Domingo, 30 de noviembre de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL CIRCUITO INTERBARRIAL DE TEATRO DE LA SECRETARíA DE CULTURA
Hace cuatro años se desarrollan en distintos barrios de la ciudad y su idea es la de generar un movimiento de vecinos que no son actores pero que tienen la voluntad de producción simbólica. Hablan sus responsables.
Por Julio Cejas
Desde el año 2004 se viene desarrollando en distintos barrios de la ciudad, el Circuito Interbarrial de Teatro organizado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad cuya finalidad es promover la actividad teatral a partir del trabajo de los propios vecinos. El director Gustavo Guirado, promotor de esta iniciativa y las actrices Vilma Echeverría, Coordinadora de el Distrito Sur, y Laura Carassai de el Sudoeste, dialogaron con Rosario/12 para contar esta experiencia. El grupo de coordinadoras que se completa con la actriz Carla Rodríguez como responsable del Circuito en el Distrito Norte, fueron elegidas por el propio Guirado que comenta los orígenes de esta propuesta.
"Es un proyecto que propongo a la Secretaría de Cultura a finales de 2003, se me había pedido una serie de proyectos relacionados con el teatro y finalmente sale aprobado este, por el cual a comienzos del 2004 convoco a un grupo de directoras y directores para llevarlo a cabo", explica. Y agrega que en este emprendimiento se plantea la posibilidad que a partir de los barrios más alejados de la ciudad se genere una producción teatral que pueda ser aprovechada por el resto de la ciudad.
"La idea era generar un movimiento de vecinos que no son actores pero que tienen la voluntad de producción simbólica, para que produjeran desde sus lugares hacia la ciudad, por eso nos preocupamos en aclarar que no son Talleres de Teatro como los que existen ya en gran cantidad", dice Guirado.
-Tendría que ver más con la idea del teatro comunitario...
-Ya existe en el Parque Alem un grupo que se autodefine como teatro comunitario, si bien hay puntos en común nosotros trabajamos en forma distinta. Los vecinos suben a escena se comprometen a armar una obra y con esa obra representar a su barrio y a su vez presentarla por toda la ciudad y por otra parte se ha logrado un movimiento de alrededor de cien personas que se conocen a partir de este trabajo, y tienen un lugar de expresión y de encuentro que a su vez comparten con sus vecinos. El Circuito Interbarrial de Teatro facilita los medios de transporte para que la gente circule y los vecinos de distintas zonas se encuentren a partir de sus propios trabajos.
Otro de los aspectos que cubre este programa es ofrecer servicios a otras instituciones como geriátricos, clubes vecinales, hospitales, escuelas o bibliotecas populares, que soliciten las obras o fragmentos de las mismas, con lo que se cumpliría la premisa de "vecinos prestando un servicio a otros vecinos a partir del teatro".
-Siendo los coordinadores de este Circuito, protagonistas del teatro que se hace en salas, ¿cómo confrontan sus saberes con esta experiencia?.
-Aquí hay una postura frente al lenguaje muy distinta, los vecinos no son actores que se han preparado para esto, cuando se ha hablado del teatro en los barrios se descuida el tema de la estética, nosotros cuidamos de que las producciones estén atendidas en esas cuestiones, trabajamos con vestuaristas con luz, sonido, además intentamos que haya un lenguaje poético no solamente un lenguaje de la urgencia.
Vilma Echeverría, coordinadora del Distrito Sur, trabaja con un grupo en el que conviven adolescentes y adultos, con edades que oscilan entre 16 y 75 años. "La entrada de gente es casi constante, hay que ver donde se mete a esa gente, cada año, reemplazamos a alguien que se va, son grupos abiertos en movimiento, este año estrenamos `Tartufo' de Moliere, con 16 actores, el primer año, surgió un trabajo en un club en la cancha de bochas, con historias y personajes del barrio Tablada".
Uno de los aspectos que destaca Echeverría tienen que ver con lo que ella llama la reacción en lugar de la actuación y tienen que ver con las actitudes que aparecen en los lugares cotidianos por donde transitan los integrantes del grupo teatral. "Estas reacciones salen del teatro y se continuan en la cocina de su casa, en la oficina, es una de las propuestas eso de estar vivos y con un cuerpo en reacción que sea el teatro el que lo dinamize, después encontraran algunas poética propias".
Por su parte Laura Carassai, que trabaja con adolescentes en el Distrito Sudoeste, comenta las respuestas que tiene a partir de experiencias que justifican la validez de esta movida. "Yani, una alumna que comenzó a los 15 años ahora tiene 18 y está haciendo la Escuela de Teatro y cuando hubo que hacer un reemplazo en la misma escuela donde ella hizo la secundaria, en Barrio Acindar, la convocamos a ella como Profesora de teatro y ahora está por presentar un trabajo de sus alumnos".
A veces los espacios no sobran entonces aparece la colaboración de los vecinos y una auténtica integración social que no es frecuente en otros aspectos. "Se abren las casas de la gente para ensayar, entonces aparece alguna abuela que se suma y cose el vestuario, un padre herrero suelda los caños y así se va armando un proyecto valiosísimo".
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