Lunes, 2 de enero de 2006 | Hoy
Dos funcionarios culturales -de la provincia y Rosario-, un ex director
municipal y escritor, y un legislador, repasan a pedido de Rosario/12
los hechos del año.
"Problemas buenos"
Por Jorge Llonch *
Haciendo un balance del año que terminó, diría que lo mejor fue la recuperación del espacio de la ex Jefatura y su metamorfosis en Plaza Cívica. Allí donde hubo horror y oscuridad, se abrió un espacio a la creatividad y a la diversidad. Y se abrió al público con la presencia del maestro Miguel Angel Estrella en un masivo y emotivo acto. Desde ahora en adelante ese lugar llevará la impronta de un espacio para construir ciudadanía cultural. Otro hecho positivo lo constituye la decisión de convertir la Sala Lavardén de Sarmiento y Mendoza, en un espacio de uso exclusivo de la Secretaría de Cultura de la Provincia.
También hay que destacar lo que consideramos los ecos del Congreso de la Lengua. El buen trabajo desarrollado allí nos permite seguir cosechando frutos más allá del evento: siguen las tratativas para que Rosario tenga una sede del Instituto Cervantes, el Teatro El Círculo y sus alrededores se transformaron en un nuevo polo cultural de la ciudad, y otro tanto está ocurriendo con el Museo Histórico "Dr. Julio Marc".
Entre lo peor hay que decir que es una época de "problemas buenos". Todos queremos participar de los beneficios del crecimiento: con aumentos de sueldos, con mejoras edilicias y otras cuestiones postergadas por la crisis. Esta situación generó conflictos en algunos organismos de la Secretaría, conflictos que se fueron superando, con el compromiso fundamental del equipo de Cultura.
Ente los pendientes quedó el traslado del Museo Nacional de Arte Oriental a Rosario. Concretarlo podría haber sido otro de los grandes hitos del desarrollo cultural.
* Secretario de Cultura de la provincia de Santa Fe.
Expertos y artistas
Por Marcelo Brignoni *
"Echemos a los expertos, llamemos a los artistas". Hace muchos años escuché esta crítica en una reunión que se hacía en el viejo Discepolín, grupo de teatro que sentaba sus reales en ese entonces en calle Mendoza. En esa reunión estaban entre otros, Rody Bertol, Luis Rubio y varios más. La crítica estaba dirigida al área de cultura estatal provincial, y se resumía en la falta de intérpretes adecuados que el mundo de los creadores suele tener en las oficinas públicas.
La gestión cultural de nuestra provincia ha estado, salvo excepciones, llena de expertos y escasa de artistas, desde 1983 hasta aquí --y este ha sido su principal problema--, la enorme incomprensión de las necesidades que tienen los creadores, los apoyos que pretenden y esperan para difundir su obra frente a la comunidad. Hemos sido testigos de varias gestiones concebidas erróneamente en la idea de la cultura como erudición. Sin embargo, los cuatro escritores argentinos más importantes no alcanzaron a recibirse de bachiller. Domingo Sarmiento, José Hernández, Roberto Arlt y Jorge Luis Borges no hubieran sido considerados: ninguno pasó por la Escuela de Letras de la universidad.
El 2005 terminó con un cambio de aire positivo en la Secretaría de Cultura Provincial. La llegada a ese organismo de un artista, de un músico histórico de nuestra ciudad como Jorge Llonch, abre expectativas favorables. Es necesario empujar entonces, la asignación de más recursos para Cultura, oficiales y privados. Pero también es importante abogar, para que el destino que se dé a los dineros de todos, también sea una lucha que los artistas estén dispuestos a emprender.
Las teorías del desinterés por "lo Estatal", que a veces flotan en el aire de la Cultura, no están mal, si uno puede responder algunas preguntas: ¿por qué no pelear para que el Estado registre y difunda la obra de los artistas, que no son convocados por la industria cultural comercial? ¿Quién impulsará la obra de los nuevos creadores, si no es el Estado? ¿Por qué no pelear por el uso de esa herramienta?
De visita en Uruguay, en la asunción de Tabaré Vázquez, y teniendo el honor de charlar con Daniel Viglietti, le pregunté qué era para él la cultura. "Es la posibilidad de encontrarle sentido a la vida, de poder entender qué hacemos en este mundo, de luchar por la dignidad y la justicia con alegría y disfrutar de ese modo la belleza de la vida", me contestó. El ansiado sentido común de ver juntos a los que, con algún que otro matiz, caminamos la misma vereda, la del compromiso con la cultura popular, ése es sin duda el desafío para 2006.
