La imagen opta por uno. Es así entonces que la fotografía del escritor y periodista Gary Vila Ortiz aparece, caprichosamente. Es, más o menos -con disculpas por las palabras imprecisas , así: un primer plano de Vila Ortíz, que sostiene la mirada sobre la hoja que sobresale de la máquina de escribir. La hoja blanca, el escritor, y el nexo mecánico. Todo un retrato. Pero, aquí la cuestión, no es esto lo único o más interesante. Sino lo que le rodea, lo que está por detrás, lo que se intuye -sobre todo desde el fuera de cuadro. Desde lo que se nos permite ver: estantes plenos de libros (qué buena compañía) que seducen la curiosidad; se distinguen Contra la interpretación de Susan Sontag, un estudio sobre Sergei Eisenstein, La máquina cultural de Beatriz Sarlo, un volumen de Historias de crimen y misterio, fotografías familiares (¿quiénes son, cuál es el vínculo familiar, qué historias guardan?). Sobre un costado de la imagen -arriba a la izquierda asoma apenas el tocadiscos (qué gran término) con su cobertura plástica y la púa que descansa. Y todavía más, porque lo que actúa mejor es lo que no se deja ver, lo que el límite del cuadro fotográfico nos niega.

Particularmente, saber cuáles son los títulos de los lomos de libros apenas legibles, dónde está la discoteca de LP's, y qué más guardan los estantes invisibles, los que se intuyen y vislumbran imaginariamente. Imágenes que provocan encanto, allí donde pasear tranquilo en la intimidad del retratado (y sin que éste lo sospeche o pueda impedir).

Pero sólo es una de las muchas fotografías. Y no todas. Porque el responsable, Rubén "Palomo" Lescano, las viene trabajando desde hace cinco años, con detenimiento en tantos y tantos artistas de la ciudad. El lunes pasado tuvo su apertura la Muestra Fotográfica "Homenaje a los Artistas de Rosario", de modo tal que el Salón Puerto Argentino del Concejo Municipal tiene, por estos días, sus paredes rodeadas de imágenes con artistas: pintores, escultores, grabadores, escritores, fotógrafos (acá lo más curioso, porque la tentación borgeana de la cámara que mira a la cámara se nos impone).

"Con estas imágenes la idea es hacer un libro con doscientas fotografías", comenta Lescano -no sólo fotógrafo, también camarógrafo y pintor , que ya se está diagramando pero, como siempre pasa, falta la parte más cara que es la impresión. Si Dios quiere se va a lograr el año que viene". El fotógrafo confiesa a Rosario/12 que "algunos no se dejaron fotografiar, tal vez por miedo, o porque tienen más años". Y agrega que el propósito del libro es el de ser distribuido en las escuelas de Rosario.

Así como con Vila Ortíz, a lo largo de la muestra uno puede sumergirse en otros ámbitos, algunos más privados que otros, porque muchos de los artistas fueron fotografiados en entornos íntimos, otros en galerías de arte, otros en muestras. Habrá que resaltar la predilección por las imágenes del primer tipo (es que Hitchcock enseñó a ser "mirones"). En este desfile se presentan los rostros, entre tantos más, de Emilio Ghilioni, Jaime Rippa, Rodolfo Elizalde, Sergio Krasniaski, Paula Grazzini, Silvia Lenardón, Omar Henry, Daniel Grecco, Angélica Gorodischer (el rojo de su blusa y el del escritorio, sin dudas, deben haber sido impuestos por la escritora y su temperamento), rodeados de su obra, de sus paredes, de sus lienzos.

Sólo agregar que el Concejo como ámbito para la visita ciudadana provoca adhesión. Tanta como las palabras del concejal Pablo Colono, autor del proyecto, para entender al Concejo como un "ámbito abierto para las actividades artísticas, un Concejo abierto para todas y todos".