Esta noche, a las 21, en el Saulo Benavente se proyectará el corto-documental Resiliente, creación de Gheran García que aborda la utilización de prácticas creativas como parte de las terapias de neuro-rehabilitación. Vinculado al teatro en su pueblo natal, Alcorta, García arribó a Rosario para formarse en el terreno audiovisual, y fue en la ciudad en donde comenzó a relacionarse con las prácticas artísticas que se le proponían a pacientes en proceso de recuperación. De hecho, el encuentro que esta noche se llevará a cabo en la sala de Alem y Gaboto incluirá además la representación de tres obras breves de Roberto Espina.

Mientras tanto, la relación de García con algunos de los protagonistas de Resiliente se dio en la propia Fundación Rosarina de neuro-rehabilitación, según explicó el realizador: "Me empiezo a vincular con los pacientes en la fundación FRN a principios del 2007 aproximadamente cuando tuve una recaída de mi enfermedad autodenominada por mí `stereo-clerosis` pero que todos llaman esclerosis múltiple, por lo que tuve que empezar a ir casi todos los días a rehabilitarme porque tenía una pierna completamente muerta para recuperar su movilidad, también en la terapia ocupacional para trabajar lo cognitivo, etcétera, y a partir de allí descubrí un mundo nuevo con diferentes personas con quien fui entablando nuevos vínculos, convirtiendo a la fundación en mi segundo hogar.

-¿Cómo empieza a gestarse el documental?

-Estaba programando la tesis para mi carrera de realización audiovisual y se me ocurrió hablar de algo que me era cotidiano, entonces empecé a pensar por qué no registrar el interior de esta fundación mostrando esta realidad, lo que se había generado cuando fundé allí el taller de teatro "Capacitados", que revolucionó un poco esa realidad y a esas personas que había conocido, cada una con sus problemáticas, que ya me eran familiares, junto a las obras de teatro que estábamos preparando para representar. Cumplido ese objetivo de captar los días en la fundación dio como resultado un cortometraje documental de doce minutos con testimonios de pacientes y profesionales acerca del resultado terapéutico, sus días allí y la construcción de la obra.

-En Oliveros se apunta a un proceso de desmanicomialización, en donde el arte tiene una incidencia muy importante. Desde su criterio y experiencia, ¿cuál es la importancia de acercar a los pacientes a diversas expresiones artísticas?

-Es fundamental, porque es más que importante acercar el arte en estos lugares, lo digo porque este año además de dar el taller de teatro en la FRN, me propusieron darlo en otra fundación, Clínica de la memoria, con pacientes con Mal de Alzheimer y también lo doy en la sala de quimioterapia del sanatorio Laprida cuando me aplico mi "Blue curazao" (mitoxantrona) para mi enfermedad y observo cómo el teatro es bien recibido en estos ámbitos en donde el clima es con tendencia a la melancolía o a la tristeza, pero que cambia generando alegría en los pacientes y ganas de participar con énfasis, redescubriendo en ellos capacidades que creían que no tenían, convirtiéndose en un entretenimiento del cual forman parte y logrando distender la mente. Este cambio de clima hace que los pacientes tengan ganas de hacer sus tratamientos porque los lugares pasan a ser recintos en donde además se divierten.

-¿Cuál es la temática que se trata en las obras que se presentan acompañando el documental?

-Las temáticas se relacionan a las circunstancias existenciales del individuo, en Los buenos modales se pelea justamente por ellos, en Ser o no ser se apunta a más a la identidad y en El propietario nos pone a pensar acerca del lugar, si realmente lo queremos o queremos otro. Participan pacientes que van al taller y que en su mayoría prestaron también testimonio en el cortometraje: Olga, que tuvo un ACV, dejándole una secuela en una pierna y en un brazo, Miguel Angel que también tuvo un ACV que le dejó una secuela en un brazo, Klary con problemática en lo motor, por lo que utiliza una silla de ruedas, en un brazo y en el habla; Federico que tuvo un accidente que lo dejó en sillas de ruedas, Mónica que tuvo un aneurisma que le ocasionó problemas en lo cognitivo y yo con mi stereo-clerosis que ya estoy casi normal, como antes de comenzar con mi enfermedad y después de pasar problemas en el habla, en lo motor y en la visión.