0 Banfield: Santillo; Galarza, Barraza, Devaca, Broggi; Pio, Daniel Quinteros, Villarreal, Civelli; Barrales, Cvitanich. DT: Miguel Jerez.

1 Ñuls: Gutiérrez; Ré, Schiavi, Spolli, Quiroga; Aguilar, Pablo Pérez, Sosa, Vangioni; Salcedo, Ferreira. DT: Ricardo Caruso Lombardi.

Goles: PT: 45m Salcedo (Ñ).

Cambios: ST: 12m Laso por Galarza (B), 28m Pavlovich por Barrales (B) y Zapata por Sosa (Ñ), 32m Vergara por Pio (B) y Sperdutti por Ferreira (Ñ), 41m Fideleff por Pablo Pérez (Ñ).

Arbitro: Alejandro Sabino

Cancha: Banfield

Fue un partido mal jugado, de mucha pierna fuerte y poco pie, con pelota por el aire y repetidos forcejeos. Es así como fueron los defensores los que se sintieron más cómodos, y los mejores de todos fueron Rolando Schiavi y Nicolás Spolli. Por eso para los leprosos fue suficiente un rapto se lucidez de Salcedo para sacar ventaja mínima y sostenerla con sus referentes defensivos como pilares. Ñuls volvió al triunfo y su entrenador luego confirmó su continuidad hasta fin del certamen.

Como sucediera semanas atrás, otra vez Ñuls salió a la cancha bajo rumores de renuncia de su entrenador si la victoria asomaba al final de los 90 minutos. Pero los jugadores no se detuvieron en trascendidos, y salieron a recomponer la devaluada imagen del equipo cumpliendo el libreto pensado por el técnico.

La primera parte se jugó, en general, como quiso la lepra: con pelota muy disputada, delanteros sin capacidad de gravitación y arqueros con escaso protagonismo. Esto ocurrió porque los rojinegros batallaron sin cesar y los talentos del taladro, como Cvitanich y Civelli, nada pudieron hacer para eludir el rigor de la marca rival.

El repaso de acciones emotivas se reducen en un fallido cabezazo de Barrales (Schiavi lo hostigó en el momento del impacto y la pelota salió desviada) y un remate de Cvitanich a las manos de Gutiérrez, en la única maniobra en la que pudo deshacerse de Spolli, al recibir una pelota de frente pisando el área mayor.

Por el lado de Ñuls, las maniobras ofensivas se redujeron a solitarias corridas de Salcedo o Ferreira, pues ninguno de los volantes gestó una maniobra individual para intentar asistir a los delanteros, menos aún se pudo ver alguna construcción colectiva. Pero los puntas se las arreglaron. Porque en una ocasión Ferreira, pisando la mitad de la cancha, le tiró un pase profundo al paraguayo, que logró desarticular Santillo justo antes de que defina el goleador, y sobre el final del primer tiempo, un pelotazo de Aguilar fue mal calculado por Devaca al picar y la recibió Salcedo, quien sacó un derechazo cruzado imposible de resolver para el uno local.

El trámite hizo imposible justificar la diferencia obtenida. Pero si se destaca lo desprolijo y confuso que fue el juego, entonces así se puede interpretar los motivos que pusieron a la lepra arriba.

La batalla táctica ganada por los leprosos se extendió en el complemento, por más que Banfield logró jugar más tiempo en campo rojinegro, y por ende más cerca de Gutiérrez. Aunque recién a falta de diez minutos el local asustó a la lepra, en jugada que nació en los pies de Laso, quien tiró un centro atrás que dejó a Barrales frente al gol, pero la pelota cayó en las manos del arquero.

En el cierre del partido el local intentó presionar metiendo la pelota en el área de Gutiérrez. Pero en el fondo leproso no hubo un sólo yerro, más aún en el tramo final donde aparecieron en cancha Zapata y Fideleff. Ñuls llevaba cuatro partidos sin ganar y con los tres puntos de ayer se aseguró que terminará el torneo con un promedio superar al San Martín de San Juan (descendió ayer), Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Racing, más allá de lo que suceda en las dos últimas fechas.