Más allá de quién se imponga el domingo en las elecciones, en Central el primer acto de gobierno estará destinado a recomponer la relación con la Asociación del Fútbol Argentino. Y para eso sólo hay un camino: Pagar, tal cual reclama la entidad que preside Julio Grondona, 9 millones de pesos, para reducir así la millonaria deuda que la institución canaya mantiene con la entidad rectora del fútbol nacional. Para satisfacer el reclamo que llega desde Buenos Aires será perentorio levantar los embargos que pesan sobre las cuentas judiciales del club. Los dos principales acreedores habían aceptado suspender sus respectivas inhibiciones, pero no todas las agrupaciones estuvieron de acuerdo en realizar la operación. Con lo cual, quien asume el lunes tendrá inmovilizados los fondos auriazules y recibirá como primer llamado la invitación de Grondona a ordenar los números del club.

Central es la entidad que más dinero le debe a la AFA: algo más de 15.000.000 de pesos. Es por ellos que hace un mes atrás Grondona intimó a la jueza del concurso, Liliana Giorgetti, por el pago de 9.000.000 de pesos, advertido de que Central tiene un respaldo financiero en cuentas judiciales de 9.000.000 de dólares, aunque aquellos fondos están inmovilizados por los embargos entablados por dos famosos inversores del club.

Los problemas deportivos que suma el primer equipo ante cada presentación llevaron a prestar con más atención la sugerencia que llegó desde la AFA. Es que, ¿puede pensarse en una recuperación futbolística sin saldar deudas con la entidad que rige el deporte de la redonda? Lamentablemente, todos los actores en juego asumen que el primer paso a dar para remontar el vuelo del equipo se debe dar en AFA, y con cheque en mano.

De tal situación tomó nota la magistrada, que en su preocupación por sacar el equipo adelante logró conseguir la colaboración voluntaria de los dos inversores que tienen embargados los recursos económicos del Central. Ambos empresarios aceptaron levantar sus inhibiciones para pagarle a la AFA, lo que a su vez hubiese permitido a las próximas autoridades disponer libremente de los 6.000.000 de dólares que quedarían como reserva.

Pero sólo Horacio Usandizaga dio su venia para satisfacer a Grondona. Eduardo Settimini no contestó a tiempo y Alberto Joaquín solicitó un pedido por escrito de parte de la magistrada, lo que devoraba los tiempos disponibles para concretar la negociación peticionada por Grondona.

Es por ello que el nuevo presidente deberá, antes que nada, pagarle a la AFA lo que exige y se le debe. Pero para eso habrá que convencer a los inversores para que levanten sus embargos, dado que la predisposición de ellos podría cambiar radicalmente una vez conocido el nombre del nuevo presidente.

La entidad auriazul tiene cuentas en rojo por algo más de 15 millones de pesos en AFA, dinero que en los últimos cuatro años la dirigencia fue retirando en forma rutinaria. Pero en los próximos días, el nuevo presidente deberá cumplir con las peticiones que llegan desde Buenos Aires. Entre tanto, será la Justicia, por medio de la causa penal, la que deba decir dónde fueron a parar los millones de pesos que debieron llegar a Arroyito. Aunque, de acuerdo al avance del expediente, hay pocos motivos para pensar que la Justicia encuentre a los culpables.