Si bien la atención está puesta en la negociación con Cristian González para sellar su continuidad, lo que le quita el sueño a Horacio Usandizaga es el pasado que vuelve. Y si se habla del pasado de Central no se puede más que referirse a trastornos económicos y administrativos, como el aparecido el miércoles en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), donde dos embargos, por la suma total de casi 800 mil dólares, tienen inhibido a la entidad para enviar transfer e inscribir jugadores. Pero el Vasco insta a la reconstrucción del club, y a tales efectos ayer presentó el programa deportivo a realizar en la divisiones inferiores, que en su elaboración contó con el asesoramiento de Jorge Bernardo Griffa.

El pasado que vuelve. La sucesión de anuncios institucionales tienen a los hinchas canayas embelesados con la actual dirigencia. Pero no hay obra que pueda ocultar lo que viene de padecer el club, y por si alguien lo olvida aparecen embargos que recuerdan las tardes de drama administrativo y rumores de quiebra. Usandizaga debió hacer memoria al recibir la notificación de que en AFA llegaron a nombre de Central dos embargos, uno por 435 mil dólares y otro por 360 mil de la moneda norteamericana. Quienes exigen tales cifras, munidos de respectivos pagaré, son los representantes de jugadores Juan Carlos Silvetti y Hugo Castañeira.

Silvetti es acreedor de Central gracias a un convenio firmado con la anterior comisión directiva, que le encomendó gestionar el cobro por "derechos de formación", a pesar de que la AFA brinda tal servicio gratuitamente, quedándose con el 30 por ciento de las tramitaciones cobradas. Castañeira, en cambio, dice que el club le debe plata pero se desconoce la procedencia de la deuda, debido a que la intervención que pasara por Arroyito evitó aguzar la vista en tales casos. Como fuera, los abogados del club viajaron a Buenos Aires a destrabar las inhibiciones.

El futuro que ilusiona. Si bien no son pocos los que abren apuestas por Central tras la contratación de Ezequiel González, la dirigencia extiende los plazos, y lanzó ayer su proyecto para divisiones inferiores, empresa que abarcará la inclusión de diversos profesionales, pero que por sobre todo aspira a retomar el lugar que el fútbol rosarino ostentó décadas atrás: el de formador de jugadores. "Queremos que lo chicos compitan consigo mismo, que se superen día a día y tengan la ilusión de jugar en Primera", resaltó el vicepresidente Alfredo Bühler.

Para reconstruir la escuela deportiva auriazul, la dirigencia promete espantar de la Ciudad Deportiva a representantes y barras, y rodeará a los chicos de profesionales entendidos en educación física, psicología y medicina, y supervisores que atenderán el nivel escolar de los niños.

El ambicioso proyecto aspira emular el trabajo de quienes son los mejores en la materia, y por eso Usandizaga se asesoró con Jorge Griffa. En rigor, el Vasco pretendía rubricar algún tipo de convenio con el ex jugador de Ñuls y su Academia, pero el "Maestro" se obtuvo de dar tal paso por lógicas razones de simpatía deportiva.

El presente que demanda. La renovación del contrato de Cristian González es la prioridad de la dirigencia para estos días, por lo cual se espera para hoy una nueva reunión entre dirigencia y jugador que permita acercar las partes. Aún hay diferencias del orden económico y la duración del contrato, pero se espera una resolución para antes del lunes, día en que el plantel retomará los entrenamientos.