Perdida la puja judicial, quienes no aceptan la vuelta de Pablo Scarabino como presidente del club libraron un frente de batalla económico que busca asfixiar la gestión del repuesto titular de Arroyito. Los asesores del máximo dirigente auriazul conservan convicciones y ante la negativa de no negociar con los inversores, le cedieron la responsabilidad a la jueza Liliana Giorgetti, quien tiene en sus manos dos decisiones trascendentes: ordenar la investigación sobre el destino que tuvo el primer pagaré (el desaparecido) y la liberación del segundo, indispensable para hacer frente a los atrasos salariales con los jugadores. Entre tanto, viejos inversores construyen tras bambalinas el escenario del fideicomiso, que a la postre es el gran anhelo de que quienes ingresaron a Arroyito como prestamistas y hoy quieren quedarse con la llave del club. Si la jueza no respalda a Scarabino, el viernes renuncia y le entrega la entidad a la Justicia.

Aunque se presenta como complejo e indescifrable, la coyuntura institucional de Central es de sencilla interpretación, más aún tomando como ejemplo testigo los últimos acontecimientos que se registraron en Tribunales. Como si se tratara de un manual de instrucciones para el hincha, se debe reconocer cuatro actores relevantes: la jueza Liliana Giorgetti que entiende en la convocatoria, Pablo Scarabino como el presidente de club, los dirigentes suspendidos por la Justicia y los inversores. Y los vínculos entre ellos: Scarabino con sus nuevos asesores, los dirigentes con estrecha relación con los inversores, y en tercera posición a la magistrada, que se ve envuelta de intereses antagónicos.

¿Cuál es el conflicto en cuestión? La plata del club. Scarabino quiere hacerse del segundo pagaré que está en la Justicia para pagar sueldos, ofreciendo como garantía a la AFA. Pero los inversores meten presión para embargar hasta el último peso, a fin de recortarle la autonomía financiera al presidentre, propiciando así un escenario ideal para llevar al club al fideicomiso, escenario donde algunos de los inversores encontrarían el rol tan deseo dentro de la entidad.

Sobre el primer pagaré, aquel que está desaparecido, la jueza no ordenó aún ninguna investigación para conocer su destino. Ante esa ausencia de certeza ahora no acepta ceder el segundo a Scarabino, por más que se ofreció como garantía a la AFA, quien ejercirá de veedor para tener seguridad de que cada uno de los billete irá a cubrir deudas genuinas (entre ellas sueldos a los empleados).

Ayer, en Tribunales, los abogados de Scarabino ratificaron que no negociarán con los inversores, que es la instancia deseada por la magistrada. ¿Motivos? Por las irregularidades que se encuentran sobre la mayoría de los embargos que aparecieron en las últimas horas. Entre ellos el presentado por Juan Carlos Alvarez, un hombre que vive en el Fonavi de Ov. Lagos y Rueda, y quien a dos meses de cobrar en efectivo 605.974 dólares en Central se acercó el viernes a la Justicia para exigir otros 700 mil dólares. Alvarez está inscripto como monotributista en la AFIP (categoría más baja) y no tiene cuenta corriente alguna a su nombre. Además, en las últimas horas se conoció la presentación de un nuevo embargo por 4 millones de dólares de parte de una empresa offshore.

De acuerdo a los indicios, hay sospechas serias de que algunos de los embargos carecen de legitimidad, o bien cuentan con la complicidad de los directivos suspendidos, quienes refrendan la acreencia sin rendir cuenta alguna del destino que tuvo el supuesto préstamo. Se teme que parte de la deuda postconcursal sea ficticia. Aunque no sería la primera vez que el club devuelva lo que nunca recibió. Como colofón, casualmente la sindicatura del concurso intimó al club, por intermedio de la sindica Mariela Rodríguez, al club el pago de honorarios por una suma de $935.688,81.

Scarabino, que se niega a tomar un nuevo préstamo en condiciones leoninas para atacar las urgencias institucionales, se mantiene firme en su decisión de investigar algunos embargos para desemascarar a quienes están detrás de ellos con el fin de profundizar la agonía financiera del club, que, de persistir algunos días más, llevará a la entidad al fideicomiso. Una vez más, la decisión está en manos de la jueza. Scarabaino esperará hasta el viernes por la entrega del pagaré. De no suceder, renunciará.