Lunes, 25 de abril de 2016 | Hoy
CIUDAD › PRIMER JUICIO ORAL Y PúBLICO EN ROSARIO SOBRE UN CASO DE VIOLENCIA MACHISTA
Empieza el proceso contra un hombre que hostigó a su ex pareja hasta lo indecible, y que mereció 36 denuncias hasta que la Justicia despertó. Es el primero que la Unidad Fiscal de Violencia de Género sienta en el banquillo. La víctima será testigo central
Por Lorena Panzerini
La violencia machista llega esta semana a un juicio oral y público, que comenzará pasado mañana, con la víctima como principal testigo durante las audiencias. Se trata del primer agresor que la Unidad Fiscal de Violencia de Género sienta en el banquillo de los acusados, en el marco del nuevo sistema penal. Si bien el imputado no está sindicado de haber intentado cometer un femicidio, directamente, sí se comprobó un suceso de hechos que provocó temor a la víctima, incluso, de ser asesinada por quien era su pareja. En febrero pasado, la fiscal Raquel Almada pidió 4 años y medio de prisión para Néstor Anchabal, acusado de cometer amenazas, daños y desobediencia a las restricciones de acercamiento, contra su expareja. Desde la organización Ampliando Derechos, que acompañó a la víctima en el tránsito judicial, consideran que debe haber una sentencia ejemplificadora que siente precedente contra el flagelo que mata a una mujer cada 30 horas en el país.
El comportamiento del imputado quedó demostrado con cada uno de los sucesivos incumplimientos de la orden judicial. Mientras estaba imputado en libertad, cuando le dieron prisión domiciliaria en la casa de su madre, y desde que está en la cárcel, Anchabal nunca dejó de hostigar a Jésica, quien vivió huyendo.
Entre los hechos, la víctima denunció en la fiscalía que una noche se quedó horas sosteniendo la puerta del patio de su casa, porque escuchó ruidos y estaba segura de que él estaba ahí afuera. Lo peor de todo es que se había dejado el botón de pánico en la habitación y si soltaba la puerta para buscarlo, podía pasar lo peor. Al día siguiente, encontró en la puerta una leyenda aterradora: "Te tengo".
Casi todos los días, Jésica recibía llamadas de él, en las que era amenazada con su vida y la de sus hijos. Incluso, en un episodio de pelea contra su propia hermana, el agresor le dijo: "Te va a pasar lo mismo que a Jésica".
En la causa aparecen cuatro hechos imputables, pero hubo varios más: "Una vez me puso veneno en un vaso de Coca; y en 2013, hasta me golpeó con un amigo suyo, delante de mis hijos. Cada vez que me amenazaba me decía `Te encontré'. El nunca me pasó la cuota alimentaria. Muchas veces me sentí desamparada por el Estado, porque siempre denuncié y nada pasaba. Hasta hace unos meses, tenía atrás de la puerta una mochila con todos los documentos y 300 pesos para salir corriendo con mis hijos si él venía a buscarnos", reveló.
El avance de la causa judicial llegó tras los innumerables reclamos de Jésica B., la víctima de los ataques y amenazas de muerte por parte del imputado, y de la organización que dirige Nora Giacometto, quien insistió en el pedido de detención del violento.
En su momento, Almada señaló que el agresor fue imputado en libertad, en marzo de 2015, por amenazas y desobediencia; pero al advertir que siguió incumpliendo con las órdenes de no acercarse a Jésica, fue detenido en noviembre pasado. En esa situación llegará al juicio.
"En 2010 decidí separarme, pero ahí fue cuando empezó la peor pesadilla", relató la joven de 29 años, que estuvo en pareja con el imputado desde los 16. Una vez tuvo que pasar una noche en un contenedor, con sus cuatro hijos de 5, 8, 10 y 12 años, para que él no los encontrara. "Hice más de 36 denuncias, pero recién el año pasado conseguí que lo imputaran. Nunca cumplió el arresto domiciliario. Yo me tuve que mudar más de diez veces y cambiar a mis hijos de escuela, otras seis. Ellos están en tratamiento psicológico; porque además, para cubrirse, él me denunció por maltrato infantil y dijo que los chicos estaban abusados. Esos dichos valieron más que mis denuncias", resumió.
La fiscal argumentó el planteo que ventilará en el juicio. "Este hombre siguió cometiendo delitos, aún estando imputado; y hasta intentó amedrentar a la víctima para que abandone la causa. Incluso, siguió violando la restricción desde la cárcel, porque le dio a la policía el teléfono de Jésica para que le pidan que le lleve alimentos". Almada aseguró tener pruebas de que el agresor "sometió a la víctima a un permanente acoso y violencia". Y habló de las más de 36 denuncias en el viejo sistema penal, sobre las que dijo no poder avanzar por incompetencia, pero que sí serán mencionadas en las audiencias del juicio, por varios testigos, incluso, familiares del acusado.
Giacometto, quien también atestiguará contra Anchabal frente al juez Juan Carlos Leiva, aseguró que el juicio se está preparando con mucha expectativa desde la Fiscalía. "Jésica está con asistencia psicológica, porque además el primer día de audiencia ella dará su testimonio frente al agresor. Será la primera en contar los hechos, porque fue quien los padeció", señaló.
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