Lunes, 26 de diciembre de 2005 | Hoy
OPINIóN › 7 DIAS EN LA CIUDAD
Por Leo Ricciardino
El proceso por el que el Concejo Municipal aprobó la reforma tributaria de Rosario -incluido el aumento en la Tasa General de Inmuebles, entre muchos otros ítems que sufrieron incrementos- dejó en claro que la mayoría socialista en el cuerpo parlamentario intentará a toda costa buscar el consenso para los temas más importantes, aunque le alcancen los votos propios en el recinto para sacar cualquier mensaje del Ejecutivo.
Aceptar las modificaciones propuestas por los ediles del ARI no sólo fue un acierto porque redundó en un Código Tributario más progresivo (pagarán más los que más tienen), sino además porque significó un gesto político que no suelen tenen las mayorías en el país. Más en una semana en la que el Congreso de la Nación dejó pintada a la oposición en temas centrales, y donde el Senado de la provincia se convirtió en una "escribanía" del gobierno provincial -al decir de los opositores- al votar a toda velocidad la carta blanca que necesita el Ejecutivo para autorizar las futuras negociaciones por el traspaso accionario del grupo Suez.
Claro que el oficialismo en Rosario sabía que la reforma al Código Tributario -sobre todo el abultado aumento de la tasa- traería aparejadas muchas críticas y necesitaba rodear al proyecto final de un acuerdo más allá de su pro pia y numerosa bancada.
Mientras el peronismo encontró una brecha para ejercer una oposición más notoria y política hacia afuera; los concejales aristas eligieron aprovechar la "debilidad" socialista para mejorar un proyecto que de todas maneras tendría un trámite parlamentario favorable. Así, Nire Roldán jugó un papel clave al introducir modificaciones que permitirán nada más y nada menos que los barrios más postergados sufran menos el incremento tributario a partir de compensar esa recaudación con un aumento del Derecho de Registro e Inspección para aquellas grandes superficies comerciales que no tienen casa matriz en la ciudad.
Las modificaciones que planteaba por otro lado el radical Jorge Boasso (un experto en materia tributaria) eran técnicamente impecables, pero mucho menos notorias desde el punto de vista político en sus resultados inmediatos. Por otra parte, se sabe, una cosa es para el oficialismo aceptar un proyecto del concejal Ro ldán y otra muy distinta es darle la razón a quien fue uno de los enemigos íntimos más descatados.
Con todo el aumento se sentirá, no será alto para algunos pero tomando los porcentajes, realmente se nota que son significativos: casi un 75 % ciento en la TGI, un 100 % en el acarreo de vehículos al corralón de Tránsito, y más de 150 % en la tasa de mantenimiento de cementerios, entre otros rubros que se modificarán. Si a este se le suma el reciente aumento de la tarifa de taxis y el seguro incremento en el boleto de colectivos de cara a la próxima concesión del servicio; la suma se hace más y más abultada para los bolsillos rosarinos. Y eso que aún falta un 35 % más en la futura tarifa de Aguas Provinciales.
La Municipalidad de Rosario no está en problemas económicos, pero tendrá este año algunos sacudones financieros, sobre todo teniendo en cuenta el resultado que puede tener el plenario de mañana de secretarios generales de los sindicatos de Municipales de toda la provincia, donde habrá un fuerte reclamo por las paritarias y el aumento de los salarios para el sector. De esa reunión saldrá sin duda, un plan de lucha que tendrá distintas intensidades a partir de los primeros días del año que ya comienza.
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