Miércoles, 30 de enero de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › ENTREVISTA AL ESCRITOR SANTAFESINO CARLOS ANTOGNAZZI
"Uno escribe, después si eso es cuento, relato, novela...
ya es una cuestión extraliteraria", dijo el autor del libro
"La Isla", ganador del premio provincial Alcides Greca.
Por Edgardo Pérez Castillo
Seleccionado por el jurado que conformaron Hebe Uhart (Buenos Aires), Sonnia De Monte (Mendoza) y Graciela Pacer (Entre Ríos), Carlos Antognazzi se convirtió en el nuevo ganador del premio Alcides Greca en la categoría de obras editadas. Nacido en Santa Fe en 1963 y radicado en Santo Tomé desde hace más de tres décadas, el autor cuenta con un extenso listado de publicaciones no sólo en el género de relatos, habiendo editado novelas, poemarios y ensayos. En ese marco, su libro Al Sol fue distinguido dentro del certamen provincial, donde logró además una mención especial por su cuento "Avanzada terrestre".
Sin embargo, y a diferencia de Analía Giordanino --ganadora en la categoría inédita y entrevistada por este medio una semana atrás--, Antognazzi comenzó a publicar sus obras con veinte años, a sólo seis de que iniciara su relación con las letras, según narró a Rosario/12: "Empecé a escribir a los 14, en la adolescencia, que es cuando todos empiezan a escribir. Cuando empecé la escritura era algo personal, pero más o menos a los 17 o 18 años entré en un taller que se armó en Santo Tomé. Tuve suerte de encontrar un buen coordinador que me inculcó la lectura de un montón de nombres, y después yo mismo empecé a coordinar talleres, algo que todavía hago en Santo Tomé y Santa Fe. Entonces en la medida en que la escritura se fue haciendo más importante para mí le fui dedicando más tiempo, empecé a concursar y entonces la publicación fue bastante natural, como un paso más".
Los premios, en tanto, también llegaron pronto en la trayectoria de Antognazzi, que en 1984 obtuvo el "Diego Oxley", un año después el "Mateo Booz" y su primer "Nacional de cuento" en 1986. Desde entonces, sostuvo un espíritu de participación que mantiene hasta estos días: "Siempre estuve concursando y después a medida que el trabajo empezó a hacerse más profesional (por ahí no tanto en el sentido económico, porque estamos dentro de las generales de la ley con lo que es el arte en este país), cuando empecé a dedicarle más tiempo a la lectura y la escritura, empecé a buscar concursos más importantes. Lo que significa básicamente dos cosas. Una es que por ahí te presentás en un montón de concursos en el año y no pasa nada. Y la otra es que cuando metés un premio, es un premio que sirve mucho. De hecho construí mi casa con el premio Tiflos de novela que gané en España en el 2005".
Finalista además del Premio Nacional de Literatura de la Secretaría de Cultura de la Nación (promoción 1993-1996) y declarado "Santafesino Destacado" por el Concejo Municipal de la capital provincial, Antognazzi encuentra incentivo en los galardones obtenidos, pero desarrolla sus textos desde el puro placer escriturario. "Yo escribo porque me gusta y, por más que no sean cosas graciosas o cómicas las que escribo, me divierte escribir, y más que todo reescribir --apuntó--. Y una vez que tengo el trabajo terminado veo dónde lo puedo presentar, ya sean cuentos, novelas, poemas. Concurso mucho, todo lo que puedo. Entre otras cosas porque es la forma que hoy por hoy uno tiene para publicar. Acá no hay editoriales grandes, que sí están en Buenos Aires, pero si mandás algo por correo te ignoran. Lo que queda es meter algún concurso para ver si sacás algunos pesos para poder editar o que, directamente, implique la edición de la obra".
Y si bien este último reconocimiento está destinado a su producción de cuentos, Antognazzi no se ata a género literario alguno, algo que comenzó a evidenciar ya desde sus primeros pasos: "Empecé escribiendo poesía, y después hice simultáneamente poesía y cuento, pero me quedé con cuento. La poesía la recuperé muchos años después, a partir del año 98. Con respecto a la novela, la primera que hice es una novela corta, que se llama Ciudad, y es la ampliación de un cuento que tiene el mismo nombre y está en el libro Punto muerto del año 87. A mí me parecía que el cuento daba para más y encontré una estructura que me permitía ampliarlo, y a partir de allí una vez que encontraba ciertas estructuras, que armaba un organigrama, armaba una novela".
"Ya tengo varias novelas escritas, y se dio con mucha naturalidad. Porque no es que me propusiera escribir una novela, sino que en esa primer experiencia quería escribir algo más largo. A partir de allí eso se ha dado con naturalidad, porque siempre me manejé con mucha libertad en cuanto a los géneros. En realidad es algo que procuro inculcar también en el taller, para que no se encasillen con los géneros, que son medio artificiales. Uno escribe, después si eso es cuento, relato, novela corta, nouvelle, novela, prosa poética, ya es una cuestión extraliteraria", agregó el autor.
Lo certero es que, a partir de la realidad editorial en el interior del país, los concursos aparecen casi como el único recurso para que los escritores puedan acceder a una publicación, según concluyó el último ganador del Alcides Greca: "No descarto de pronto mandar un original a una editorial, lo hice en algún momento, pero los concursos son una cuestión fundamental. Si vas a esperar solamente la editorial publicar me parece casi una quijotada".
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