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Lunes, 26 de diciembre de 2005

DEPORTES › JAVIER CAMPORA, GOLEADOR ARGENTINO Y EN EL FONDO DE LA TABLA

"Soy como el héroe de las minorías"

En Fénix (Uruguay) y en Deportes Concepción (Chile) jugó con
hinchadas no mucho más grandes que la de Tiro. Tanta humildad
como la que transmite el goleador menos pensado del Apertura.

 Por Alejo Diz

En Uruguay jugó para un equipo de barrio (Fénix) cuya hinchada estaba compuesta por las familias socias del club. En Chile lo hizo para otro chico (Deportes Concepción) donde "siempre éramos visitantes". Como para mantener esa identificación deportiva, Javier Cámpora firmó para Tiro Federal en julio último. Y con la desconocida -para el fútbol grande del país- camiseta de Ludueña cerró el 2005 como goleador del torneo Apertura (13 tantos). "Será que soy como el héroe de las minorías", asume con humor el ex jugador de Central que estuvo lejos de consagrarse por sus gritos en Arroyito. "Ojalá pueda volver", admite el artillero nacional en diálogo con Rosario/12. "Veo que muchos se preguntan cómo puede ser que el goleador del campeonato sea del equipo que terminó último. Pero son cosas que tiene el fútbol. El tema es que como me tocó jugar de punta y sólo, y que soy el que trata de darle el último pase a la red, fuí el que tenía que definir las jugadas. Pero mis goles se basaron en el esfuerzo de los muchachos por ponerme en situaciones de gol", justifica Cámpora sus producciones deportivas.

-¿Tus colegas te reconocieron por ser el goleador de un equipo chico?

-Sí, me toman en broma y me dicen que jugar en Tiro es fácil porque creamos 20 situaciones de gol por partido. Eso es algo que me recalcaron siempre. Pero el mérito es de todos. En algunos partidos, como Gimnasia y Esgrima, tuve algunas situaciones de gol y por suerte la pelota entró.

-¿Esa suerte te acompañó en tu paso por el fútbol uruguayo?

-Sí, se dio de que en Central no tenía la posibilidad de jugar porque estaban Figueroa y Delgado y opté por irme a Fénix. Llegué a un club bien de barrio y donde nuestra hinchada eran todas familias. Hicimos historia porque era un equipo que recién ascendía, donde la aspiración era mantener la categoría. Con la llegada de (Juan Ramón) Carrasco como técnico logramos salir campeón de la liguilla, subcampeón de Uruguay y jugamos Copa Libertadores. Fue todo un sueño para la gente ver el club del barrio jugando la Libertadores.

-Siendo un club tan chico de Uruguay y viniendo de Central, ¿con qué ánimo llegaste a Fénix?

-No llegué bien de ánimo. En verdad tenía todo arreglado para irme a Barcelona de Ecuador. Me habían mandado hasta los pasajes. Pero un día antes hablé con una gente de Uruguay y aunque la plata era mucho menos me fui a Fénix porque quería tener la familia cerca. Crecí mucho en esa época. Vivía sólo y debí aprender cosas tan sencillas como cocinar y lavarme la ropa. Hice amigos que vienen a visitarme seguido. Fueron casi dos años donde aprendí muchas cosas.

-¿Cómo es el fútbol uruguayo?

-Cuando nosotros arrancamos la era Carrasco, todos se sorprendieron porque éramos un equipo ultraofensivo, dinámico y que siempre pensaba en el arco rival. Que Fénix proponga eso fue como una revolución. Ellos juegan un fútbol lento, de mucha fricción y nuestro equipo era todo lo contrario, porque proponía jugar con balón al pie, tres puntas y dos enganches. En ofensiva teníamos muchas variantes, aunque por ahí nos faltaba ser un poco más equilibrados en la parte defensiva porque terminábamos con siete hombre en ataque. Era una locura, pero también nuestro estilo de juego.

-¿Sabías que te ibas a encontrar con esa propuesta deportiva?

