La película Días de mayo del director rosarino Gustavo Postiglione quedó seleccionada para participar del Latin American Works in Progress, en el marco del festival de Berlin que se desarrollará del 5 al 15 de febrero. El film que aún no fue terminado fue elegido junto a otras cinco películas latinoamericanas y será vista por productores y distribuidores internacionales de mucha proyección. Así, Postiglione entra al cine grande con una historia que retrata la tensión y a la vez la utopía que se vivió durante el Rosariazo a fines de los 60, una época sellada por las manifestaciones populares que surgían con aires de cambio, como resabios del mayo francés. Está protagonizada por Darío Grandinetti, Antonio Birabent y Carlos Resta. Además de otros actores rosarinos que encarnan personajes importantes y unos 500 extras. Estar allí les abre la posibilidad encontrar inversores para finalizar la edición y acceder a una vidriera de elite. Esperanzado y feliz, Postiglione cuenta como se siente: "Unimos el deseo con la espera, mucho de lo que hicimos cobra especial sentido a partir de este reconocimiento", confiesa.

Días de mayo cuenta la historia de dos jóvenes militantes que tienen miradas diferentes sobre la realidad social que se vive por esos días. Laura (Agustina Guirado) pertenece a una familia conservadora cuyo padre (Darío Grandietti) se resiste a cualquier cambio que pueda gestarse, pero ella estudia teatro y filosofía y esa cercanía con otros pensamientos la lleva a querer romper con la tradición familiar. Por otro lado está Pablo (Santiago de Jesús) que tiene una mirada más anárquica de lo que está pasando. Ambos están enamorados. "Cuando comencé a definir el contenido del film me interesó mucho ver como lo que ocurría en el entorno político y social no sólo influía en la historia grande, en los cambios que vinieron para la sociedad toda de ahí en más, sino cómo también se modificaban las pequeñas historias personales. Hoy nadie se separa por no coincidir políticamente, es impresionante palpar el compromiso político de esa generación de jóvenes", se emociona el director. E ironiza con razón que aquel fragor de invierno era mucho más interesante que "discutir sobre quién tiene el mejor facebook", una conversación recurrente aún entre los dirigentes políticos de esta época.

Allí aparece también Antonio Birabent, interpretando a Dante, un músico que deja huellas en el film introduciendo la gestación del rock nacional. Para eso, Birabent compuso una canción que se escuchará por primera vez cuando se estrene la película. Sin duda que la musicalización es uno de los aspectos más interesantes. "Forma parte de la post producción que incluye también la edición y es lo que resta por hacer -cuenta Postiglione-. Lito Nebbia volvió a grabar un tema de Los Gatos e hizo una versión instrumental de La Balsa que aparecen recreando esa época". El resto estará a cargo de Ivan Tarabelli.

Para poder terminar la película hacen falta unos 150 mil pesos que podrían llegar de la mano de los exitosos productores que desfilarán por Berlín. "Esperamos contar con un socio internacional", explica el responsable de la obra cinematográfica. Y agrega que de todas manera ese es apenas un 10 por ciento del costo total de la película que oscila en un millón y medio de pesos y se está logrando con un subsidio del Instituto Nacional de Cine, junto con el estado provincial y municipal.

El director de fotografía es Héctor "el Nene" Molina, otro realizador audiovisual reconocido en la ciudad. "Estudiamos juntos y venimos trabajando desde hace tiempo, con él somos como hermanos y nos entendemos sin hablar", dice dejando traslucir la intimidad del rodaje. Y explica que la fotografía esta vez tiene una estética muy especial: todo fue rodado íntegramente en blanco y negro. "Lo decidimos así por una cuestión de época: hay imágenes que uno sólo recuerda en blanco y negro. También fue necesario para recrear imágenes de la ciudad de hace 40 años. Y tiene una cuestión visual muy seductora", explica.

Postiglione asegura que las imágenes de Rosario son por momentos fabulosas. Se recrean escenas en lugares emblemáticos como la bajada Puccio, escenario del comienzo y el final de la historia.

Cabe destacar que entre las seis películas seleccionadas hay dos argentinas. "Nuestro cine tiene un lugar preponderante en América Latina. En parte porque a diferencia de otros países latinoamericanos se producen por año entre 70 y 80 películas y también porque hay apoyo estatal, tenemos una de las leyes más avanzadas", afirma. Las otras cuatro pertenecen a México, Costa Rica y una producción entre Colombia y Argentina.

Todos los realizadores elegidos tienen razón para llegar con expectativa. El año pasado uno de los films presentados en el Latin American Works in Progress alemán fue seleccionado para el Festival de Cannes, en Francia. "Muchas veces uno desea cosas, pero no las espera porque parecen demasiado lejos. Esta vez se unió el deseo con la espera. Estar en un festival de estas características es lo que sueña todo director, porque puede cambiar el destino, el rumbo de una película. Mucho de lo que hicimos cobra especial sentido a partir de este reconocimiento, sobre todo teniendo en cuenta que lo logramos desde Rosario, sin lobby, donde todo cuesta cuatros veces más que en Buenos Aires", sostiene Gustavo Postiglione.

El 4 de febrero el director de La Peli, El Cumple y El Asadito llegará a Berlín con la esperzanza a cuestas y un film que promete. A miles de kilómetros de distancia, quedará Rosario, testigo de una historia trágica que culminó con un muerto, 11 heridos y cientos de vidas iluminadas para siempre.