Sábado, 17 de abril de 2010 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. ALEXANDER PANIZZA TOCA LAS SONATAS PARA PIANO DE BEETHOVEN
A lo largo de ocho conciertos en el teatro del Centro Cultural Parque de España, Panizza recorrerá íntegramente las sonatas para piano de Beethoven, dándole forma a un ciclo que además será registrado para su posterior edición discográfica.
Por Edgardo Pérez Castillo
Es justo calificar como "ambicioso y extraordinario" el proyecto que, esta noche, se iniciará en el teatro Príncipe de Asturias. Porque será en el escenario mayor del Centro Cultural Parque de España donde, a lo largo de ocho conciertos, Alexander Panizza recorrerá íntegramente las sonatas para piano de Beethoven, dándole forma a un ciclo que además será registrado para su posterior edición discográfica. "Es ambicioso en varios sentidos --apuntó al respecto Panizza--. No sólo por el proyecto en sí, sino que hacer una cosa así en Rosario no es algo muy frecuente. De hecho, pienso que es la primera vez que se va a hacer el ciclo integral de las sonatas".
En esta primer presentación, programada para las 21, Panizza interpretará las sonatas "Op. 2 número 1 en fa menor", "Op. 2 número 2 en La mayor", "Op. 49 número 2 en Sol mayor" y "Op. 2 número 3 en Do mayor". Y será el primer paso de un proyecto largamente anhelado por el pianista rosarino-canadiense: "El momento artístico es algo que se fue gestando en mí hace mucho tiempo, es un sueño que tengo desde hace mucho. A través de mi formación, de mi estudio, he ido incorporando las sonatas. Después siempre está la cuestión de buscar un apoyo logístico importante, que una institución se comprometa a toda una cuestión organizativa para semejante evento, y ahí tuve la suerte de comunicarme con los directivos del CCPE, que tuvieron una actitud fantástica, les gustó mucho el proyecto y les pareció que encuadraba bien con el año importante que querían hacer por el Bicentenario. No hubo ningún obstáculo y todo se hizo muy fácil".
"Beethoven ha sido siempre un compositor muy importante para mí --amplió Panizza--. Lo que tiene en particular este proyecto es que me parece que funciona muy bien como ciclo, cosa que no es cierta con otras integrales. Uno, por ejemplo, puede tocar todas las sonatas de Mozart o de Haydn, pero me parece que la cohesión cíclica no es tan fuerte como lo es en el ciclo de Beethoven, donde uno percibe la evolución, uno ve el crecimiento, el desarrollo de las ideas. Inclusive, si bien Beethoven no sabía cuál iba a ser su última sonata, sin embargo en la que fue su última sonata hay una cierta síntesis, un cierto final muy poético al ciclo en general. Funciona como una mirada enorme de la obra beethoveniana en sí. En los escritos del programa digo que es un caso donde, realmente, la totalidad es mucho más que la suma de las partes. Se percibe algo más que no se percibe en otras colecciones de obras".
En ese marco, el pianista profundizó en un aspecto compositivo fundamental del creador, que entre 1795 y 1822 le dio forma al conjunto de treinta y dos sonatas incluidas en este ciclo, y que irán presentándose en la sala de Sarmiento y el río con funciones mensuales. "La forma de componer de Beethoven es una forma muy atómica --detalló Panizza--. Motívicamente él tiene sus células, su Adn, y él va construyendo obras grandes mediante bloques muy pequeños. Es muy íntegro en la utilización de éso. Siempre ví esa conexión. Construye todo un movimiento, toda una sinfonía o una sonata con un motivo, pero también uno puede empezar a ver más allá y encuentra motivos que aparecen en varias sonatas, asociaciones entre varias sonatas. Esta construcción casi fractal, hace que las partes pequeñas van haciendo un todo, y a su vez ese todo es una parte pequeña de un todo más grande. Siempre me atrajo mucho éso".
Moldeado en este atractivo formato de ciclo, el proyecto implica además la posibilidad de que nuevos públicos se acerquen a la enorme obra de Ludwig van Beethoven, según concluyó el intérprete: "Un ciclo así genera una dinámica muy especial. Pasa a ser muy importante para el movimiento cultural de una ciudad, genera toda una movida de gente que se acerca a este tipo de conciertos por diferentes caminos. Beethoven fue una figura que fue más allá de la música, fue un ícono cultural (tal vez uno de los más grandes de todos los tiempos en la cultura occidental), entonces hay gente que se acerca desde la filosofía, de otras ramas. Y a través de este ciclo tenemos documentos de cada etapa de su vida, lo que resulta interesante para mucha gente, que a lo mejor no es el mismo público melómano que va a conciertos".
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