Los sueños de Horacio Usandizaga a cumplir en Central son los que reclama el hincha ordinario: un club sin barras, con dirigentes que no se lleven los billetes de la entidad, inferiores con profesionales probos y un equipo de vuelo alto en el certamen mayor. Quizás por ello el Vasco arrasó en las elecciones, cautivando a todos los sectores del electorado, burlándose así de los eruditos empíricos de las encuestadoras. Un presidente que imponga cambios de raíz, ésa fue su promesa. Aunque a veces los cambios son sólo de nombres. Como ocurre en las divisiones inferiores, donde meses atrás se echó al "sinvergüenza" de Juan Carlos Silvetti para abrirle las puertas al abogado Cristian Le Bihan, que tiene antecedentes en Arroyito parecidos al representante saliente, y algunos de los cuales se contradicen con las máximas de conducción izadas por el Vasco en su asunción.

Cuando Usandizaga tomó la decisión de prescindir de los servicios de Leonardo Madelón como entrenador, la terna de candidatos a sucederlo tenía, entre otros, a Leonardo Astrada, quien fue echado por los dirigentes para darle el gusto al grupo inversor de turno, desestimando la vasta adhesión que el entrenador tenía en los hinchas. Pero entre los candidatos el Vasco Astrada duró lo que se grita un gol: fue desplazado de la consideración del presidente por haberle hecho juicio al club, actitud que "no se puede perdonar". El ex jugador de River, para cobrar lo que se le debía (270.400 pesos), debió acudir al Juzgado Comercial Nº 19 de Capital Federal. El 31 de octubre de 2003, Pablo Scarabino, Gonzalo Estévez y Marcelo Gastaldi, en su carácter de presidente, secretario y tesorero de Central, respectivamente, tuvieron la bondad de firmar bajo fe de la escribana Claudia Costarelli la cesión a Juan Carlos Silvetti de "el 30 por ciento de los resultados económicos a obtenerse a favor de nuestra entidad, con motivo de las gestiones que éste efectúe por sí o por terceros ante la AFA y ante la FIFA, respecto de los reclamos correspondientes al mecanismo de solidaridad referente a las transferencias internacionales de jugadores". Dicho trámite es un servicio gratuito que la AFA brinda a las entidades. Pero en Arroyito sólo confiaban en Silvetti.

Caído en desgracia Scarabino, Silvetti no dudó en trabar embargos sobre Central en la AFA para cobrar lo que se le debe. Central, claro está, la deberá saldar la deuda. Pero a la apretada administrativa del representante el Vasco reaccionó a pulso veloz: intimó a los jugadores del primer equipo que eran representados por Silvetti a que rompan dicho vínculo para no ser desplazados del plantel. Entre ellos estaba Damián Díaz, quien justo días después de la expulsión de Silvetti se encontró en el medio de una negociación que lo tenía con alentadores pronósticos de pasar a Boca. Los chicos, ante el mensaje apodíctico del Vasco, se deshicieron de Silvetti. Pero había que conseguirle representante a Díaz para que negocie su contrato con Boca. Y de acuerdo a lo apuntado por algunos dirigentes, Manuel Usandizaga, en su carácter de asesor legal de Central, autorizó a que Cristian Le Bihan sea el encargado de defender los intereses económicos del volante zurdo. Será en la urgencia por resolver la problemática de Díaz, que Manuel no reparó en los antecedentes que el nuevo representantes tiene en el club. Es que Le Bihan no escapa a la galería de personajes que en los últimos años pasaron por Central y terminaron haciéndole juicio a la entidad. El sucesor de Silvetti se presentó el año pasado en el juzgado de Primera Instancia Civil y Comercial de la 11ª Nominación para elevar una demanda contra Central donde solicitó y obtuvo la inhibición del club en AFA a efectos de impedir que la institución auriazul autorice la transferencia de cualquier jugador de fútbol. La medida cautelar, bajo expediente 522/07, se fundaba en un pagaré de autonomía y abstracción cambiaria, por lo que se desconocía la causa jurídica de la obligación, y exigía el pago de 122 mil dólares, más otros 30 mil de la moneda norteamericana en concepto de intereses y costas. Le Bihan, además, es patrocinante de otros demandantes que tiene la institución.

La semana pasada, con Usandizaga en Japón, Le Bihan volvió a Central con aires pretenciosos: en su carácter de representante de Milton Caraglio, otro ex Silvetti, al menos en lo formal, solicitaba la venta del delantero al fútbol de Suiza. Con el Vasco en Asia junto al Sub 20 y Manuel en Bariloche, nadie pudo solucionarle el problema. Y ahora pide un resarcimiento económico para su representado por la operación frustrada.