La prohibición de asistencia para el público visitante y los tres años y medio que la ciudad no vive un clásico llevaron a los hinchas de Newell's a animar ayer el "banderazo" más concurrido, con 40 mil hinchas colmando el Coloso del Parque. Pero esta vez también fueron los jugadores los protagonistas directos del singular festejo, participando de un partido de fútbol con hinchas que sirvió de entretenimiento mientras los simpatizantes tomaban ubicación donde podían. Hubo fuegos artificiales, cantos incesantes y un grito de campeón sobre el final que hizo delirar a los entusiastas rojinegros. Antes, y a puertas cerradas, el equipo de Alfredo Berti realizó la práctica de fútbol que tuvo a los titulares ensayando para ir el domingo al Gigante.

A una hora de habilitado el estadio, el público saturó la capacidad de la doble platea y la tribuna oficial. La asistencia incesante de hinchas llevó a los dirigentes a habilitar de improviso la popular que da espaldas al palomar, y al poco tiempo a liberar los accesos a la platea de la visera. En una hora y media, 40 mil hinchas le dieron el marco que el Coloso ofreció el pasado domingo, cuando el primer equipo jugó ante River. Pero esta vez los jugadores se presentaron solo para recibir el aliento del hincha.

Para amenizar la cita, estaba agendado un partido de fútbol entre los futbolistas y los hinchas favorecidos con el sorteo en el cual participaron los que compraron la tarjeta para el "Pan y Queso". Algunos jugaron para el equipo de Bernardi y otros para el de Maxi Rodríguez. Corría la pelota entre hinchas y jugadores mientras el estadio tomaba el mejor color.

De repente, caída la noche, el Coloso se encontró vestido como en los mejores partidos, ya para asombro de los jugadores, principalmente aquellos que nunca habían asistido a un banderazo, como Trezeguet, quien incrédulo recorría de una punta a la otra el césped del Coloso tomando fotos como turista japonés.

Los fuegos artificiales excitaron aún más a los leprosos, que pedían por un triunfo el domingo y no olvidaron en reconocer con largas ovaciones al plantel campeón. El que no se hizo ver fue el técnico, Alfredo Berti, siempre reacio a la exposición. El entrenador ya había hecho su trabajo: bajo la lluvia, al promediar la tarde, realizó la práctica de fútbol con el equipo mostrando a Diego Mateo en lugar de Hernán Villalba, y Martín Tonso en ataque, para así preservar a Maximiliano Rodríguez, quien llegó el miércoles de jugar con la Selección.