0 Gimnasia (J): Valdivieso; Ruiz, Loeschbor, Berza, Almada; Quinteros, Pieters, Ramasco, Miramontes; Miranda y Silva. DT: Carlos Ramacciotti.

1 Ñuls: Villar; Aguilar, Schiavi, Ré, Quiroga; Donnet, Bernardello, Zapata, Ansaldi; Da Silva y Vázquez. DT: Ricardo Lombardi.

Goles: ST 18' Schiavi (N);

Cambios:ST 14' Carranza por Ruiz (G); 29 Dario González por Almada (G) y Salcedo por Vázquez (N); 37' Mainguyague por Donnet (N); 44' Seri por Da Silva (N) y Gómez por Ramasco (G).

Arbitro: Juan P. Pompei

Cancha: Gimnasia (J)

El ramillete de hinchas de Ñuls terminó festejando fuera del estadio cuando Pompei infló sus pulmones y descargó todo el aire en el silbato. El primer triunfo lejos de casa se había consumado. Atrás quedaban los piedrazos, el maltrato de la policía y hasta el intento por exiliarlos del estadio 23 agosto. Adentro, los jugadores buscaban identificar colores rojos y negros para agradecer el esfuerzo que fieles entregaron para estar junto a ellos. A esa altura de la jornada no importaba si el juego había permitido un disfrute mayor en las gradas. Ñuls se debía una alegría como visitante, para alcanzar un objetivo preciado: tres puntos ante un rival directo y que divide por las tres últimas temporadas.

Los dirigidos por Caruso Lombardi mostraron una cara diferente al de las anteriores excursiones. La actitud y la aptitud de sus futbolistas, mejor dotados técnicamente que sus rivales, melló las aspiraciones de los locales que no encontraron nunca un circuito de juego sólido.

La primer parte resultó ordinaria, con chances de gol nulas y un permanente desprecio por el buen trato del balón. En ese terreno, Ñuls trabajó el partido con inteligencia, teniendo a su oponente lejos de Villar y explotando los laterales, sobre todo el izquierdo que fue clausurado y utilizado ofensivamente por el debutante Juan Quiroga.

Pese al dominio territorial los remates al arco fueron capitalizados por los jugadores locales en dos ocasiones, mientras que en ataque, Ñuls sumaba la buena pegada de Ansaldi y el coraje de Da Silva y Vázquez, quien consiguió la más clara para su equipo cuando provocó un tiro libre a centímetros de la línea del área.

Salió mejor predispuesto el lobo jujeño para disputar el complemento. Los rojinegros sintieron el desgaste por las corridas de los hinchas y la discusión por la vuelta de sus seguidores, y en la revuelta, Villar debió intervenir dos veces cuando el reloj apenas marcaba treinta segundos, en un mano a mano con Miramontes y en el rebote posterior.

El sacudón despertó a los rojinegros y enseguida Donnet ganó posiciones por derecha y su remate de zurda salió apenas arriba del ángulo de Valdivieso. La virtud estaba en que los intentos se repetían con la pelota al piso, y ante la desesperación por no conseguirla, los jujeños comenzaron a cargarse de tarjetas amarillas.

El partido se encaminaba a un cierre con los dos equipos aferrándose al cero, pero Ñuls siempre dejó claro que era el más ambicioso. Y la diferencia llegó a través de uno de los jugadores más generosos del plantel: Schiavi, sorpresivamente sin marcas en el instante en que Matías Donnet ejecutó el tiro libre, conectó de cabeza y de emboquillada venció la resistencia de Valdivieso, que tendrá inmotalizado su vuelo esteril. La ventaja llenó de aplomo a los jugadores rojinegros. Gimnasia fue a buscar lo que no había conseguido durante gran parte del juego y Ramacciotti se acordó de poner a Carranza cuando las dos líneas defensivas de Ñuls eran integradas por ocho jugadores. Un tiro libre del ex Chicago, que se fue rozando el palo izquierdo de Villar, fue lo más claro de un equipo anémico de ideas.