Una multitud que forma el retrato de Belgrano y el de Santucho en las escalinatas del Monumento a la Bandera, o una pintura geométrica realizada por sus propios habitantes en una vivienda de chapa de la villa Nuevo Alberdi son sólo algunas de las Acciones rosarinas que el fotógrafo argentino RES mostrará a partir de este viernes en el Centro Cultural Parque de España, que está trabajando desde hace un largo tiempo con su producción. Se anticipa desde el CCPE que la muestra, de gran riesgo estético e ideológico, es multimedial, más precisamente: fotografía en campo expandido. La exposición surgió de una propuesta institucional formulada el año pasado con miras al Bicentenario, según cuenta en el texto de catálogo el artista, quien desde ayer está trabajando en esta ciudad. Para producir estas fotos (que profundizan las propuestas centradas en acción de sus obras anteriores recientes), RES, con la colaboración de Héctor Río, eligió primero lugares significativos de Rosario; luego los intervino, modificándolos, y por último tomó la fotografía: el registro de la acción es la pieza artística.

En campo expandido designa precisamente eso, ese cruce interdisciplinario que enriquece la fotografía al incorporar elementos provenientes del arte conceptual más radical. Pero donde además el hecho de tomar la foto irradia lazos sociales y redes de afecto hacia el mundo real. Como círculos concéntricos, esta irradiación construye finas fibras de conciencia política que expanden y amplifican las intensidades surgidas de los lugares elegidos, ya que a menudo son focos de poder popular y ámbitos de resistencia, como la fábrica recuperada en la que Res establece un intertexto con Grupo de Obreros rosarinos de 1900 de Santiago y Vicente Pusso.

La curadora, Valeria González, comienza su presentación diciendo que ha estudiado la obra de RES, reflexionado sobre la misma y que, con motivo de su exhibición en el Museo Caraffa (Córdoba, 2003) y de su vasta retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta (Buenos Aires, 2009), tuvo la oportunidad de analizar y discutir con él su labor fotográfica de 25 años en estrecha relación con el cambiante contexto histórico y político de la Argentina. "Lo primero que debemos destacar es que no se trata simplemente de un trabajo expuesto en la ciudad de Rosario sino de un trabajo realizado con la ciudad de Rosario. Y en este punto, dicha ciudad deja de ser una mera locación, una supuesta escenografía unitaria, para convertirse en un campo complejo donde el tejido urbano se fractura en diferencias económicas y sociales, donde se entrecruzan pasado y presente, testimonios históricos y conflictos actuales, donde la persistencia de mitos y monumentos es sorprendida por acontecimientos de resistencia o descontento popular. Fundamentalmente, el trabajo realizado con la ciudad de Rosario implicó largos tiempos de labor en común con ciertas personas y grupos que viven en ella".

En el mismo catálogo, da cuenta de ello el propio autor. "Para fines de agosto del 2009 -testimonia RES-, había bocetado la primera acción fotográfica, La casilla de Alcides Lohse. En los meses que siguieron realicé cuatro acciones más de este tipo. La acción planeada consistía en: Asociar una pintura geométrica a una vivienda de chapa de la villa Nuevo Alberdi. Preparar un boceto en el que la pintura seleccionada se sobreimprime en la fachada de la casilla. Debatir ese boceto con los habitantes de la casilla, introduciendo las modificaciones de color o forma que se acordaran y encomendarles la realización del trabajo de pintura a cambio de un pago equivalente al que cobraría un pintor profesional. Realizar una foto de la casilla antes de la pintura. Aceptar la colaboración de todas las personas de la villa que quisieran pintar: vecinos, parientes, amigos y niños. Organizar una charla informal y una cena entre todos los participantes durante los dos o tres días que pudiera llevar el trabajo. Realizar una foto de la casilla pintada respetando el encuadre y la iluminación empleados en la foto anterior. Realizar retratos de algunos de los pintores para obsequiar a los retratados. Para hacer las fotos llevé cámaras y equipos de iluminación y trabajé de día y de noche. Usualmente la cámara, una voluminosa Sinar 4x5, permanecía montada en un trípode en lo que en otro barrio sería la vereda, al amparo de quienes participaban y de los vecinos y transeúntes que en todo momento y por curiosidad miraban lo que hacíamos. Nuevo Alberdi se ha establecido respetando normas urbanas (tamaño de los lotes, espacio para futuras calles, y hasta una cancha de fútbol de medidas reglamentarias). Con muy poco puede convertirse en un excelente lugar para vivir. Son muchos los vecinos que ya han reemplazado la chapa por los ladrillos cerámicos y mejorando el sistema de drenaje se acabaría con las inundaciones. Este proyecto me hizo conocer gente muy diversa. Parejas jóvenes, grupos familiares de distintas conformaciones, niños y niñas. Casi todos se entusiasmaron pintando. Lo hicieron, casi siempre, con dedicación y cuidadosamente. En algunos casos se discutió sobre qué era ser artista. La inquietud surgió de un obrero industrial que sostuvo, sonriendo, que mientras hiciera este trabajo, se consideraba artista".