Domingo, 2 de diciembre de 2007 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MúSICA. EL MUR ROCKSARIO YA REÚNE A CASI MEDIO CENTENAR DE BANDAS
Se nuclearon imitando al movimiento post Cromañón que nació
en Buenos Aires para seguir encontrando lugares alternativos
para los conciertos. También tocan en apoyo a causas sociales.
Por Edgardo Pérez Castillo
Luego de la tragedia de Cromañón, el cierre masivo de espacios en los cuales poder realizar presentaciones en vivo y un reajuste en los requisitos para llevar adelante recitales en espacios cerrados, la agrupación Músicos Unidos por el Rock comenzó a funcionar en Buenos Aires para proponer mecanismos de discusión y resistencia ante el peligro de extinción del movimiento under. En julio de 2006, ese mismo proyecto comenzó a dar sus primer pasos en Rosario. Hoy, el MUR Rocksario reúne a medio centenar de bandas que, con mayor o menor participación, se suman a los festivales y actividades que desarrollan en apoyo a diversas causas desde un primer intento en respaldo a los trabajadores de ISI hasta los más recientes en apoyo a los del Lavadero Virasoro, en contra de la campaña bélica norteamericana o conmemorando la figura de Ernesto Guevara, y a las habituales reuniones que llevan a cabo en el local de San Luis 4526, donde en las últimas semanas comenzaron a debatir en torno a la Ley del Músico y su posible adaptación a la problemática real de las bandas de la ciudad.
En ese marco, el próximo viernes en la Facultad de Humanidades y Artes tendrá lugar una asamblea en la que se definirán los puntos centrales de la propuesta que luego elevarán a las secretarías de cultura municipal, provincial y nacional, además de la elaboración de un estatuto interno y la gestación de una comisión directiva que le brindará al movimiento una mayor representatividad.
En Rosario todo comenzó con una primer asamblea en la que se intentaban delinear los aspectos a tratar en una ciudad que, si bien tenía algunos escollos en común con Buenos Aires, presenta sus propios inconvenientes a la hora de llevar adelante un proyecto artístico. "La realidad acá es muy diferente a la Buenos Aires, hay problemáticas particulares de los músicos y las bandas de Rosario", apuntó en ese sentido Alan Famularo, uno de los líderes del movimiento. De esa manera se organizó un primer recital con el objetivo de recaudar fondos para financiar nuevas actividades. Aquella fecha inaugural contó con la participación de Amaro Lucano, banda que a fin de este año alcanzará la nada despreciable cifra de 60 presentaciones, muchas de ellas dentro de las actividades organizadas por el MUR.
José Lioi, cantante del grupo que se distingue por su propuesta de rock en italiano, reconoció que "el MUR propone una opción independiente", y resaltó: "Nosotros en Rosario no habíamos tenido muchas posibilidades de expansión, porque nunca pertenecimos a la órbita de la Secretaría de Cultura. El MUR propone un aire nuevo, porque permite juntarnos por fuera de lo que se viene haciendo, o de la dependencia de la Secretaría de Cultura".
Conscientes de que "con voluntad, a pesar de no tener viento a favor, se pueden hacer cosas", los Amaro Lucano encontraron en los festivales organizados por el MUR a un nuevo espacio de contención. "Si nosotros vamos un día a Plaza San Martín y sacamos energía de un poste para tocar podemos llegar a tocar medio tema antes de que la GUM nos eche a patadas. En cambio cuando existe un movimiento, y hay una organización, eso no se desconoce, e incluso el sistema te da una mano, porque existe una causa noble. Además la unión hace la fuerza, y para nosotros el MUR es la posibilidad de juntarnos", consideró Lioi.
En paralelo, desde la agrupación se apunta a la creación de un centro cultural que aloje además a expresiones como las artes circenses. "La idea es tratar de generar este espacio, manejado por los propios artistas. La idea no es lucrar, sino lograr un espacio en el que se puedan expresar todas estas artes", detalló Candela Paduan, miembro del MUR, respecto a un proyecto que intentarán instalar en los viejos galpones de ferrocarril ubicados entre La Casa del Tango y el Centro Municipal Distrito Centro.
Por otra parte, la experiencia local está marcada por un carácter participativo que no se restringe a ninguna corriente estética o política, según explicó Famularo: "El MUR ideológicamente es apartidario, aunque no así sus integrantes. Dentro del MUR hay gente del PO, del MST, del PJ, radicales, pero no se discute la ideología partidaria, sino la problemática de cada una de las bandas y el apoyo a ciertas causas. Entendemos que somos trabajadores, y generalmente las causas que apoyamos son a los trabajadores. Pero a los músicos no se los considera trabajadores. De hecho en un festival se le paga a sonidistas, iluminadores, al lugar, al que limpia, pero no a las bandas. Eso es algo que no se está respetando".
A partir de esa desregulación, desde el movimiento rosarino comenzaron a trabajar sobre distintos aspectos de la Ley del Músico (data de 1958 pero fue reglamentada en 2005), que propone la profesionalización de los compositores e intérpretes y plantea un marco legal para el desarrollo laboral.
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