Viernes, 14 de septiembre de 2007 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › DE COMO EL EX CINE GARDEL SE CONVIRTIO EN EL CENTRO CULTURAL MANO A MANO
La iniciativa fue impulsada por dos músicos rosarinos pensando en un bar que sirva como espacio cultural.
Por Edgardo Pérez Castillo
Instalado a pocos metros de calle Córdoba, y recuperando el abandonado espacio que ocupara el cine Gardel de Ovidio Lagos 790, el proyecto cultural Mano a Mano se ofrece como una nueva alternativa para las propuestas artísticas de la ciudad. Impulsado por los músicos Mariano Brizuela y Franco Colautti, el proyecto viene a torcer el triste destino al que parecen haber sido condenados los viejos cines de la ciudad, proponiendo además una programación abarcativa y multidisciplinaria.
Sin embargo, fueron cerca de seis años los que demoró en concretarse el espacio cultural Mano a Mano. Desde su profesión de músicos, Brizuela y Colautti habían comenzado a idear un proyecto en el que pudieran alojar a diversas propuestas artísticas. Algo de eso fue lo que el primero logró durante los cuatro años en que manejó el rumbo del bar Sabina, aunque la intención de ampliar el abanico seguía latente. "Queríamos cambiar un poco la onda, abrir un poco el espectro a diferentes expresiones artísticas, música, teatro, plástica. Y dentro de la música incluir jazz, folclore, tango, cualquier proyecto interesante que esté dentro de la rama de lo acústico. Y siempre con la intención de armar un ambiente ameno, nada ruidoso. Empezamos entonces a buscar lugar y esto nos cayó como anillo al dedo", explicó Rosario/12 Brizuela, miembro junto a Colautti de la banda Casta Latina, a punto de editar su primer disco de estudio.
En esencia, fue un artículo periodístico publicado en mayo de este año el que llamó la atención de los creadores de Mano a Mano, quienes descubrieron así el interés de los propietarios del edificio por alquilar el antiguo cine Gardel a personas interesadas en sostener aquel viejo espíritu cultural. "Los dueños no querían darlo a un supermercado o a un boliche, que era lo que les estaban ofreciendo, así que vinimos a hablar y llegamos a un acuerdo rápido --detalló Brizuela--. El lugar estaba destrozado, y en tres meses de trabajo logramos dejarlo como está hoy, con la idea de que se mantenga la referencia del escenario como lugar central. Buscamos además conservar la estética del lugar, por eso está el fileteo de las mesas como en la década del 20 pasaba acá en la zona de Pichincha. Homenajeamos a pintores, músicos y escritores en las mesas. Y si bien esto tiene expendio de bebidas, como un bar, la intención fue que esté todo focalizado en el escenario, que lo importante pase ahí".
Instalado al fondo del local, donde décadas atrás funcionara la pantalla del Gardel, ese escenario central ofrece una interesante comodidad para los artistas: "Como nosotros somos músicos también buscamos la comodidad para el artista, más allá de que por ejemplo sean solamente tres guitarristas, como ocurrió el sábado pasado cuando tocó El Escolazo. La intención fue tener un espacio amplio, que el músico se pueda mover con libertad en el escenario, algo que no ocurre en Rosario y que en Buenos Aires se ve a patadas, con lugares como el Chacarerean Theatre o La Trastienda, lugares preparados para un show. Acá casi siempre se combina un restaurant que ofrece shows, pero es algo que no quisimos hacer. Nosotros mismos laburamos mucho tiempo tocando en lugares donde resulta medio agresivo, porque por un lado está bueno el hecho de que se le da laburo al músico, pero no se lo respeta como artista. Pasa a ser un condimento de la comida del lugar".
Por el momento, Mano a Mano tendrá también su propuesta gastronómica, aunque con platos sencillos que no interfieran con las actuaciones. "En el momento en que el artista esté trabajando las mozas se van a correr y se va a dejar que los artistas trabajen tranquilos", confirmó Brizuela.
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