Las desdichas deportivas que acumuló Central en sus primeras cinco presentaciones en el Clausura obliga a la dirigencia a tomar quizá la decisión más importante del semestre: definir con qué cuerpo técnico se jugará el resto de la temporada, donde estará en juego ni más ni menos que la permanencia de la categoría. Ariel Cuffaro Russo tiene asegurada su permanencia en el banco de suplentes hasta el martes próximo, día en que los canayas reciban a Arsenal. Después de ese partido el Vasco deberá jugar su última carta: ratificar al actual entrenador, lo que hará sólo si el equipo gana, o bien irá en busca de un sucesor, apareciendo en el horizonte próximo la buena experiencia vivida con Leonardo Madelón, quien dejó el club a los seis meses por no acordar los términos de su renovación de contrato.

Nadie le puede quitar a Cuffaro Russo los abundantes méritos obtenidos en el Apertura. Pero el crédito ganado tras aquellos 19 partidos, donde consiguió 31 puntos, está al borde de ser agotado con sólo cinco fechas en el Clausura, donde el equipo aparece último con apenas tres unidades. "Si Central pierde el sábado con Colón al técnico no se lo va a echar. Pase lo que pase, ante Arsenal va a dirigir Cuffaro Russo. Después se verá", señaló un colaborador de Horacio Usandizaga que ayer, como acostumbra cuando Central no gana el fin de semana, no apareció por la sede de calle Mitre.

En lo futbolístico, con seguridad ante sabalero Central mostrará el ingreso de Nahuel Valentini por Diego Braghieri, quien vio la roja ante Banfield. Pero además el técnico meterá mano en el equipo para intentar provocar la reacción deportiva, atento a lo visto ante el domingo, donde el canaya se vio superado frente al elenco suplente del campeón.

El objetivo es llegar el martes al Gigante, día en que recibirá a Arsenal, con un invicto de cuatro partidos (lleva tres empates consecutivos), para entonces ir a la búsqueda del primer triunfo en Arroyito, objetivo perentorio a alcanzar para que Usandizaga no se vea obligado a reformular la situación del primer equipo, teniendo a disposición sólo la opción de cambiar de técnico. Para todo lo demás ya no hay tiempo.

"Horacio (Usandizaga) está entregado. Si tiene que llamar a Leo (Madelón) para ofrecerle el cargo no le temblará el pulso. Y si tiene que pedir perdón por algo, seguro que lo hará", adelantó un colaborador del presidente de Central, que está alejado de la actividad institucional en el club en el último tiempo, al igual que su hijo Manuel, devenido en manager deportivo, y por tal uno de los responsables directos del preocupante presente del equipo.

La angustia que despierta ver los números del canaya no le es ajena a los jugadores. Ayer Luciano Figueroa fue claro: "Estoy preocupado porque no le estamos encontrando la vuelta al equipo. No tenemos situaciones de gol, nos falta confianza, no llegamos al arco rival y abusamos un poco de la pelota por arriba. Esas cosas hay que corregirlas lo antes posible porque se va a ir complicando".

"Ahora tenemos que pensar en el partido con Colón, que va a ser muy duro. Cada jugador tiene que ponerse en la cabeza que es lo que tiene que hacer y corregir lo que estamos haciendo mal cuanto antes. Porque jugando como lo hicimos ante Banfield es imposible ganar", apuntó Lucho a Radio Dos.