-No, no, cuando llegué había otro técnico que casualmente era todo lo contrario. Metía dos líneas de cuatro y si hacíamos dos toques seguidos nos abrazábamos entre nosotros porque era todo pum para arriba y arreglátela. Pero cuando llegó Carrasco fue muy positivo para todos porque de esa camada de jugadores la gran mayoría se fue a jugar a España o a Peñarol y Nacional. Ese año hicimos más de 90 goles y fuimos el equipo que más tantos marcó en una temporada. Se dieron un montón de cosas positivas.

-¿Cómo era Carrasco? Se lo ve algo irascible y huraño.

-Tengo muchas anécdotas de él. Una vez estábamos haciendo un trabajo táctico y uno de los jugadores en vez de llamarlo Juan Ramón le dijo Juan Carlos. Se quedó mirándolo y le preguntó: "cómo me dijiste". "Juan Carlos; le quería preguntar...", le dice el jugador. "Después del presidente el que más sale en televisión soy yo y vos me venís a llamar Juan Carlos. Tomátela de acá", le dijo Carrasco y lo echó de la práctica. Tenía esas cosas que a veces eran graciosas pero que marcaban su personalidad. Pero era claro y veía bien el fútbol. Ese equipo anduvo muy bien.

-¿Hubieses preferido mostrar tu mejor nivel en Central?

-No sé, por ahí es lo que soñé. Pero en el fútbol hay momentos y en Central al técnico no le convencía mi juego o había otro jugador que estaba mejor que yo. Lo bueno de esto es que el fútbol siempre te da un oportunidad más, como la tuve yo. Y estoy muy agradecido a la gente de Tiro Federal.

-Pero cuando negociabas con Tiro los directivos de Ludueña no estaban totalmente convencidos de contratarte.

-Yo tenía otra posibilidad para jugar en México y la estaba esperando. Salió lo de Tiro y me decidí, aunque (Jorge) Castelli ya tenía el equipo armado. Llegué sobre el final y tal es así que en las primeras prácticas jugaba para los suplentes, y de número ocho.

-¿Castelli te ponía de ocho?

-Jorge sabía que era delantero. Me preguntó si me animaba a jugar de ocho y acepté con tal de estar en una cancha, aunque no iba a rendir lo mismo. Pero tuve la suerte que jugando de ocho hice un par de goles en los entrenamientos y eso le hizo ver al técnico que era goleador.

-Aunque al firmar para Tiro jamás pensaste en ser el goleador del torneo.

-No, claro, y más con los goleadores que juegan en el fútbol argentino. Mi meta era a corto plazo. Primero quería ponerme bien en lo físico, intentar jugar y ganarme un puesto y después con hacer ocho o nueve goles iba a ser bueno porque había tomado como medida los goles que hizo Caggiano (Huracán de Tres Arroyos) en el torneo anterior. Pero llegar a los 13 fue algo muy lindo. Cuando le hago los tres a Central me junté con un amigo y le dije que (Nicolás) Frutos (Independiente), que era el goleador del campeonato, estaba asustado por mis goles. Hace unos días mi amigo me recordó eso. Todo me costó más de lo pensado, pero ahora se disfruta el doble.

-Cuando hacés un gol y levantás la cabeza para festejarlo tenés sólo 30 tipos alentándote. ¿Cómo es eso?

-Yo estaba acostumbrado a ver las dos tribunas de Central. Pero me acostumbre en Uruguay a jugar con poca gente. Allá teníamos dos mil hinchas. Y en Chile (Deportes Concepción) jugábamos ante cinco mil personas. Como en Uruguay, éramos visitante en todos lados.

-Sos algo así como el ídolo de los más débiles.

-Sí, como el héroe de las minorías (risas). Pero de a poco acá la gente se va haciendo hincha de Tiro. Y si seguimos en Primera, tendremos más hinchas.

-¿Cómo fue tratado Tiro Federal en Buenos Aires?

-Al principio los medios nos tomaban medio en joda y eso molestaba mucho, porque no hay que desmerecer a nadie. Arrancamos tan mal que todos nos daban por descendidos. Pero con la llegada de Solari las cosas empezaron a cambiar. Nos sentimos mejor físicamente, en lo futbolístico y el cambio se vio en la cancha.

