Aunque no lo dijo, su proceder no dejó dudas: Miguel Russo no quiso seguir en el banco de Central. Para eso pidió un contrato por cifras insólitas para el fútbol sudamericano (ver aparte), lo que disparó en la fractura de la Comisión Directiva y la salida por "licencia" de Horacio Usandizaga, y luego se negó a continuar a pesar de que el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Daniel Viliguer, lo invitó a firmar el contrato con los números de la polémica. Descartado Edgardo Bauza, la directiva de Arroyito irá por Leonardo Astrada, quien en el 2006 fue despedido por imposición del grupo inversor que subvencionaba el fútbol profesional.

El conflicto disparado por la situación de Miguel Russo en Central volvió a disparar confrontaciones entre las propias autoridades del club, como ocurriera años atrás entre Pablo Scarabino y Gonzalo Estévez, y Víctor Vesco con Jorge Sauan. Opiniones al margen sobre lo que se le puede pagar a Russo, lo que está en discusión en Arroyito no sólo es la definición del cuerpo técnico para la próxima temporada, sino un modelo de gobierno, apareciendo de nuevo sobre el ambiente auriazul dirigentes que alientan la vuelta de inversores y prestamistas, los mismos que llevaron a la entidad a la timba financiera en la que todos ganaron, menos la institución.

Esos inversores que ofrecían acercar el dinero para pagarle a Russo los millones de dólares pedidos son los mismos que rodearon al entrenador en su período de trabajo en el club bajo la última gestión de Vesco, donde la maniobras administrativas indefectiblemente perjudicaban las cuentas del club, al punto de llevar a Central a un concurso preventivo.

El vicepresidente Viliguer, en ejercicio de la presidencia por 30 días, al menos, es quien enarbola la bandera de pagar lo que el club no genera, con explicaciones tan singulares que recuerdan a Juan Dalbes, el amigo de Scaraibino que a fines de 2006 se quedó con el sillón presidencial tras la forzada salida del ex presidente. "Tenemos una guardería que genera dinero todos los meses, estamos terminado el segundo piso del hotel en Arroyo Seco, donde se tendrán habitaciones para alquilar con un ingreso de más de 50 mil dólares por mes. Central tiene recursos porque es un grande. No se desestabiliza por pagarle a un técnico", ponderó Viliguer a un programa radial.

Pero no será necesario buscar huéspedes para el hotel que Central tiene en la vecina localidad, porque ayer a última hora Russo contestó el teléfono, aunque sólo para dejar en claro que a Central no regresa. Y tras la reunión de Comisión Directiva se decidió ir por los servicios de Astrada, quien por estos días se encuentra de vacaciones en el extranjero.