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Breve fue la conferencia de prensa de Eduardo Coudet, el director técnico de Central. No era una situación placentera. Con el empate, el Canaya quedó a cinco unidades de San Lorenzo y Godoy Cruz, los punteros del Torneo Transición, cuando un puñado de fechas atrás era el único líder. Con cuatro fechas por delante en el certamen doméstico, solo queda concentrarse en la fase final de la Copa Libertadores. Es un montón, pero en virtud del gran rendimiento que tenía el equipo y de las posibilidades que se desecharon, surgen unos pocos interrogantes. "Obviamente, no me voy contento, no me gusta empatar los clásicos", se lamentó el entrenador.

Pese a la mala tarde de su equipo, Coudet eligió no profundizar el análisis. En un partido chato, de poco vuelo, la visita sostuvo el empate gracias a las tapadas del uno Sosa. "Cuando intentábamos, los espacios se achicaban", alcanzó a decir el DT. Pero tanto Colman como Lo Celso no salieron de la intermitencia y la creación canaya dependió pura y exclusivamente de Cervi, que jugó un buen partido, pero no tuvo socios. A propósito, Chacho se quejó por el mal trato que recibe el joven. "El Enano está en un nivel muy bueno y los árbitros tendrían que cuidarlo un poquito más", apuntó. En rigor, Fernardo Rapallini estuvo siempre atento y muy celoso al momento de sancionar infracciones.

Como pocas veces, Coudet apeló al desgaste físico para reflexionar sobre el presente del club. El entrenador reconoció "muchas bajas sensibles", que el equipo "siente". "Está claro que debemos mejorar", dijo.

Respecto de la ausencia de "jugadores importantes", el técnico explicó las razones por las cuales el volante José Luis Fernández y el delantero Marcelo Larrondo concentraron, pero no fueron convocados al banco de suplentes. "José Luis no se recuperó y Marcelo todavía no está como tiene que estar". Ambos serán considerados pasado mañana, ante Gremio. "Ahora vamos a ponerle la máxima atención al miércoles por la Copa", prometió Coudet.