Central volvió a ser un equipo capaz de ganar, de mostrar superioridad ante el rival e imponerla en el marcador, como anoche, empujado con algunos destellos de Abreu y la complicidad de Acuña para aprovechar los arrebatos de talento del uruguayo. Pero el análisis, para ser completo, tiene a un Central con otra cara, que es la del juego, donde allí sí el equipo de Miguel Russo se pareció al que venía sufriendo, reduciendo su apuesta deportiva al pelotazo al área, donde ganó seguido el goleador charrúa, suficiente para vencer a All Boys, pero quizá no para afrontar lo que viene, que es Lanús y Boca.

El partido tuvo un comienzo y un desarrollo, en la primera media hora, ordinario, con jugadores temerosos de asumir responsabilidades e incapaces para jugar con sentido colectivo del juego.

Central jugó al pelotazo compulsivo: desde los pies de Berra podía salir un centro vertical a campo rival, o de la zurda de Carrizo, tras una gambeta por izquierda. La idea estaba claramente limitada: todo a la cabeza de Abreu.

A pesar de lo elemental del libreto auriazul, All Boys tuvo ambiciones excesivas para la capacidad de respuesta de sus jugadores, e intentó jugar a un toque sin poder asociar cinco pases seguidos. La visitará no llegará nunca al arco rival, mientras que Central sí.

Primero fue un cabezazo de Abreu, tras un centro de Ferrari, que se perdió muy cerca del primer palo. Luego el uruguayo saltó de espaldas al arco para cabecear un pelotazo frontal y desvió el balón para asistir a Acuña, y llegó el quiebre del partido: el punta canaya tiró la diagonal entre los centrales, gambeteó a un apresurado Cambiasso y el arquero lo bajó en el área, recibiendo All Boys el más duro castigo: penal para Central y expulsión para Cambiasso. Abreu definió de cruzado de derecha ante un estático Leyenda y el Gigante se tranquilizó.

All Boys no encontró nunca una salida a sus problemas con la pelota. Indiferente Espinoza, intrascendente Cabrera, Central no tenía mayor adversidad que la de su propio presente. Y no habrá lugar para los temores. Porque el segundo tiempo comenzará sin cambios en la actitud del rival y con Central sosteniendo, al menos, la concentración.

El Canaya dominó a voluntad la segunda parte del partido y liberó los festejos en el estadio a los diez minutos, cuando Abreu soltó con un toque sutil una pelota profunda para Acuña, el delantero escapó el velocidad y al enfrentar a Leyenda la tocó por arriba, ampliando la diferencia.

El segundo tanto espantó a todos los fantasmas, esos que aparecieron en el partido con Tigre sobre el final. No podía All Boys hacer algo interesante cuando tenía once hombres, menos supo reaccionar al ir perdiendo y quedó preso de su impotencia ante el segundo gol. Desde entonces el partido perdió paridad y esfuerzos en sus protagonistas, jugando Central para sus hinchas, oyendo los jugadores ovaciones y aplausos en todas las jugadas, sin importar el final de las mismas.

Pero para que Central pueda jugar un mejor partido el próximo domingo ante Lanús, no hay que quedarse con lo que hizo con el partido ganado. Tendrá Miguel Russo que tomar nota de lo que pudo hacer el equipo en la primera media hora, donde jugó a poner la pelota por el aire sin que nadie se enoje en el equipo, algo que es para repensar, incluso cuando se gane, como anoche, porque ese mismo equipo hacía cinco partidos que no sumaba tres puntos.

2 Central: Caranta; Ferrari, Donatti, Berra, Delgado; Encina, Domínguez, Méndez, Carrizo; Acuña, Abreu. DT: Miguel Russo.

0 All Boys: Cambiasso; Ladino, Casteglione, Pellegrino, Bustamante; Battión, Ahumada, Cabrera, Espinoza; Torassa, Calleri. DT: Ricardo Rodríguez.

Goles: PT. 36m Abreu (C) de penal. ST: 11m Acuña (C).

Cambios: PT: 35m Leyenda por Torassa (AB). ST: 10m Careaga por Espinoza (AB), 33m Niell por Acuña (C), 36m Di Plácido por Bustamante (AB) y 45m Lazo por Méndez (C).

Arbitro: Diego Abal

Cancha: Central

Expulsado: PT: 32m Cambiasso (AB).