* Presidente de la Comisión de Cultura y Medios de la Cámara de Diputados de Santa Fe.
La riqueza cultural
Por Marina Naranjo *
Muchos de los acontecimientos culturales que se sucedieron en Rosario, han dado prestigio y una ubicación de respeto en la mirada que de nosotros tiene el país e incluso otras regiones del mundo. Es de destacar la tarea que llevaron a cabo algunas instituciones culturales de la ciudad, como la realizada por el Museo de Arte Contemporáneo (MACRO) en su primer año, y muchas actividades realizadas como el emotivo reencuentro de "Los Gatos Salvajes", el Encuentro Metropolitano de Tango, la muestra Berni para niños que recorrió varias provincias y el museo urbano, sin olvidarme de La Isla de los Inventos y su mágico "Socios de la Navidad, la fábrica del afecto" que construyó junto a más de 18000 personas y personitas los 5000 obsequios que se distribuyeron el 22 de diciembre.
Los recitales de Joan Manuel Serrat, Toquinho, Manu Chao y Emir Kusturica significaron para Rosario el reconocimiento a nuestra ciudad como una plaza internacional deseable. Pero además de la gran cantidad de espectáculos que los productores privados locales trajeron a los teatros de la ciudad, algunas instituciones han ofrecido su compromiso con la cultura como fue la "Semana de la Cultura".
Cabe también destacar la participación ciudadana, el sentimiento de pertenencia de los rosarinos que han demostrado su compromiso y cuidado con la ciudad, en la enorme cantidad de espectáculos y encuentros que se realizaron a lo largo de 2005. Pendientes quedan algunas ideas que no llegaron a concretarse pero que igual nos significaron espacios de relevancia como fue la postulación de "Rosario, capital mundial del Libro 2007".
Pero también hemos sufrido algunas pérdidas importantes que no puedo dejar de mencionar ya que la cultura de la ciudad se vio conmovida con su muerte. Me refiero a la muerte de Rubén Naranjo, mi padre. Ha sido un honor que este hombre generoso dedicara su vida a la ciudad y su gente y que la ciudad se lo haya reconocido nombrándolo hace un año, cuando ya estaba muy enfermo, "Ciudadano Ilustre".
A modo de balance esta es una breve reseña de hechos que hacen a Rosario la ciudad atractiva que hoy es, su creatividad, su trabajo constante, sus espacios culturales, sus destacados artistas y su gente en un todo generador de riqueza que es la cultura para los rosarinos.
* Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario.
Completar el rompecabezas
Por Gary Vila Ortiz *
La protagonista de El Ciudadano nunca termina de armar el rompecabezas, acaso infinito, que se desplaza con tristeza sobre la mesa. Desde que lo recuerdo pensé que el "problema de la cultura" en Rosario, en su acepción específica, era como ese puzzle que me obsesionaba, y aún lo hace. No puedo ni debo hacer el recuento de tantos años, de tantas cosas que ocurrieron para bien y de otras que terminaron en frustraciones, sino concentrarme en este quinto año del siglo XXI. La actividad en la poesía, la prosa, la música, el teatro, la pintura, el video y otras manifestaciones de la expresión creativa ha sido, sin duda, constante. Festivales de poesía, de video, de jazz, pusieron de manifiesto un positivo sentido de continuidad. Podríamos coincidir entonces, en que la actividad ha sido amplia. Y sin embargo ¿por qué no podemos entonces completar el rompecabezas? ¿por qué sentimos siempre que hay piezas que faltan? La increíble convocatoria de público que días atrás se reunió en el Monumento para escuchar los villancicos que entonaron los conjuntos que dirige Cristián Hernández Larguía, aparece casi como un fenómeno aislado. O al menos esa es la sensación. Percibimos que la Cultura en Rosario se manifiesta en hechos que no sólo deberían tener contacto entre sí, sino una clara comprensión del pasado, una asimilación de la historia cultural de la ciudad. Lamentablemente, ninguna de las dos cosas suceden. Apenas un ejemplo, flagrante, bastaría para dar cuenta de esto: las pobres y opacas celebraciones del Año Berni, cuyo último reportaje en vida se publicó precisamente aquí, en la ciudad que lo vio nacer. En este sentido, quizá uno de los signos más positivos del año se pueda hallar en la publicación de los dos primeros tomos de la Historia de Rosario, de Rafael Ielpi, que muchas veces ocupándose de otros temas revela lo que en Rosario ha significado y aún hoy significa la palabra cultura.
* Escritor y ex Director de Cultura de Rosario
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