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Miércoles, 15 de julio de 2009

CORREO

El móvil del crimen

Nuestra sociedad reserva cotos o nichos para la pasión, no es algo que se ejercite de manera regular ni generalizada. Parece no haber pasión en el arte, ni en la medicina, ni en la política, ni en ninguno de los oficios humanos. El estallido dominical provocado por el fútbol es pasión. Es uno de esos nichos en los que se desarrolla, se alimenta se permite la pasión. Otro de los lugares asignados a la pasión es el crimen cometido contra mujeres. "Es un crimen pasional" parece ser el salvoconducto que explica cualquier atrocidad. Al gay que lo ahorca un amante herido y a la esposa o amante que el marido mata a cuchilladas le tocó sufrir esa pasión. El año pasado fueron 207 los casos de femicidio que se registran en el país. En los últimos días hubo en Santa Fe por lo menos tres mujeres muertas en episodios comúnmente llamados "crímenes pasionales". "El llamarlos crímenes pasionales es una aberración: son lisa y llanamente asesinatos de género", sostiene la presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, la doctora Nina Burgo Marcó. Estos casos policiales constituyen un serio problema social al que deberíamos llamar por su nombre: femicidio, o sea asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres. En el año 2001 la ONU definió al femicidio como "el asesinato de mujeres como resultado extremo de la violencia de género, que ocurre tanto en el ámbito privado como público; comprende aquellas muertes de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares, asesinada por acosadores, agresores sexuales y/o violadores, así como de aquellas que trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atrapadas en la acción femicida." La abogada Susana Cisneros afirma que "el recurso de la violencia por parte de los hombres es instrumental y no constituye una pérdida de control sino más bien una toma de control". En el caso de la docente de San Jorge, asesinada por una persona que ella levantó mientras hacía dedo en la ruta, se encuadra como femicidio. Pensar, mencionar, comentar si la víctima conocía al agresor, si tenía una relación previa con él, es entrar en la lógica justificatoria, es poner en duda cuán víctima es la víctima. Debemos movilizarnos aunque hayan encontrado al asesino, y reclamar las leyes que nos deben! Hoy, todas somos Alejandra.

BEATRIZ ARGIROFFO y VESELKA MEDICH

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