Martes, 9 de marzo de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › UNA RETROSPECTIVA EXPONE LA VIGENCIA DE LA OBRA DEL ARTISTA SANTAFESINO
En cinco salas de dos sedes (Centro Cultural Parque de España y Fundación Osde) pueden apreciarse unas 90 obras. Según la curadora, María Teresa Constantín, quisieron mostrar la riqueza de quien fue "mucho más que un artista político".
Por Beatriz Vignoli
Pasado mañana, con unas 90 obras en los más diversos medios (pintura, dibujo, objeto, collage, instalación), en cinco salas repartidas en dos sedes, se inaugura la retrospectiva II. Juan Pablo Renzi (1940 1992). La razón compleja, organizada conjuntamente por Fundación OSDE y el Centro Cultural Parque de España. A las 18, en el Espacio de Arte de la Fundación OSDE (Oroño 973), se brindará una conferencia de prensa con la participación de, entre otros, María Teresa Gramuglio (viuda del artista Juan Pablo Renzi) y María Teresa Constantin, quien coordina el Espacio de Arte de la Fundación OSDE en Buenos Aires. Ella es la curadora de esta muestra y de su exitosa edición anterior, este verano, en dicho espacio. Rosario/12 la entrevistó en una pausa durante el montaje de la sección de la muestra que se inaugurará el jueves a las 20 (con un transporte contratado para trasladar al público desde la sede de OSDE Rosario) en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río). Allí se verán nuevas reconstrucciones de los objetos conceptualistas de Renzi de los 60: algunas inéditas, como la fascinante "Nube de neón", y otras que el público local sólo conocía por las reconstrucciones de 1984 para su retrospectiva del Museo Castagnino.
Esta es la segunda muestra póstuma de Renzi en el CCPE (hubo otra, 12 años atrás) y es la segunda edición de su cuarta retrospectiva hasta la fecha: hubo una en el primer aniversario de su muerte, en 1993, en la Fundación San Telmo de Buenos Aires. Tanto la de 1998 en el CCPE como la de 1993 incluían sólo pinturas, ninguna de sus épocas de estudiante. Tanto en la de 1998 como en ésta participó como curadora asistente la artista plástica Xil Buffone, quien está a cargo del archivo Renzi. En las nuevas reconstrucciones trabajó todo un equipo. Lo que se verá ahora hasta el 2 de mayo es un Renzi recargado, una summa renziana que reescribe la historia y permite apreciar la absoluta vigencia contemporánea de un artista nacido en Casilda en 1940, discípulo de Gustavo Cochet, integrante del Grupo de Arte de Vanguardia, intelectual que pensaba arte y vida con las armas de la pintura, fallecido en Buenos Aires en 1992 a los 51 años.
Entre cigarrillos, cuadros, papeles atesorados, restos de un frugal almuerzo y celulares que emiten sonidos inquietantes, Constantin lanza ella misma la primera pregunta:
¿Por qué Renzi? En principio, la figura de Renzi tenía para mí un interés especial. Es que a la par de una obra poderosa, fuerte, interesante, que uno puede abordar desde diferentes ángulos, como experiencia de vida es un personaje que atraviesa desde los años 60 hasta los 90 y entonces, en paralelo con su obra, hay una historia de vida y una historia de la Argentina, atravesada por los diferentes acontecimientos, desde la politización de los 60 hasta el golpe de los 70 y la recuperación democrática. Esta es también la experiencia de muchos de sus contemporáneos, tanto en el propio campo artístico como en el de lo cultural, lo social y político.
¿Cuál es el criterio central de la muestra?
Queríamos hacer un Renzi que no pareciera clausurado y cerrado y de alguna manera moverlo del lugar en el que estuvo silenciado durante estos años. La idea era hacer una muestra que permitiera revalorizar la figura de Renzi y someterlo más bien a nuevas preguntas, a nuevos interrogantes. Renzi ha sido visto durante mucho tiempo como el artista político, pero la obra de Renzi es mucho más que eso. Entonces eso va a tener un lugar acotado: una pequeña sala negra donde van a estar indicios de lo que fue Tucumán Arde, indicios del Asalto a la conferencia de Romero Brest (1968) en Rosario y la proyección de algunos documentos que sirvieron para hacer el documental de Ezeiza, en el 73, con el regreso de Perón. El audiovisual como tal se perdió. Lo que nosotros hacemos es presentar algún material que tenía Graciela Carnevale en su archivo, más las diapositivas que encontramos en el archivo de Juan Pablo Renzi. Estas diapositivas son los dibujos con los que, combinándolos con las fotos de los diarios, él, Graciela y Lavarello armaron el audiovisual de Ezeiza. Allí va a haber algunos catálogos de una muestra que se hizo en Londres, en el Camden Center. Esa obra también se perdió. Y hay algunos dibujitos chicos donde, durante esos finales de los años 60, él plantea que hay otras cosas más importantes que hacer que el arte. El resto es realmente obra de Juan Pablo Renzi. En Buenos Aires se presentó en una sala única; entonces teníamos un recorrido que en parte era cronológico pero que en parte también se salía de lo cronológico para armar ciertos núcleos de sentido que atraviesan toda la obra de él.
