El titular de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) Julio Grondona, le prometió a un grupo de socios y ex directivos del Club Argentino de Rosario "apoyo y facilidades" para pagar la deuda que la entidad mantiene con la organización madre, lo que aleja el fantasma de la venta del estadio José María Olaeta, ubicado en barrio Sarmiento. "Ahora se quedaron sin excusas para vender el estadio. Grondona nos aseguró que Argentino tendrá toda la facilidad que necesite para pagar la deuda de 600 mil pesos que tiene con la AFA. Ahora le quedan solo 300 mil pesos de deuda que tiene que empezar a pagar recién en diciembre de 2006. Hay que ver que excusa encuentran los actuales directivos para vender el estadio", explicó Angel Baltuzzi a Rosario/12 , y uno de los que se reunió con el presidente de la AFA junto a Alfredo Olaeta -miembro de la familia que donó las tierras y el estadio- y Raúl Bertea como ex presidente de la institución.

Luego de la reunión -que tuvo lugar la última semana en Capital Federal- los tres connotados socios del club albo se mostraron optimistas con el futuro del estadio. "El tema fundamental es que la deuda que queda para pagar es de 300 mil pesos en tres años a partir de diciembre de 2006, con los cual ponemos en evidencia que la deuda es un pretexto para un negocio inmobiliario", resumió Baltuzzi.

El ex presidente de la entidad deportiva reveló que "Grondona nos aseguró que la deuda con la AFA no va ser motivo de problemas patrimoniales, y que va a tener la máxima flexibilidad y que de ningún modo va a pedir la quiebra del club. Y nos aseguró que no va a permitir que esta deuda sea el pretexto de la venta del estadio", destacó Baltuzzi.

Las declaraciones del titular de la AFA se dieron en el marco de la reunión que tuvo con los tres rosarinos que viajaron especialmente a Capital Federal para interiorizarlo del proyecto que promueve el oficialismo para vender el estadio de barrio Sarmiento. La actual conducción de Argentino, que lidera Ariel Sclafani, sostiene la necesidad de vender la cancha de Víctor Mercante 750 --cotizada en más de dos millones de dólares-- para cubrir la deuda de 900 mil pesos que arrojó el concurso preventivo. Pero de ese pasivo 602 mil pesos son los que se le debe a la AFA. Y Julio Grondona no sólo se comprometió a colaborar con la oposición para evitar la venta de la cancha que fuera donada por la familia de José Olaeta, sino que además le otorgó a la institución 20 años de plazo para saldar el más de medio millón de pesos de deuda. Con lo cual Sclafani se quedó sin argumentos sólidos para poner la venta el estadio salaíto, ya que con este acuerdo con la AFA al club le quedarían sólo 300 mil pesos de deuda con privados, a pagar en tres años, siendo la primera cuota el diciembre de 2006.

Según relató a Rosario/12 Alfredo Olaeta, "Grondona nos dijo que estadio que se vende no se repone, por lo cual nos dio su total apoyo para no venderlo, porque la AFA nunca ha pedido la quiebra de un club". De igual modo el descendiente del fundador de Argentino aseguró que "nos alentó para seguir peleando contra la venta del club".

Por su parte Raúl Bertea ex presidente del club y uno de los presentes en la reunión, confió a este diario que la reunión la gestó Ada Martínez, la viuda de Ricardo Cavalli, ex presidente de Argentino y amigo personal de Grondona y quien falleciera de un ataque cardíaco en la propia sede la AFA".

El proyecto de la comisión directiva que lidera Ariel Sclafani tiene como fin la construcción de un nuevo estadio para Argentino, pero no en los terrenos que la institución posee en Víctor Mercante 750 (3.500 metros cuadrados) sino en Av. Sorrento al 1400 (14 hectáreas), detrás del polideportivo del club. Aunque ese terreno es de propiedad fiscal, siendo administrado por el Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), que depende de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación. Allí, Argentino ocupa 4 hectáreas con una habilitación precaria y otras 10 en forma irregular. A pesar de ello, la dirigencia libró una concesión a un privado para explotarlo con fines comerciales, y que no están ligados a los intereses que persigue cualquier institución civil y sin fines de lucro.