Radicada en México desde el golpe de Estado de 1976, la cordobesa Liliana Felipe hizo de la canción una herramienta para acompañar su lucha en favor de distintas causas políticas y sociales. Integrante de la agrupación Hijos, militante por los derechos de la mujer junto a su pareja Jesusa Rodríguez, creadora de música para teatro y cine, Felipe regresó a la Argentina luego del concierto que en septiembre brindó en el Archivo Nacional de la Memoria en el Espacio para la Memoria (ex Esma). Esta vez, su voz formará parte de uno de los actos centrales de la Campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito (ver recuadro), en una gira que, por primera vez, la traerá a un escenario local.

Porque a pesar de su extensa trayectoria, Rosario fue siempre una ciudad de paso para la cantante, que en diálogo con este medio apuntó: "Solamente pasaba de viajante, me bajaba en la Terminal, a veces iba el Negro Fontanarrosa a saludarme, pero solamente iba de paso. No conozco Rosario, nunca he caminado por una calle, solamente he pasado por la Terminal o en auto". A partir entonces del curioso carácter de debut que tendrá la visita de la experimentada compositora --y que se concretará hoy a las 21.30 en el Teatro Nacional de Córdoba 1331--, la presentación reunirá obras de distintas épocas, aunque la autora advirtió: "Que las personas que van a ir tengan piedad de mí, porque mi memoria es una red de agujeros, y si no tengo la letra de la canción difícilmente la pueda hacer (risas). La verdad ya no me acuerdo de muchas canciones, la gente me las pide pero yo no tengo idea".

"Siempre explico que más que intérprete soy una compositora. Mis amigos intérpretes tienen el cerebro diseñado con todos sus cajoncitos y archiveros para acordarse de las canciones. Y yo tengo el cerebro diseñado para que, acabada una producción, una obra de teatro o una serie de canciones, lo grabo y me olvido para lo que sigue. Entonces me cuesta muchísimo memorizar", precisó Felipe, que agregó: "El recital es una mezcla, todavía estoy viendo qué canciones voy a hacer, cómo las ordeno. Te diría que está más cercano a lo que hice en la Esma que a mi último disco, Mil veces mil, que es un trabajo de estudio".

Sobre esa actuación en el centro de detención, Felipe explicó que fue una presentación "con mucho sentido". "En lo personal fue muy especial estar ahí, colaborar en expulsar a los diablos de su territorio, expulsar los diablos que nos habitan también a nosotros con ese tema --resaltó--. Por supuesto, me dio un cierto orgullo haber estado en ese momento ahí para que se dé inicio al centro de promoción de los Derechos Humanos. Creo que hay gente muy interesante ahí".

Aunque el compromiso de Felipe no está atado a una causa única, sino que la lleva a participar de distintas experiencias de manera constante: "Pienso que éso es algo muy vital, que es lo que le da sentido a mi vida. A veces siento que el hecho de no ser madre, a Jesusa, mi pareja, y a mí nos condena a una cosa adolescente o juvenil, o de no asumir los compromisos que tienes que empezar a asumir cuando eres madre. Pero es cierto que las luchas son nuestro compromiso, es nuestra manera de ir creciendo con la gente, de ir aportándole algo a la sociedad".

Con una militancia muy activa en México, la artista reconoció que sigue los acontecimientos que ocurren en la Argentina, aunque admitió: "No sé si podría venirme a vivir, no lo creo, pero sí estoy pendiente de lo que ocurre. Por lo menos leo la prensa en internet, me asomo a lo que ocurre en la Argentina, trato de estar al tanto de lo que ocurre. Mi corazoncito y mi juventud estuvieron acá, entonces tengo cosas muy marcadas, muy argentinas. Aunque ya tenga más años viviendo en México, los recuerdos de la infancia y de la adolescencia son muy fuertes, te marcan para toda la vida".