El juez Juan Andrés Dónnola imputó a 65 personas por daños y agresiones en la marcha del jueves pasado de hinchas de Rosario Central, y los citará a declarar en las próximas dos semanas. Sin embargo, la totalidad de los detenidos por los hechos de violencia que tuvieron lugar en Moreno y Pellegrini fue liberada ayer a la mañana de la Jefatura de Policía de Rosario. "Fueron liberados en la medida en que se fue cotejando sus antecedentes y domicilios, sin perjuicio de quedar involucrados", advirtió el magistrado quien informó que "65 de ellos fueron imputados y serán citados en los días posteriores a declarar". Según explicó, la liberación se debió a que fueron acusados de delitos excarcelables. En tanto, para hoy se espera el abrazo al Gigante de Arroyito, rodeado de un impactante operativo policial, pese a las súplicas de las autoridades provinciales para que se suspendiera la convocatoria, organizada vía internet.

El juez otorgará una semana más a las tareas de investigación policial y judicial, sobre todo a través del estudio de las filmaciones del recorrido de los hinchas. Además atenderá nuevas denuncias de los vecinos afectados por los destrozos. Una vez pasados esos siete días, llamará, uno por uno, a los acusados para que realicen su declaración indagatoria en Tribunales.

En cuanto a los delitos imputados, varían de acuerdo a la participación que tuvo cada uno en los hechos, es por eso que algunos fueron acusados de daño y daño calificado en el caso de las roturas al edificio de Tribunales . También se investiga las acciones penales impuestas a unos siete policías por agresiones.

Sobre el perfil de los vinculados a la causa, el magistrado confirmó: "No me consta de que tengan relación con la barrabrava de Rosario Central, en principio", al tiempo que precisó que pocos presentaban antecedentes penales. "No se trata de delincuentes habituales", observó.

Al mismo tiempo, los hinchas de Rosario Central realizarán hoy una nueva marcha para "apoyar" al club en el difícil momento que atraviesa por el descenso al Nacional B, producido el domingo pasado, cuando Central perdió 3 a 0 con All Boys. La cita para hoy, impulsada desde los foros de internet, se mantuvo a pesar de los pedidos de las autoridades provinciales en materia de seguridad para impedir que se repitan hechos como los que se vivieron el jueves pasado en la ciudad.

En relación al operativo de seguridad dispuesto para esta marcha, el comisario Abel Santana, titular de la seccional 9, con jurisdicción en el Gigante de Arroyito, aseguró que se preparó junto a personal de Orden Público y la Agrupación Cuerpos para custodiar que no haya incidentes en la concentración pautada para las 15.30 frente a la cancha.

Santana dijo a Rosario3.com que no se pudo coordinar el accionar con dirigentes ni con algún representante porque se trata de una convocatoria vía internet, pero el comisario confió en que "no habrá problemas". "Tengo entendido que será un abrazo simbólico al estadio y no creo que tenga fines violentos", afirmó.

Después del llamado a la prudencia que realizó el viernes el secretario de Seguridad Pública de la provincia, Horacio Ghirardi, junto a los clubes de la ciudad, la Policía lleva a cabo un operativo en distintos puntos de la ciudad como por ejemplo el Monumento a la Bandera, la sede de Central de calle Mitre y domicilios y comercios de dirigentes que por la noche también se extiende a la salida de los boliches.

Al mismo tiempo, Ghirardi pidió a los jueces de turno "estén al tanto de lo que está ocurriendo y tomen las medidas preventivas que sean necesarias". Según el funcionario "los magistrados pueden por ejemplo ordenar la baja de sitios web o cuentas en redes sociales que inciten a la violencia o convoquen a marchas potencialmente peligrosas. Parece algo menor, pero a través de Internet se promovió la concentración del jueves que derivó en hechos lamentables". Además de acordar "bajar los decibeles de los discursos públicos porque no hay clima ni para cargadas", en la reunión del viernes las autoridades decidieron postergar los partidos de las inferiores canayas y el clásico que se iba a jugar con Ñuls la semana próxima por la primera local de la rosarina.

La furia del jueves por la noche dejó como saldo vidrios rotos, comercios agredidos, patrulleros y edificios dañados. Ante la crítica de los vecinos, Ghirardi defendió el accionar policial y justificó la decisión de no reprimir durante la recorrida desde el Monumento a Tribunales. "No hubo inacción de parte de la policía, sino una orden política de contener a los violentos porque reprimir ante una multitud hubiera resultado mucho más perjudicial", afirmó entonces el secretario de Seguridad.