"Lo primero que me dí cuenta es lo rápido que pasó el tiempo, entonces me puse a recordar cómo nos juntábamos en la esquina del barrio con la guitarra criolla a tocar temas de León Gieco, de Pappo. Se me vino todo éso a la cabeza, que nunca nos hubiéramos imaginado que íbamos a llegar donde estamos ahora". Los números redondos disparan, siempre, la mirada retrospectiva, y Diego "Popono" Romero debe remontarse a 1990 para recordar aquellos primeros encuentros de Los Vándalos, el apodo que le adosaron los vecinos mayores del barrio La Florida. Lejos de las etiquetas comerciales fabricadas en Buenos Aires, la banda supo encarnar visceralmente el concepto de rock barrial, y con desparpajo, crudeza y festividad se convirtió en referente indiscutida en Rosario.

Sin embargo, durante algún tiempo el grupo se sintió cómodo bajo un techo autoimpuesto: la ciudad era un cobijo lo suficientemente confortable para ese conjunto creador de hits radiales y poco afecto a los formalismos y los modos comerciales. Hoy, con veinte años de historia, Los Vándalos transitan otro camino, con un horizonte más amplio pero sin haber negociado su esencia. El proceso es bien sintetizado por Popono, el frontman más carismático que hayan arrojado los escenarios locales: "Durante trece años estuvimos los mismos, después fuimos cambiando, algunos se fueron yendo. Con esto de los veinte años se me vino a la cabeza cómo éso que empezó siendo un juego se convirtió en una pasión, y después se hizo un trabajo".

El punto de quiebre, según el cantante, fue la muerte del bajista fundador del grupo, Cristian Cataldi, en un accidente de tránsito, en 2003. "A nuestros primeros recitales iban todos nuestros amigos. Cuando nos dimos cuenta que nos empezaba a ir a ver otra gente, que llenábamos los bares y boliches donde tocábamos, nos dimos cuenta que funcionaba. Uno apuesta y trata de encaminarse, pero nosotros éramos adolescentes que estábamos pasando un momento alucinante y hacíamos las cosas a lo loco, sin apuntar a nada. Apuntábamos a la música y a pasarla bien, a divertirnos. Hasta que falleció Cata, ahí fue un quiebre y decidimos apuntar a algo. Ya cuando tenés familia, tiene que ser algo más profesional, para poder vivir. Decidimos que fuera un trabajo sin perder la pasión. El secreto es pasarla bien en cada ensayo, en cada show donde entregamos todo. Entramos inconscientes de lo que pasa en el planeta, en lo único que pensamos es en éso. Y ahora, sabiendo que es un trabajo, hasta nos divertimos más", resume Romero.

En ese proceso de profesionalización y reestructuración tuvo su participación Juan Pablo "Chino" Aguilar, que se había vinculado al grupo como asistente, luego en calidad de sonidista y ya como invitado durante la grabación de Cosecha propia. Hasta que hace más de un lustro pasó a formar parte estable de la banda. "Yo los escuchaba cuando tocaba con otras bandas, como La Bolsa de San Lorenzo. Cuando los conocí, escuchábamos la misma música, teníamos los mismos referentes", recuerda el Chino, que se sumó durante la etapa de consolidación de un grupo que, en No significa nada (su último disco), contó con un nuevo aliado, el productor Daniel Pérez. "El fue como parte de la banda, y fue la bisagra, el que hizo el cambio a nivel producción, significó un punto de quiebre porque este último disco es diferente, más prolijo --define el guitarrista--. Igualmente siempre nosotros nos manejamos dentro del rock and roll y el funk, pero lo que pasa es que vamos creciendo, aprendiendo nuevas cosas. No estamos cerrados a diferentes tipos de música, estamos abiertos a otras posibilidades", analiza el guitarrista.

Similar es la visión de Romero: "Estamos convencidos de lo que queremos. Fijate que nunca nos propusimos tener el sonido que tenemos, salió solo. Obviamente influenciados por los Rolling Stones, por la música que escucha uno, el rock and roll cuadrado, el funk. Pero ahora al escucharnos te das cuenta que se trata de Los Vándalos. Eso es lo más difícil de conseguir, y nosotros lo logramos sin ponernos a pensar mucho en éso. Uno tampoco deja de tener una mentalidad under, de poder andar por la calle como uno más, pero con el aditivo de ser rockeros".

Hoy a las 21 Los Vándalos resumirán sus dos décadas de historia con un show especial en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito. Por allí pasarán viejos integrantes y algunos invitados sorpresa, en un encuentro que servirá para acompañar en el festejo a una de las bandas históricas del rock rosarino.