Viernes, 13 de noviembre de 2009 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › "EL EQUIPO ESTá BIEN. LA IDEA ES NO HACER CAMBIOS", ANTICIPó EL TéCNICO ARIEL CUFFARO RUSSO, RESPECTO A LA ALINEACIóN DE CENTRAL QUE EL LUNES CERRARá LA 14ª FECHA DEL APERTURA JUGANDO EN EL GIGANTE A LAS 21.15 CON LANúS. "NO ES MOMENTO DE PENSAR EN EL CLáSICO", ADVIRTIó EL ENTRENADOR AURIAZUL. "NOS HICIMOS FUERTES JUGANDO EN EL GIGANTE Y EL LUNES VOLVEMOS A JUGAR CON NUESTRA GENTE", VALORó EL RESPONSABLE TáCTICO DE LOS CANAYAS, TRAS CONCLUIR UNA PRáCTICA QUE SIGNIFICó LA VUELTA DE MILTON CARAGLIO (EN LA FOTO), DADO QUE EL NUEVE JUGó UN RATO AL FúTBOL CON SUS COMPAñEROS, EN SU PROCESO DE RECUPERACIóN DE LA ROTURA DE LIGAMENTOS SUFRIDA EN EL úLTIMO PARTIDO CON ÑULS. "SIENTO QUE VOLVí A DEBUTAR", CELEBRó EL DELANTERO.
Alberto Lecchi pasó del cine a dirigir teatro y la experiencia resultó sorprendente. Hoy, la obra llega a la ciudad.
Por Edgardo Pérez Castillo
Asistente de dirección de María Luisa Bemberg en Camila, Alberto Lecchi pudo rodar su primer largometraje casi una década más tarde. Desde el estreno, en 1993, de su debut Perdido por perdido, el realizador le dio forma a once películas. Pero a partir de una convocatoria del productor Luis Cella, este año Lecchi se permitió incursionar además en un nuevo terreno, y con Illia, quién va a pagar todo esto --la obra que esta noche, a las 21.30, se presentará en el teatro La Comedia-- se dio el gusto de debutar como director de teatro.
De hecho, en su diálogo con Rosario/12 Lecchi remarcó la buena aceptación lograda con el proyecto que tiene como protagonistas a Mercedes Funes, Patricia Viggiano y Arturo Bonín. "Por ésas cosas que tiene esta profesión Luis Cella decidió llamarme a mí para dirigir la obra, lo que representó una alegría, pero por el otro lado un desafío. Lo tomé con mucha cautela y respeto, porque si bien veo mucho teatro, nunca me plantee dirigir. A partir de éso empezamos a trabajar con Eduardo Rovner, que es el autor y, después de postergar el estreno por las elecciones y la Gripe A, estrenamos hace dos meses y medio en Buenos Aires con un suceso que no esperábamos. La verdad fue impresionante, al punto de que ya está confirmado que en enero, febrero y marzo seguimos presentando la obra en Buenos Aires".
Basándose en las experiencias narradas por Emma y Leandro, hijos de Arturo Illia, y por su secretario privado Luis Caeiro, Rovner le dio forma a una obra que permite acercarse no sólo a la faceta política del ex presidente argentino, sino además a aspectos de su vida privada. La participación del propio autor a lo largo del proceso de trabajo fue un respaldo para Lecchi: "Lo de Rovner a mí me facilitó todo, porque es una persona muy abierta. Cuando leí la obra había cosas que se me habían ocurrido modificar, y él no tuvo ningún inconveniente en que lo hiciera".
Lecchi no alteró los aspectos sustanciales de la obra: "La estructura transitaba dos líneas, la política y la familiar, a partir de los relatos de Emma, la hija de Illia. La parte política está relatada por Caeiro. Son relatos que ellos fueron contando de la vida de Illia, y en la obra esos relatos están respetados absolutamente. Lo que agregué fue darle una continuidad a esos relatos, y eso está ayudado con algunas imágenes documentales".
En ese marco, la introducción a la vida privada del presidente radical evita colocarlo en un pedestal, humanizando así al personaje histórico. "Algo de eso tiene --admitió el director--. Evidentemente él era una persona muy dedicada a la política, y esto hacía que, de algún modo, dejara a su familia de lado. La obra es una pincelada sobre un hombre muy particular, que a mí me fascinó. Yo lo conocía, pero a partir de la obra empecé a investigar mucho más, y fue un hombre muy particular, con un humor muy ácido. Un tipo de una austeridad impresionante".
-Un hombre que en la política argentina debería ser ejemplo, pero que, si se consideran su conducta y la austeridad que menciona, en realidad parece una excepción.
-Sí, hoy debería ser ejemplo porque estamos acostumbrados a que hoy no se encuentra alguien como lo que Illia era. Pero no debería asombrarnos, porque todo debería ser como él fue. En ese sentido lo que me parece más importante para rescatar de la obra es cómo nosotros podemos estar dirigidos o influenciados por los medios, o por un runrún que se va creando en la calle, por ahí generado por los medios. Eso hace que perdamos de vista cosas más esenciales. Y no lo estoy defendiendo, porque es probable que haya hecho cosas políticas con las cuales no estamos de acuerdo, pero más allá de éso, me parece que había una imagen que no tenía nada que ver con la realidad. Eso sí es un dato importante, porque esto tendría que hacer que nosotros, como personas individuales, podamos analizar y pensar antes de hablar, o de opinar lo que opina la mayoría.
-La obra se estrena en una coyuntura en la que el Gobierno, de un signo político opuesto al de Illia, sostiene un enfrentamiento claro con algunos medios, justamente por la forma en que se presentan determinadas acciones políticas.
-Sí, es cierto. Y lo que digo tiene que ver con éso, pero desde los dos lados: lamentablemente, con esta gran guerra que hubo con la ley de medios, yo escuchaba la radio, leía los diarios y en general había gente muy a favor y otros muy en contra, pero nadie decía por qué estaba en contra, cuáles eran los artículos o leyes que estaban mal, y nadie decía por qué estaba a favor. Es una discusión que se crea, una guerra por el sí o por el no, pero no hay ningún análisis de por qué eso pasaba. No es difícil leer la Ley y entonces opinar.
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