Si el análisis se practica en comparación con el pobrísimo nivel que exhibió Ñuls en el último torneo, el balance es altamente positivo. El equipo de Torrente ganó en orden y solidez en la defensa y logró contrarrestar los escasos embates de un firme candidato al título como Estudiantes. Le queda por resolver la falta de peso ofensivo, problema que se repite. Los debutantes Noir y Figueroa tuvieron aceptables niveles y contagiaron a los hinchas, pero la pelota los superó en varias ocasiones y quiénes intentaban generar juego eran los volantes de marca. La igualdad resultó justa y los dos equipos se retiraron conformes.

Cuando arribó al club del Parque, Torrente encontró un equipo desbalanceado en todas las líneas. Fallas en la defensa, el mediocampo y el ataque. Apeló a jóvenes de las inferiores, pero no pudo revertir un triste penúltimo puesto, sólo por encima del descendido Huracán. Ante ese antecedente, se propuso en la pretemporada forjar un plantel y, luego, un equipo, una idea. Con las incorporaciones que se sumaron, ilusionó a los hinchas, que se volcaron en gran número al debut oficial en el Apertura. Los dejó conformes, lo retribuyeron con aplausos y él mostró sus cartas en la cancha.

Quedó bien en claro que su equipo se arma de atrás hacia delante. Mateo, libre en el fondo, le aportó orden y criterio y Machuca y Fideleff, por las bandas, sorprendieron con buenos rendimientos en la marca. Con los ataques del rival controlados, Ñuls sólo se vio superado en la pelota parada, histórico argumento futbolístico del pincharrata. Boselli ganó en varias ocasiones y resultó difícil de contener para la última línea leprosa. Probablemente, las fallas del juego aéreo puedan resolverse con el ingreso de Pellerano, un jugador de buena estatura y experiencia en el puesto, por quién se esperó hasta último momento la llegada del transfer que lo habilite, pero tuvo que observar el partido desde fuera de la cancha.

Con un partido de trámite trabado, con la pelota viajando por los aires constantemente, a Figueroa le resultó complicado adueñarse del balón e intentar comandar acciones de ataque. El enganche le aportó movilidad y esfuerzo, pero languideció ante la pobreza del encuentro. Noir, el otro refuerzo que jugó de entrada, demostró buenas intenciones, superó en más de una ocasión a sus marcadores y su rapidez será fundamental para jugar de contraataque.

En el segundo tiempo, el equipo de Russo se paró unos metros más adelante y arrimó más peligro que en el comienzo. Marcó diferencias con las subidas de Mercado por derecha, a las espaldas de un agotado Vangioni, cuyos centros viajaban siempre a la cabeza de Boselli, el faro del pincha.

La lepra lo tuvo sobre la hora cuando Sperdutti se la ganó a cuatro defensores y se la cedió a Aquino, quién prefirió acomodarla suave al segundo palo, pero la tiró afuera. En los pocos minutos que tuvo en cancha, el paraguayo mostró un rendimiento aceptable y resultará una alternativa interesante para Torrente, que se retiró del Marcelo Bielsa conforme por el "justo" empate.

Ñuls 0: Peratta (5); Machuca (6), Mateo (6), Fideleff (6), Díaz (5), Villalba (5), Bernardi (6), Vangioni (5); Figueroa (5); Noir (6), Sperdutti (5). DT: Javier Torrente

Estudiantes 0: Albil (6); Mercado (6), Cellay (5), Desábato (5), Re (5); Galván (5), Braña (6), Benítez (5), José Luis Fernández (5); Carrillo (4), Boselli (6). DT: Miguel Angel Russo

Cambios: ST 10m Iberbia (5) por Fernández (E), 14m Mauro Fernández (4) por Carrillo (E), 17m Riveros por Figueroa (Ñ), 23m Ferracuti por Bernardi (Ñ), 30m Aquino por Noir (Ñ)

Arbitro: Patricio Loustau

Cancha: Coloso del Parque Independencia.