-¿En algún momento sufrieron la cargada de algún colega?

-No, todo los contrario. Siempre fueron muy respetuosos. Tras perder con Estudiantes ellos mismos nos dieron fuerzas para seguir adelante y nos tiraron buen onda. Nunca sufrimos una burla.

-¿Se sienten solos en esta empresa de dejar a Tiro en Primera?

-Y sí, somos conscientes de que estamos solos en muchas cosas. Pero estoy convencido que el campeonato que viene tendremos muchas posibilidades de conservar la categoría. De quedarme, voy hacer fuerza por esta institución que me dio la posibilidad de jugar en Primera y en el barrio donde nació mi viejo. Conozco a mucha gente de Ludueña, mis abuelos vivieron allí y para mi viejo todo esto es muy lindo. Mi padre siempre me cuenta las veces que tuvo que levantar la casa por las inundaciones. Esto también es para él.

-¿Y qué cambió en lo personal ser el goleador del fútbol argentino?

-En que me llaman un poco más por teléfono.

-¿Pero no te enloquece ahora saber cuál será tu futuro?

-No, porque hace seis meses estaba colgado y sin club. Me acuerdo de todas las cosas que tuve que pasar.

-En apenas seis meses pasaste de ser un desocupado a goleador del Apertura. ¿Cómo se hace para asimilar estas situaciones tan disímiles en poco tiempo?

-El fútbol por ahí es perverso. Pero el jugador debe tener un equilibrio y manejarse de la misma manera en cualquier situación. Yo me he tenido que ir a jugar afuera para mostrarme y no para hacer una diferencia económica. Sigo pensando en que si se hacen bien las cosas en cada entrenamiento lo que se busca llega tarde o temprano. Soy una persona creyente y con fe se logran muchas cosas.

-¿Pensaste en dejar el fútbol?

-Me pasó el año pasado cuando estuve en Central. Fui a pedir el pase para irme a jugar a otro lado porque un préstamo iba a ser difícil de conseguir por mi inactividad. En Central no me querían dar el pase pero después me dijeron que si renunciaba a la deuda que el club tenía conmigo me lo daban. Y a pesar de que esos eran todos mis ahorros, acepté por mi deseo de jugar. Me decidí a empezar de nuevo con 25 años y me iba a pelear afuera. Pero cuando voy a firmar por la deuda, me piden más plata. Les dije a los dirigentes que se estaban quedando con todos mis ahorros y que encima me pedían más plata. No tenía más que eso porque no había ganado fortunas. Toda mi plata estaba en Central. Me fui con mucha indignación y bronca. Al final tuve que pedir plata prestada para irme a jugar a otro lado. Estaba pidiendo mi libertad laboral, sólo eso. Pero tuve que dejar todos mis ahorros, vender el auto y además pedir prestado. Este momento mío es un poco una revancha contra los dirigentes de Central. Se puede ser mal dirigente o incapaz, como hay en Central, pero ser mala gente no se acepta. En Uruguay me alcanzaba para vivir y me tenía que privar de algunas cosas para mandarle plata a mi hija.

-Pero deseas volver a Central.

-Sí, pero con estos dirigentes es imposible.

-¿En fútbol los perjudicados son siempre los jugadores? ¿El futbolista gana el dinero que realmente produce?

-Es así, pero son las reglas que tiene el fútbol. En este ambiente lo único sano es el jugador.

-Ahora tus expectativas son muy diferentes.

-Sí, sería muy importante tener una oportunidad grande. En enero cumplo 26 años, la edad justa para irme. Si existe la chance y nos podemos de acuerdo entre las partes, sería muy bueno para mi.

-¿Tenés también la curiosidad de probar tu juego en ligas más competitivas?

-Sería muy lindo. Uno sueña mucho en esas cosas; en patear en Italia, España o México.

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Como punta de Tiro Federal, Javier Cámpora con frecuencia se las tiene que arreglar solo. Pero dice que sus trece goles fueron resultado del "esfuerzo" de sus compañeros.
 
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