusión social), no podemos callar lo que uno ve de pobreza y marginalidad@.

El arzobispo santafesino invitó a leer el texto de los obispos a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. "Hablamos del progreso que se ha notado y que se ve desde 2001. En dos o tres oportunidades se reconoce que hubo avances, pero al mismo tiempo somos concientes que todavía existen cosas que deben ser asumidas con la fuerza de una política de Estado. Los temas de la seguridad, de la pobreza, de la marginalidad", apuntó.

Arancedo expresó también su preocupación por la escalada de violencia que azota a la ciudad de Santa Fe. "Estoy muy triste, muy compungido, por la violencia que tenemos, que haya armas en las calles, que las cuestiones se diriman (a los tiros) es muy triste. Es algo que nos hiere a todos. Y requiere un trabajo en seguridad, aunque también hace falta de ejemplaridad en la política, porque en estos días hemos visto de estos cambios de partidos (por el pase del diputado nacional electo por el Pro, Eduardo Lorenzo æBorocotóÆ, al Frente para la Victoria), es un país que requiere más coherencia y convicción", dijo el arzobispo santafesino.

Respecto de la fuerte discusión que se está dando sobre la educación sexual, Arancedo aseveró que "la Iglesia no se opone". "No es que se le tenga temor al tema", afirmó. No obstante, abogó porque "los programas tengan la reflexión de todos los sectores como docentes, instituciones, padres". Y consideró que referirse sólo al uso de profilácticos "es reducir mucho el tema del sexo".

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