Central: Ojeda; Moreira, Ledesma, Azconzábal, Villagra; Coudet, Borzani, González; Conca; Wanchope, Ruben. DT: Néstor Gorosito.

En el camino hacia la búsqueda del equipo, esta noche se verá en cancha una formación que se acercará mucho al pretendido por el entrenador. Aunque para eso será necesario que las variantes decididas por Gorosito, como son las que permitirán ver desde el inicio a Ricardo Moreira y Darío Conca, respondan a las necesidades del conjunto.

Descartada ya la pretensión de jugar con Encina como enganche, será Conca el que hoy cumpla esa función. Con el ex River en cancha Central señaló los dos goles que lleva en el torneo. El hábil volante jugará en su posición natural y tendrá como máxima responsabilidad asistir a dos delanteros que aún no marcaron.

Como la línea de volantes ha respondido, los otros ajustes de Gorosito estarán en la defensa. Lesionado Garcé --antes Raldes-- será Azconzábal (en la foto) el que acompañe a Ledesma en la zaga central para darle mayor presencia aérea a la extrema línea. Y con el fin de ser menos vulnerables a los contragolpes del rival, Rivarola estará en el banco, permitiendo así el ingreso de Moreira.

Lanús: Bossio; Hoyos, Ribonetto, Romero, Velázquez; Aguirre, Salomón, Pelletieri, Leto; Biglieri, Graf. DT: Ramón Cabrero.

El triunfo ante Ñuls barrió con los interrogantes desprendidos en el errático inició de campeonato. Ramón Cabrero vio en el Coloso el equipo que pretende: intermitente en ataque, pero invulnerable en defensa. Y ni siquiera la posible vuelta del Gordo Fabbiani lo hizo cambiar de estrategia para el compromiso de esta noche.

Con la ratificación de la dupla ofensiva, la aparición de Pelletieri, tras una expulsión, por Fritzler será la única variante. Así, el granate intentará ganar el mediocampo y llevar peligro por medio de centros, o bien por lo que pueda producir Aguirre, o Leto (en la foto), cuando aparezcan por el carril derecho, donde chocarán con Villagra.

No es Lanús un equipo de tendencia defensiva. Repliega línea sólo cuando el rival lo obliga. Porque de imponer condiciones, y más aún jugando de local, busca protagonismo, el mismo que lo llevó a ser la relevación del pasado Clausura y el actual subcampeón del fútbol argentino.