¿Cómo llega a Rosario?
Cuando Martín Prieto (director del CCPE y depositario de una de las obras que se exponen allí, un collage de 1984) se muestra interesado en traerla a Rosario, y OSDE, por razones lógicas, también la quiere... La obra era tanta, que daba como para que se montara en dos lugares. En ninguno de los dos entraba completa la muestra de Buenos Aires. Entonces decidimos jugarnos y hacer un Renzi que de alguna manera "ocupara" Rosario en dos sectores. Y se va a mostrar en paralelo en las dos salas. Había que decidir qué parte iba de un lado y qué parte iba del otro. Y lo que armamos es así: en Parque España se muestra desde la pintura informalista de los años 60; después seguimos por el abandono del plano pictórico y el pasaje a los objetos conceptuales o conceptuales políticos, y un núcleo fuerte de lo que nosotros llamamos las citas. Es decir, las referencias a la historia del arte, tanto nacional como internacional. Que es el túnel en el que estamos nosotras ahora. Ahí en esa otra galería va a ir toda la parte de sus aportes a la gráfica. Lo que él trabajó en relación a la gráfica de La Favorita y sus diseños de revistas: el que hizo para el Diario de Poesía y el de Lulú; una de Daniel Samoilovich y la otra del crítico de música Federico Monjeau. Trabajó mano a mano con los dos. No es meramente un diseñador sino que pensaba la propuesta gráfica.
¿Y en OSDE?
Y en OSDE son dos plantas. Está la planta de realismos, incluidos los inventarios, y en el piso superior están los expresionismos. Lo que está planteado es más cronológico: desde los primeros realismos de los 70, cuando retoma la pintura, hasta la última obra que pintó. Es excepcional. Yo no sé si sabía que iba a ser su última obra. Se llama Fantasía Pompeyana (1992). La hace a partir de un mural de la Villa de los Misterios, en Pompeya. La transforma casi en una obra abstracta. A mí me acongoja esa obra.
Sí, porque uno se pregunta qué hubiera venido después.
Silencio. La pena invade el ámbito de catacumba de la galería; justo entonces la grabación de la entrevista empieza a captar una música triste que viene desde alguna parte. Pero María Teresa Constantin recobra bríos casi de inmediato y muestra el cuidado catálogo, donde, en un texto curatorial sumamente lúcido, ella define a esa obra como "una verdadera escenografía teatral de la pintura" (definición aplicable a gran parte de las pinturas de Renzi, en especial las que mantienen algún grado de verosímil realista y perspectiva renacentista).
-El último núcleo de citas y homenajes es el que lo refiere a todo el trabajo con Der Blaue Reiter. En la biblioteca de Juan Pablo había un ejemplar similar a éste dice la curadora y, asombrosamente, ¡extrae de su bolso una edición facsimilar del almanaque de ese nombre creado por Vasili Kandinsky y Franz Marc en Munich en 1911! Es un tema que él va a desarrollar al infinito. Porque hizo la pintura, el collage, e hizo la esculturita, que está al final, que es mágica, una esculturita en la que, como planteo en el texto del catálogo, está volviendo a los objetos conceptuales.
De alguna manera se articula con propuestas actuales de open source.
Lo que vos me acabás de decir es uno de los comentarios que se recibieron en la muestra de Buenos Aires. Uno pensaba que venía a ver un artista que ya estaba muerto. Llegabas y te encontrabas con una obra que era explosión, alegría y de una vigencia contemporánea increíble. Los chicos jóvenes enloquecían ante los objetos de Renzi, que nunca habían sido vistos en Buenos Aires. Artistas de 40 años que en Buenos Aires vieron los objetos de Renzi, ¡morían! Y claro, ellos miraban lo que hacía el Minimal en Estados Unidos. ¡Y no se dieron cuenta de que Renzi lo estaba haciendo en Rosario en los años 60! Creo que es reescribir la historia, mostrar este tipo de artista.
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