Martes, 15 de enero de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA CENTRO DE INVESTIGACIONES DE LA UNR
En este último número la revista explora un cruce entre arte y antropología, entre modernismo estético y objetos etnográficos.
Por Beatriz Vignoli
Investigador: la palabra evoca una inteligencia analítica incansable, construyendo pieza por pieza un puzzle basado en una hipótesis y donde cada mínimo elemento significante arroja luz sobre el conjunto. Guillermo Fantoni, director del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano, uno de los centros de investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, merece tal nombre en el más pleno sentido. "En este Centro", cuenta Fantoni a Rosario/12, "Adriana Armando y yo hemos formado a un grupo, que se va haciendo numeroso, de investigadores jóvenes muy dedicados al arte de Rosario", entre los cuales él menciona a Lorena Mouguelar, Silvina Rabinovich y Nicolás Boni, además de María Laura Carrascal. Su propia producción, tanto ensayística como curatorial, lee el arte de la región desde una perspectiva latinoamericana amplia que incluye las expresiones de los pueblos originarios. El año pasado Fantoni se lució como curador de una de las mejores muestras colectivas del 2007, a la que hubiera sido injusto mencionar como al pasar sin dedicarle un espacio más amplio. Acompañada por un catálogo que cita y analiza una documentación regional casi inhallable, Instantáneas del arte de la ciudad de Santa Fe ocupó tres pisos del espacio Imago de OSDE en un recorrido que abarcó el arte de la capital provincial desde su fundación hasta la actualidad. Ese representativo panorama estuvo signado por la rara capacidad del curador de leer, en cada obra, las condiciones materiales históricas de su producción.
Fantoni dirige además la revista Separata, que el mencionado Centro de Investigaciones edita desde 2001. "Este es el séptimo año y la revista número 12. Siempre ha tenido una perspectiva regional con un punto de fuga al arte latinoamericano. En sus números, algunos de los cuales son dobles, se han publicado monografías sobre Xul Solar, Berni, Guido, Vanzo y Gambartes, así como artículos sobre el arte argentino del siglo XIX, la abstracción argentina, los textiles peruanos precolombinos... Siempre con especialistas del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano de la UNR o con otros historiadores e investigadores invitados pertenecientes a otras universidades, como José Emilio Burucúa, Isabel Iriarte, Marcelo Nusenovich, María Cristina Rocca, Diana Weschler, Cintia Cristiá y Rodrigo Montani. Es decir, autores provenientes de muy diversos ámbitos disciplinares y cuyo trabajo abarca zonas del arte argentino y latinoamericano u otros campos como la antropología, el coleccionismo o la museología. En este último número la revista explora un cruce entre arte y antropología, entre modernismo estético y objetos etnográficos".
Rodrigo Montani, un joven antropólogo, investiga las "Formas y significados de los diseños de los bolsos enlazados por los wichis del Gran Chaco" en un importantísimo artículo etnográfico que bien merece una nota aparte. Y en su excelente artículo de Separata Nº 12, "Juan Grela y el arte americano: entre el orden constructivo y la creación de una nueva naturaleza", Fantoni analiza, entre otros aspectos, la presencia de referencias precolombinas en la obra de Juan Grela (n. Chacras del Norte, Tucumán, 1914; m. Rosario, 1992).
"Es un artículo terminado en 2002, que había tenido exposiciones parciales en congresos y en revistas especializadas universitarias y a partir de esta vinculación entre modernismo y etnografía me permite indagar no sólo los cambios formales en la obra de Juan Grela sino como va migrando en el tiempo su concepción utópica. Al principio, un realismo de nuevo cuño, de inspiración berniana, lo lleva a contribuir a las ideas revolucionarias, surgidas hacia 1917, que se condensan en la aspiración a un nuevo hombre y una nueva sociedad. Luego aparece por efectos del surrealismo, del arte onírico y de la presencia de lo fantástico, la idea de crear una nueva naturaleza donde todos los seres aparecen hermanados en un espíritu común. Y finalmente aparece la idea de una libertad no individualista que propicia una convivencia armónica entre los opuestos. Estas distintas concepciones se nutren de lecturas políticas y estéticas: Franz Roh y sus reflexiones sobre el realismo mágico, Torres García y su universalismo constructivo son dos lecturas fundamentales. También lo es el surrealismo. Lo americano, en Grela, cumple un rol importante desde el punto de vista formal porque la mirada sobre los objetos precolombinos le permite a Grela construir diversos andamiajes y estrategias formales que son el envoltorio de estas diversas concepciones utópicas o visiones del mundo", resume Fantoni.
Además de las numerosas fuentes escritas consultadas, Fantoni se valió de pinturas, piezas gráficas, esculturas y objetos, muchos de los cuales presentó, en vida del autor, en la galería Miró, que en los años 80 él llevaba adelante con Adriana Armando en la galería rosarina Santa Fe. "Geometrías de 1955, proyectos de biombos de la década del 60, maderas policromadas y los grabados pintados de fin de los 70 y los primeros 80: presenté por primera vez esas cosas", recuerda. Trabajó también con testimonios orales recogidos por él mismo en su libro que ya es referencia obligada sobre el tema Grela, "Un mirada sobre el arte y la política", y en una extensísima entrevista para el diario Rosario sobre su relación con el surrealismo, publicada en un número especial dedicado a Joan Miró cuando el maestro barcelonés murió en el año 1984.
Fantoni evoca con afecto cómo la voz de Grela quedó plasmada en las declaraciones suyas que él ha preservado por escrito. Así le contó cómo quería inventar "un mundo en el que hubiese árboles, gente, animales, estrellas, la luna, que hubiese todo pero de una forma distinta". O cómo aprendió de Miró a "creer en el automatismo, en la fantasía, y a la vez creer en la observación".
Otro costado que Fantoni lee en esta polifacética obra es la influencia de Van Gogh, que inspiró al maestro argentino a crear maternidades seculares con un significado político (antibélico, proletario, vitalista) en el marco de la ideología del frente internacional antifascista del período de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial; ideología que se continuó con la postura antiperonista del grupo Litoral (ver recuadro). "Tomo además su escrito para la muestra de maderas pintadas, que considero como una de sus últimas lecciones. Allí plantea la idea de una libertad no individualista, ejemplar en el arte como modelo para la convivencia social. De este modo, lo estético adquiere una dimensión ética".
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